CHINA EN LOS PRIMERAS DÉCADAS DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN
Como se anotó en el anterior artículo, el Partido Comunista de China aliado con las fuerzas progresistas y democráticas del país, derrotaron los intentos contrarrevolucionarios del sector de derecha del Kuomintang lo que permitió iniciar en 1949 un nuevo periodo de la sociedad en China.
Las fuerzas populares entre las cuales se encontraba el Partido Comunista de China, el Comité Revolucionario del Kuomintang liderado por Soong Ching-ling conocida y muy apreciada por su valor y compromiso con las causas del pueblo, la Liga Democrática, la Asociación para la Construcción Democrática, el Partido Democrático de los Obreros Campesinos, los Chih Kung Tang o Francmasones y la Sociedad Chiu San, Liga para la Autonomía Democrática de Taiwan, se reunieron para reconstruir un país arrasado por la guerra.
Unificación y Centralización de China
La primera tarea que tuvo que enfrentar el Partido y las fuerzas democráticas fue la de unificar el inmenso territorio chino, ya que éste se encontraba dividido por numerosos clanes políticos militares quienes se aferraban a sus intereses regionales, fieles aún a pesar de la derrota del ala derecha del Kuomintang cuyo líder Chiang kai-shek huyó a Formosa (Taiwan) para establecer su control en dicha isla, esto sumado a la falta de experiencia administrativa en ciudades, la cual había quedado restringida a la burguesía comercial e industrial formada por los inversores extranjeros, dificultaba la tarea de centralización. Para resolver estos inconvenientes era necesario luchar contra las fuerzas reaccionarias sobrevivientes y reorganizar la administración, para lo cual crearon nuevas instituciones políticas y administrativas, desarrollaron la instrucción política y la formación ideológica en la base de trabajadores, quienes ingresaron o se reincorporaron a sus funciones en varias instituciones que podían cumplir aún una labor de control y en las nuevas creadas para asegurar una misma línea de actuación.
Para poder tomar decisiones de ámbito nacional se convocó a una “Conferencia política consultiva popular”. En ella participaban diversas personalidades democráticas y revolucionarias quienes representaban a ocho pequeños partidos de diversas ideologías, cuya base de unidad era su total rechazo al viejo régimen y el apoyo al nuevo liderado por el Partido Comunista, con el objetivo de resolver los múltiples problemas del pueblo chino. De allí que dicha Conferencia cumpliera el papel de Asamblea Nacional, y entrara en funciones antes del triunfo definitivo de las fuerzas revolucionarias contra la reacción, por lo que algunas de sus decisiones fueron impulsadas previamente a octubre de 1949 a través del Frente Unido.
Esta Conferencia debía adoptar un “Programa político común” y crear un Gobierno central popular designando a sus miembros. Sus tareas sirvieron para crear cuatro nuevos órganos administrativos de los cuales, el central se dividió en cuatro comisiones que tenían subdivisiones para atender diversos asuntos de importancia nacional, de la siguiente manera:
- Oficina del procurador general del pueblo.
- Tribunal supremo popular.
- Comité militar revolucionario popular.
- Consejo de administración del Estado con cuatro comisiones:
• Comisión cultural y de educación: subdividida en tres ministerios, dos direcciones nacionales y una academia de ciencias.
• Comisión Financiera y económica: subdividida en 14 ministerios.
• Comisión política legislativa: subdividida en dos comisiones y tres ministerios.
• Comisión de control popular: subdividida en una comisión, una dirección general y un ministerio.
La dirección de la Conferencia era realizada por un Consejo de gobierno central popular compuesta por un presidente, 6 vicepresidentes y 56 miembros quienes se reunían dos veces al mes para organizar y controlar las políticas adoptadas y los cambios que dieran a lugar. Realizamos este recuento para hacer notar la necesidad de dotarse de medios de organización para la toma de decisiones, durante y después de superar la lucha contra las fuerzas a derrotar y que sirven para concretar los objetivos nacionales en interés del pueblo y no de una minoría, como ha hecho creer la burguesía que siempre para enturbiar la historia, explica la permanencia del Partido Comunista a costa de la eliminación física de sus opositores; así desdibuja la diferencia entre comunistas y fascistas, mentira muy conveniente para aferrase a la llamada democracia capitalista y el pugilato parlamentario-electoral que perpetúa su dominación con la apariencia de participación y pluralismo.
