El viernes 7 de mayo, cuando en Cali, el régimen nuevamente respondió a la movilización de las masas luchadoras con bala, se conoció el comunicado firmado por la Unión Patriótica, el Partido Comunista Colombiano (mamerto) y la Juventud Comunista de Colombia en el que llaman a darle una “Salida democrática y popular a la Crisis Nacional”.
No nos referiremos a la ya histórica actuación de esos politiqueros, que para quienes los conocen es apenas obvia su posición.
Lo primero es que hace unos días desde la llamada “Multilateral de Fuerzas Sociales y Políticas”plantearon unirse al “Chao Duque”, mediante la movilización y el paro, posición que también fue respaldada por uno de los dirigentes del CRIC en una alocución. Ahora en la declaración mencionada arriba llaman “a construir y fortalecer en todos los municipios de Colombia escenarios de coordinación, cabildos o asambleas populares amplias y unitarias que permitan fortalecer la organización y la movilización social como parte esencial de proceso de construcción del PACTO HISTÓRICO, necesario para avanzar en un nuevo gobierno y una salida democrática y popular definitiva a la crisis.” Lo cual significa ilusamente, que a cambio de que el régimen renuncie a continuar utilizando la bota militar para aplacar el levantamiento popular, se le permita al payaso asesino de Duque que termine su mandato tranquilamente, para garantizar la salida constitucional con las elecciones del 2022, porque sueñan, como lo dijo Petro en una alocución, que serán gobierno.
Esto en plata blanca representa para el pueblo que ha estado en las calles desde el 28 de abril, que ha puesto muertos, desaparecidos, encarcelados; que todo lo logrado hasta el momento, como frenar la reforma tributaria y la renuncia de “Ratasquilla”, sea en vano. Pues este régimen, aunque hipotéticamente no use de frente la bota militar (pues seguirá haciéndolo de la otra forma acostumbrada con las “fuerzas oscuras”), no va a resolver las demandas del pueblo que evidentemente van mucho más allá de la reforma tributaria, pues está el problema del hambre, de la salud y todas las reformas antiobreras y antipopulares.
Permitirle a este régimen terminar su mandato en “calma” y esperar a las elecciones del año entrante es una cínica propuesta para un pueblo que ha aguantado demasiado, es una propuesta de unos politiqueros ahítos, que creen que el pueblo puede esperar mientras en la mesa falta el pan.
¡No! El pueblo debe seguir en las calles, hay que mantener el paro y extenderlo hasta garantizar el paro de la producción, tampoco aceptar la “ideota” de estos señores de ampliar el traidor y autonombrado Comité Nacional de Paro, para que incluya a los sectores luchadores, pues esto significa aceptar que ellos los representan, lo cual es una gran mentira. No se puede aceptar a los que traicionaron el Paro del 21 y 22 de noviembre del 2019 y a los que actuaron pusilánimemente en el paro actual.
Hay que generalizar las Asambleas Obrero Populares en las que se defina el qué hacer, para garantizar que las demandas de pueblo se logren ¡ya!, no dentro de un año y eso.
Si se sabe que el régimen no cumplirá las demandas de las masas, pues a las calles a tumbarlo garantizar que las exigencias de las Asambleas Populares se cumplan por el nuevo gobierno, que puede ser dirigido directamente por los obreros y campesinos si se contribuye para que las Asambleas se conviertan en verdaderos órganos de poder del pueblo.
No escuchar los cantos de sirena de estos partidos, pues el rumbo indica la tempestad de la lucha. Si el pueblo lo hace tiene mucho que ganar, a pesar de los sacrificios que tenga que hacer. Que los muertos no hayan sido en vano, hay que seguir hasta que los de abajo, derriben a los de arriba.