El régimen criminal uribista con su comparsa de tribunales y gobernantes locales condenan, coartan, prohíben el paro de hoy 28 de abril y las manifestaciones en el Primero de Mayo, alegando que “prima el derecho a la vida”.
Para ellos las protestas de los trabajadores son aglomeraciones que multiplican el contagio en la pandemia. Pero sí son permitidas las aglomeraciones en el pésimo transporte masivo por la obligación de los trabajadores de ir a producirles ganancias a los ricos. Los gobernantes que dicen “defender el derecho a la vida” son precisamente los principales responsables de un sistema de salud privatizado al borde del colapso y de los más de 70.000 muertos dejados por la pandemia.
Hablan de respeto al derecho a la vida, cuando son ellos los principales causantes del desangre en la guerra contra el pueblo que ya deja 33 masacres con 119 muertos y 50 líderes asesinados entre enero y abril de 2021, porque el régimen uribista es un régimen en manos y al servicio de las mafias, porque el Estado es una máquina de terror contra el pueblo.
El sistema capitalista que protegen a sangre y fuego estos “defensores del derecho a la vida” es un sistema de humillante explotación donde se aumentan y acumulan las ganancias de los ricos, moliendo fuerza de trabajo en un aterrador proceso donde son más los muertos por hambre y miseria, que por la pandemia.
Los paros y manifestaciones del Primero de Mayo sí defienden el derecho a la vida del pueblo, porque incluyen en sus reclamos acabar con la privatización de la salud que mata la gente en clínicas y hospitales.
Los paros y manifestaciones del Primero de Mayo sí protegen el derecho a la vida del pueblo porque se oponen a la leonina reforma tributaria que aumentará las muertes del pueblo por hambre. Los paros y manifestaciones del Primero de Mayo sí resguardan el derecho a la vida del pueblo, porque denuncian la voracidad de la explotación asalariada y anuncian la necesidad de acabar con el sistema capitalista, el mayor chupasangre de los trabajadores y la principal causa de los sufrimientos del pueblo, entre ellos el de la muerte por el terror de los explotadores.
Solo la lucha del pueblo salva la vida del pueblo. Urge la revolución para acabar para siempre la pandemia capitalista.
