La alcaldesa Claudia López sí que nos ha dejado claro lo que es un politiquero, sea del partido que sea. Desde el inicio de su Gobierno ha expresado respetar el Estado social de derecho (léase dictadura burguesa) y, por tanto, acata todos los acuerdos, contratos y chanchullos de su «inteligente» predecesor Peñalosa que, por cierto, en estos días recibió el guiño de otro «brillantísimo»: el presidente Duque.
Este respeto a la dictadura burguesa de nuevo fue evidente en su alocución del 9 de agosto, donde justificó su ataque a quienes por más de ocho meses han venido defendiendo el humedal Tibabuyes; también salió a decir que pagará 20 millones para encontrar a los responsables de la quema del bus de SITP que se encontraba con pasajeros, cuando la verdad es que el bus fue desocupado por los jóvenes y quienes lo incendiaron fueron miembros del ESMAD. Pero, ¡claro!, era de esperarse esta actuación de parte de Claudia Nayibe.
Igualmente, quedó demostrada su mentira de la defensa de los derechos humanos, pues desde la Secretaría de la Seguridad premia a los «destacados policías» con un viaje de 3 noches y 4 días, para el uniformado y un acompañante, con destino a Cartagena o San Andrés; el premio incluye tiquetes aéreos, transporte al hotel, desayuno, almuerzo, comida, snacks y bebidas ilimitadas.
Y los «destacados policías» son aquellos que han reprimido violentamente las protestas y han asesinado a los jóvenes luchadores; «destacados policías» que han cumplido bien el deber de proteger la dictadura del Estado, los bienes y la deshonra de las clases dominantes y sus gobernantes, es a ellos a quienes Claudia López ha premiado al mejor estilo de la mafia uribista.
Por otro lado, desde que inició su mandato la alcaldesa ha estado en campaña; lo comprueba la última perla que destaparon sus contradictores igual de corruptos: la señora se ha gastado 6700 millones de pesos en la oficina de comunicaciones, mientras el pueblo aguanta hambre y, de hecho, muchos no han podido salir de la crisis económica ocasionada por la pandemia, pues el desempleo se mantiene y aunque la señora en pleno tercer pico de contagios y de muertos por covid-19 llamó a abrir todo, no son muchos los nuevos empleos, no es mucho el salario, no hay ninguna estabilidad laboral y los pequeños comerciantes siguen endeudados con los chupasangre de los bancos.
Pero ¡claro!, la arrogante y ahíta alcaldesa se atrevió a pedirle a una humilde trabajadora informal que «trabaje juiciosa», mientras ella despilfarra millones en su imagen, premia a la sanguinaria fuerza pública, continúa el plan de los capitalistas de transformar aún más la ciudad en una selva de cemento; mantiene servicios tan ineficientes como Transmilenio, mientras promete el metro que los bogotanos esperan desde hace más de 70 años; culpa a los venezolanos de la delincuencia y a los otros politiqueros de estar detrás de las protestas. En fin, cumple con eficiencia su trabajo de defender el Estado social de derecha y al régimen que lo gobierna.
¿Más pruebas al canto necesitamos para demostrar que el único camino para el pueblo luchador está en darle continuidad con mayor eficacia al gran levantamiento del 28A? El camino de las urnas, por el que muchos quieren llevar el actual movimiento, significa repetir por otros cuatro años los mismos hechos, pero con otro nombre en la presidencia o en la alcaldía.
¡No!, el pueblo se levantó y está cansado. Es el momento de aprovechar para lograr que ahora sí sean los obreros y los campesinos los que gobiernen y conquisten sus reivindicaciones. No se puede permitir que más mercachifles engañen al pueblo, mientras la tragedia continúa.
¡Por un Gobierno de los obreros y campesinos, no de los explotadores!