Se cumple un mes del grandioso Paro Nacional Indefinido iniciado el pasado 28 de abril. Han sido gloriosos días de lucha directa, masiva y de diferentes sectores del pueblo, que sin miedo han enfrentado las fuerzas armadas, legales e ilegales, enviadas por el régimen mafioso y paramilitar uribista para aplastar la rebelión popular.
Lo que inició con el propósito de tumbar la antipopular reforma tributaria, rápidamente pasó a ampliarse a otras exigencias como la no presentación de la reforma a la salud 010, y de otras que se presume tienen listas para implementar desde la Casa de Nariño, como las reformas laboral y pensional por mencionar apenas dos. En diferentes partes del país, se levantaron pliegos de peticiones o exigencias que van desde las generales inmediatas como tumbar las reformas antipopulares como las ya mencionadas, exigir la renuncia del presidente, reducir el número de congresistas y sus salarios, derogar la Ley 100 de la salud… pasan por la liberación inmediata de los prisioneros del paro, respeto de los Derechos Humanos… y llegan a exigencias particulares locales, por ejemplo en Bogotá hay sectores que exigen la no construcción de viviendas en zonas de humedales, construcción de sedes de la Universidad Distrital en diferentes localidades, detener la persecución a los trabajadores informales o del rebusque… Estas exigencias se han aprobado en Asambleas Populares que generalmente se realizan por barrios o localidades en las diferentes ciudades, pero también se han realizado en puntos de bloqueos y universidades públicas.
A propósito de la dirección del Paro Nacional Indefinido, hay que decir que nadie puede adjudicársela, puesto que existe en el movimiento de masas la lucha entre los dos caminos:
Por un lado, el camino reformista, conciliador, representado en el Comité Nacional de Paro en el cual un grupo de falsos amigos del pueblo, de burócratas alejados de la lucha directa representa a un pequeño sector y que están ligados directamente con el reformismo de la falsa izquierda y el “progresismo” del tal Pacto Histórico que, empezando por Petro, corrió en auxilió del presidente títere Duque para fortalecer su gobierno y dejarlo terminar su mandato, con el cálculo mezquino de ser gobierno en el 2022.
Por otro lado, está el camino revolucionario, representado por las masas luchadoras que se han mantenido en las calles todos los días, por la juventud obrera de las Primera Línea que sostiene los bloqueos permanentes o escalonados, por los trabajadores que desde sus barrios apoyan a los jóvenes con recursos (dinero, comida, cascos, escudos…) para que puedan continuar batallando contra el régimen y por aquellos que realizan Asambleas Populares (presenciales y virtuales) no solo para organizar aspectos operativos y logísticos del Paro, sino también para recoger las exigencias de las masas y decidir cómo continuar.
Esta lucha enconada entre los dos caminos ha forzado a los representantes del camino conciliador a reconocer que apenas representan a un sector minoritario de las masas, lo cual es un avance en el sentido de que históricamente, desde la dirección de las centrales sindicales CGT, CUT y CTC se han autonombrado los jefes de los paros, los “interlocutores” con los diferentes gobiernos y regímenes y los que deciden qué se pide en los pliegos y cuándo se levantan los paros; que para ellos nunca han pasado de ser unas festivas y carnavalescas “jornadas de protesta” de un día de desfiles por las avenidas de las grandes ciudades.
Sin embargo, esta vez todo fue diferente. Al igual que para el histórico 21 de noviembre de 2019 o 21N, los autonombrados jefes del Comité Nacional de Paro convocaron a una “jornada” más supuestamente de Paro, para tomarse fotos y cumplir formalmente la tarea de ponerse “radicales” y hablarle “durito” al gobierno aprovechando del descontento generalizado y acumulado de las masas, llamaron al Paro Nacional el 28 de abril, el cual no esperaban se convertiría en algo más que uno de sus inofensivos y festivos carnavales.
Sin embargo, las masas actuaron con independencia y de forma revolucionaria empezaron las acciones desde el mismo 28 de abril, bloqueando algunos portales del sistema de transporte masivo en Bogotá por ejemplo, lo que anunciaba cómo iba a ser el desarrollo de este Paro que hoy completa un mes de duración. En la zona industrial de Yumbo en el Valle del Cauca por ejemplo, que queda en límites con la capital del departamento, Cali, los obreros y vecinos del sector empezaron los bloqueos en el sector de Sameco, una zona donde se concentra gran parte de la industria y transporte de mercancías del país. Por todo Colombia los jóvenes desposeídos encabezaron grandes manifestaciones contra el régimen mafioso, camioneros y otros sectores de la rama del transporte bloquearon importantes vías intermunicipales y nacionales.
Principalmente, el Valle del Cauca se llenó de bloqueos rápidamente, los cuales se concentraron principalmente en Cali que desde el sur, pasando por el oeste que es la salida al mar Pacífico, hasta el oriente fue el hervidero de la lucha de masas que evidenció la crisis social y política como producto de la crisis económica en que se está ahogando el capitalismo y en particular la burguesía y los terratenientes en Colombia.