Las tareas desarrolladas en este período se resumen en centralización administrativa, libre circulación entre provincias (la cual era limitada por esas fuerzas contrarias aún fieles a Chiang, pero cuya fuerza militar fue diezmada por las luchas campesinas y políticamente anuladas por las alianzas de las fuerzas democráticas) lo que permitió mejorar el orden público. En la práctica los cambios debían hacerse sobre una misma línea, que por la disciplina, convicción y entrega permitió tener una mayor fuerza al Partido Comunista cuyos miembros más experimentados en la lucha, participaron en la dirección de estas nuevas instituciones en calidad de jefes militares, administradores y propagandistas en diversas regiones, todo ello principalmente sostenido por el apoyo popular.
Dicha centralización administrativa se reflejó en el terreno de la economía de igual forma, con lo que se buscaba solucionar el bajo nivel de vida de la población y el atraso del país. Se plantearon mejorar la producción agrícola, generalizando las expropiaciones a grandes burgueses incluidos los extranjeros no afines al nuevo régimen, a los declarados contrarrevolucionarios y a los terratenientes, procurando colectivizar la planeación y utilización de la maquinaria expropiada. Se impulsó el desarrollo científico y técnico para la mejora de la agricultura y se fortaleció la capacitación de los campesinos y obreros; en este sentido es de resaltar, primero, que para 1950 el casi 83.5% de la población se dedicaba a labores agrícolas1
y, segundo, que en los años iniciales de construcción contaron con el apoyo del Partido Comunista Bolchevique que en la guerra prestó asesoría política y militar, y el Estado Soviético que en esta etapa, dio asesoría y apoyo económico, esto sin desconocer las críticas a seguir ciegamente o mecánicamente el camino trazado en Rusia, ante lo cual Mao Tse-tung dirigente del Partido Comunista de China planteó dichas cuestiones en el texto titulado “Sobre las Diez Grandes Relaciones”.
1 Lardy, Nicholas (1983) El desarrollo de la agricultura moderna en China, citado en Salazar, I. (s.f.) ¡Todo el poder a las masas! Reconsiderando el progreso económico y social en China durante la época maoísta (1949-78)
Los problemas siempre van a estar presentes y es consigna de todos los comunistas, plantear soluciones y promover la iniciativa de las masas, en este terreno los revolucionarios chinos tuvieron que luchar contra la falta de abonos químicos (promovieron los abonos naturales y la aplicación de prácticas ancestrales para mejorar la calidad de la tierra), la falta de maquinaria (tuvo que planificarse el uso de las pocas maquinas que tenían a disposición mientras construían nuevas y más modernas), falta de animales para las jornadas agrícolas con lo que se procuraba hacer el trabajo de forma colectiva de tal forma que pudieran solventar inicialmente esta ausencia, dificultades del transporte para lo cual se promovió la invención de la población local para resolver problemas de riego y cultivo mientras se movilizaba a las poblaciones en la construcción y adecuación de vías de acceso no solo para regular el mercado sino mejorar la comunicación entre regiones.
La agricultura como base de la economía y la industria como factor dirigente
Todos estos asuntos duraron varios años y fue responsabilidad del Partido Comunista de China el procurar su solución para lo cual en 1953 se iniciaron los planes quinquenales (5 años) de producción que contaban con la colectivización de la agricultura (ventajas de producir colectivamente contra la producción aislada e individual) y la nacionalización de la industria (control estatal en la producción industrial) todo ello, aprendiendo de los errores que se cometieron en Rusia y que daban un énfasis unilateral a la industria pesada en detrimento de la producción campesina; Mao Tse-tung para solucionar esta contradicción planteo tomar la agricultura como base de la economía y la industria como factor dirigente.