Los bloqueos son el paro, el paro son los bloqueos; por eso a coro el régimen mafioso y las clases dominantes los condenaron y tildaron de asesinos. Los jefes de las centrales sindicales conciliadoras hicieron lo propio al no apoyarlos de frente, condenándolos con su silencio cómplice, y el régimen no dudo ni un segundo en emplear la violencia organizada de sus bandas militares y paramilitares para reprimir a las masas desatando el terror estatal contra los jóvenes que van a la vanguardia del movimiento.
En Cali es particular la forma como sectores de la burguesía se organizaron en bandas paraestatales que junto a la Policía Nacional, accionaron sus armas de fuego contra la Minga indígena que acudió desde el Cauca en solidaridad con los luchadores del Paro que ya eran víctimas de desapariciones, capturas ilegales y asesinados. La mal llamada “gente de bien” se organizó para romper por la fuerza de las armas los bloqueos y para propagar por los medios de comunicación a su servicio que los bloqueos son los causantes del desabastecimiento de alimentos y vacunas, del desempleo porque debido a ellos se veían en la obligación de despedir a sus empleados, de la no reactivación de la economía y que se sentían secuestrados en la ciudad.
Tal propaganda basura burguesa no caló, pues el pueblo colombiano ha vivido en carne y hueso el abandono estatal representado en altas cifras de desempleo y “empleo informal” sin ningún tipo de contrato laboral; de muertes no solo por la Covid-19, sino principalmente por enfermedades curables; del confinamiento obligatorio de la población sin ningún tipo de garantía para sobrevivir lo que elevó las cifras de violencia contra la niñez y la mujer; de la quiebra de pequeñas y medianas empresas debido a la crisis que agudizó la pandemia y no tienen significativos auxilios económicos por parte del régimen uribista, en oposición a las gigantescas ayudas que este les brinda a los grandes capitalistas y monopolios; del abandono de los campesinos pobres y medios a los cuales el Estado nunca les compró sus cosechas para abastecer las ciudades.
Revolución Obrera preveía desde hace años que esta era la tendencia del movimiento de masas, pues las contradicciones del capitalismo, entre una producción cada vez más social y una apropiación cada vez más privada, entre una concentración de la riqueza producida por la clase obrera en unas pocas manos de algunas familias parásitas de la burguesía y los terratenientes, por los constantes choques entre las masas populares y las fuerzas estatales del orden de los explotadores y por lo tanto llamaba a organizar Comités de Huelga, de Paro o de Lucha que le fueran dando forma al Paro General Indefinido o Huelga Política de Masas que el 28 de abril le estalló en las manos al régimen mafioso.
El régimen también entendía esa tendencia que empujaba al enfrentamiento directo y masivo de las masas desposeídas contra el Estado burgués-terrateniente y pro-imperialista, por lo que de un lado, intentó apaciguar el movimiento usando a los jefes vendeobreros desde la dirección de las centrales sindicales y de los partidos reformistas de la pequeña burguesía y de la burguesía, quienes llamaron siempre a la conciliación y concertación entre clases antagónicas, a la inexistente “paz social” y en últimas, a amortiguar el evidente gran choque que se estaba gestando entre explotados y explotadores, entre oprimidos y opresores. Pero de otro lado, también fue preparando las condiciones materiales para, llegado el momento, reprimir con máxima violencia el movimiento popular, pues como régimen de la mafia y el paramilitarismo cree que debe darle trato militar a las justas exigencias del pueblo desarmado, para lo cual compró camionetas blindadas para proteger a la burocracia estatal (congresistas, ministros, senadores, consejeros…); inició la compra de una flotilla de aviones de guerra; invirtió una millonada para dotar a los asesinos del Esmad con nuevas tanquetas, uniformes y armas entre las cuales se encuentra el nuevo juguete mortal Venom, todo lo cual ha sido estrenado de forma brutal desde que inició el Paro, lo que a su vez ha generado también el rechazo de algunos miembros del ejército y la policía que han renunciado por estos días o que han mostrado en videos públicamente su descontento con el tratamiento de guerra que el régimen le está dando al Paro.
Pero además, el Estado ha usado fuerzas paraestatales que auxilian y complementan la labor de las fuerzas armadas y hacen labores no solo de seguimiento y empadronamiento, sino de represión abierta y descarada contra los luchadores que participan en el paro. Detenciones y allanamientos ilegales; desapariciones forzadas (muchas veces ejecutadas por civiles que no se identifican); disparos con armas de fuego directamente a la humanidad de los jóvenes; abusos y violaciones sexuales contra mujeres; todo esto, es el pan de cada día en pueblos y ciudades reflejando la brutal dictadura que el régimen mafioso y paramilitar ejecuta contra el pueblo.
En oposición a los medios de comunicación de la burguesía, que a coro condenan a los jóvenes luchadores a los cuales no bajan de “vándalos”, que magnifican la “tragedia” de los parásitos ricachones que ven violentado su derecho a súper explotar y vivir a costa del trabajo ajeno y que le lamen la suela de los zapatos a los representantes del régimen y de los explotadores… en contraposición a la reacción mediática, los modernos medios digitales han permitido conocer de primera mano y en vivo y en directo tanto las formas de organización y de lucha de las masas populares, como los abusos y crímenes del Estado burgués, despertando también la indignación y solidaridad de las masas alrededor del mundo encabezada por la diáspora de trabajadores colombianos en muchos países. La rebelión de los explotados y oprimidos está siendo transmitida por los jóvenes luchadores que registran desde sus teléfonos celulares la brutalidad policial, pero también las formas de ataque y defensa de sus destacamentos en primera, segunda y demás líneas, ante lo cual los capitalistas dueños de Facebook han auxiliado al régimen vetando las transmisiones en vivo desde algunos perfiles abiertamente censurados y mostrando su complicidad abierta con el régimen para ocultar sus acciones criminales a determinadas horas y días.
A un mes del Paro Nacional Indefinido, podemos decir que el pueblo ha obtenido algunos pequeños y relativos triunfos, como tumbar la reforma tributaria, obligar la cancelación de la Copa América o forzar algunas renuncias dentro del régimen, de las fuerzas armadas y de gobiernos regionales, siendo las principales las del ex Ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, la de la ex canciller Claudia Blum y la del ex comisionado de paz Miguel Ceballos. También se muestra más evidente la división de las clases dominantes, la gran debilidad y aislamiento del régimen, que hace previsible su derrota. Pero el principal logro de este ya histórico Paro Nacional Indefinido, es que las masas por sí mismas están experimentado en el transcurso de la lucha que son capaces de gobernar y dirigir la sociedad: es muy significativo que en medio de los bloqueos se hagan asambleas y se decida qué pasa y qué no, cuándo en qué cantidades, quiénes pasan y quiénes no lo hacen; a quién le dan entrevistas, con quien negocian y bajo qué condiciones… esas son formas de poder aunque todavía embrionarias respaldadas por la unidad de las masas y la fuerza organizada de quienes bloquean el paso, resisten y ¡algunas veces vencen!, el cerco impuesto por las fuerzas enemigas del pueblo, lo que demuestra que ¡el pueblo debe prepararse para gobernar! Y para ello es necesario llevar adelante tareas de gran urgencia las cuales son:
- «Generalizar las Asambleas Obreras, Populares, Campesinas, Indígenas, Estudiantiles donde se ejerza la democracia directa del pueblo trabajador, se decidan las exigencias y las tareas para proseguir en la lucha y generalizar el Paro Indefinido. Asambleas de abajo hacia arriba cada vez más conscientes y organizadas para transformarlas en la forma del nuevo poder. Asambleas que culminen en una gran Asamblea Nacional Popular donde se decidan las tareas para resolver los problemas que el régimen, la burguesía y los politiqueros no pueden y no quieren solucionar.
- Generalizar los Grupos de Choque o Primera Línea y construir las Guardias o Milicias Obreras y Populares para enfrentar con éxito y derrotar las fuerzas asesinas estatales y paramilitares. A su vez, preparar mejor los combates y actuar con inteligencia para no propiciar bajas innecesarias.
- Complementar el combate directo a las hordas armadas del régimen, con un intenso trabajo de agitación y propaganda en las filas de las fuerzas militares del enemigo para desmoralizarlas, aislar a los mandos superiores y hacer que una parte de sus efectivos se pasen al lado del pueblo sometiéndose a las decisiones de las Asambleas Populares.”Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm), mayo 19 2021.
El carácter espontaneo del movimiento obliga a los comunistas revolucionarios a redoblar esfuerzos para construir el Partido político de la clase obrera. Y el actual momento es magnífico para hacerlo, pues las fuerzas para organizar, que siempre han estado allí, hoy brotan y se hacen evidentes día a día, en cada manifestación, bloqueo y asamblea popular, lo que exige la actuación disciplinada y “rayana en lo militar” para actuar como vanguardia del movimiento.
Pero además, es necesario darle mayor difusión entre los luchadores al Programa inmediato de lucha propuesto por la UOC (mlm) al movimiento, para lograr unir en un solo haz a los enemigos a muerte del régimen uribista que hay que tumbar y del Estado terrorista que mata y desaparece luchadores del pueblo, el cual debe ser destruido por medio de la violencia revolucionaria para dar paso al gobierno de los obreros y campesinos en un nuevo Estado de democracia proletaria, que será dictadura sobre las clases parásitas y holgazanas que se opongan al poder obrero y campesino.
Las condiciones son magníficas para construir el Partido, para acercar a antiguos ex combatientes que nuevamente analizan seriamente la posibilidad de regresar a las filas de la UOC (mlm) para comprometerse seriamente con las tareas que exige este momento histórico; para organizar a los obreros de vanguardia que se destacan en estas luchas que enfrentan cara a cara al régimen mafioso y asesino con el pueblo luchador. ¡Sin Partido, no hay revolución! Y estas combativas gestas de los desposeídos, indudablemente serán combustible y llama para encender la pradera de la Revolución Socialista en Colombia más temprano que tarde.