Los reaccionarios y sus portavoces pagados o influenciados siempre han criticado la reforma agraria iniciada en 1950 (que sirvió de experiencia para los planes económicos iniciados en 1953) y todo lo que hagan los obreros y los campesinos que afecten sus intereses y su forma de ver el mundo, resaltando convenientemente los errores y aspectos negativos al grado de eliminar los aspectos positivos; dicen que todo se hizo con la represión a millones de personas, basándose en la fuerza como línea de conducta en todas las regiones con el subsiguiente costo en millones de vidas; así, una vez más desdibujan la diferencia entre sistemas antagónicos y políticas irreconciliables como son el fascismo y el comunismo para, auto-erigirse en los defensores del “mundo libre” cuando en la práctica, desconocen y atentan contra los derechos de todos los que están por fuera de su clase social. Pero volviendo al asunto de la reforma agraria del 50 en China, se debe aclarar que ninguna política que incluya millones de personas está exenta de cometer errores y que seguro se presentó uso de la fuerza; el problema está en saber contra quien, porque ningún cambio social satisface a todos por igual, teniendo en cuenta que en medio de cambios tan significativos y de periodos tan rápidos, el tomar unos ejemplos y erigirlos en generalidad es tergiversar la historia.
Otra forma de proceder para desacreditar un proceso revolucionario como este, es usar decisiones de un periodo determinado y plantear que se aplicaron igual en otro, con lo cual se desconoce el contexto histórico. Recordemos que la reforma agraria era necesaria debido a que estaban en una sociedad feudal y semifeudal (todas las regiones no tenían el mismo grado de desarrollo) lo que significaba que los campesinos pobres y medios (porque en el campo también se presenta la división social de clases) debían pagar por trabajar en tierras que no eran suyas o pagar las deudas por medio del pago con la cosecha o el pago con trabajo (lo que mantenía constantemente en la miseria a los campesinos quienes en muchas ocasiones no tenían ni para comer así trabajaran mucho), por ser una sociedad cerrada en sí misma no se permitía la movilidad entre zonas para evitar que huyeran quienes debían pagando las deudas hasta con sus hijos, para mantener esta situación de sometimiento, cada región tenía su propio ejército y sus propias leyes a conveniencia de los jefes políticos y militares quienes eran los dueños de las tierras.
De la mano con los cambios económicos se realizaron ante todo campañas políticas e ideológicas para explicar los cambios venideros y los objetivos de las decisiones tomadas (estas decisiones eran producto de dos factores, el subjetivo que se reflejaba en que se tenía un estrecho contacto con las masas campesinas y obreras por lo que se conocían las necesidades más inmediatas de la población; y el objetivo, la necesidad de avanzar económicamente para resolver problemas prácticos que afectaban al pueblo chino, entre ellos salud, educación, vivienda, recreación etc.) todo ello, eliminando también los males heredados del pasado, como la prostitución, el bandidaje, la corrupción, el analfabetismo, los vicios, entre otros. Con esas campañas se buscaba movilizar a la población en la resolución de los problemas, incentivar sus propuestas y hacerlos conscientemente participes de los cambios a operar, como las luchas contra las plagas naturales que afectaban las cosechas, contra las intentonas contrarrevolucionarias (siempre los opresores quieren volver a su posición de dominio y es por ello necesaria la represión de dichos elementos si se quiere consolidar el poder popular) o contra el despilfarro y el enriquecimiento a costa del pueblo.
La formas organizativas (reflejo de decisiones políticas) para adelantar todas las tareas en el campo durante este primer periodo, fueron las asociaciones de campesinos pobres y medios, luego para la colectivización pasarían a ser los equipos de ayuda mutua, las cooperativas elementales, las cooperativas socialistas y posteriormente las Comunas Populares (las comunas eran la fusión de varias colectivos o cooperativas avanzadas en una fase de su desarrollo y no se reducían a la economía sino a muchos ámbitos de la vida); en la industria fueron los sindicatos quienes resguardaron la maquinaria meses antes de poder declarar el triunfo de las fuerzas revolucionarias, lo que sirvió como base inicial para continuar con la producción industrial ya que evitaron su traslado o su destrucción por parte de los reaccionarios. Tanto la industria como el comercio pasaron gradualmente de manos privadas a la nacionalización, lo que implicó que el manejo privado de la producción y distribución pasara de un 94% en 1949 a un 0.5% en 1957 y para el caso de los artesanos, se pasó de la elaboración individual a la colectiva por medio de cooperativas.
Continuará…