
El pasado Primero de Mayo de 2025 se cumplieron 20 años del asesinato de Nicolás Neira, asesinado por un agente del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) en el marco de la celebración del Día Internacional de la Clase Obrera en Bogotá. 20 años después sus familiares siguen exigiendo justicia.
Los hechos
Bogotá 1 de mayo de 2005, transcurría el primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez, los trabajadores y el pueblo colombiano se manifestaban nuevamente en las calles con motivo de la celebración del Día Internacional de los Trabajadores. El joven Nicolás Neira, de 15 años de edad y estudiante de grado noveno en el Liceo Miguel de la Salle, se encontraba con sus compañeros comprando libros en la carrea séptima con calle 19, mientras veía desfilar los diferentes destacamentos obreros que se dirigían hacia la Plaza de Bolívar. De pronto, los manifestantes fueron reprimidos brutalmente por agentes del ESMAD. Nicolás fue impactado con un gas lacrimógeno en su cabeza disparado por uno de los agentes, estar tendido en el piso no impidió que otros agentes lo golpearan. Terminó siendo trasladado a un hospital en estado inconsciente.
El impacto recibido por el proyectil más los golpes que se ensañaron contra su cuerpo le produjeron una fractura de cráneo y una hemorragia interna, además de múltiples hematomas en su cuerpo. Falleció cinco días después en cuidados intensivos.
La lucha por la justicia
Los familiares de Nicolás, especialmente su padre Yuri Neira, con el acompañamiento de organizaciones defensoras de Derechos Humanos, emprendieron una lucha exigiendo justicia y así evitar a toda costa que ese caso quedara en la impunidad. Ante la búsqueda de justicia por su hijo, Yuri Neira comenzó a ser víctima de hostigamientos y amenazas, al punto que tuvo que exiliarse del país e irse a vivir en España donde reside desde 2011.
Los agentes del ESMAD afirmaron que ellos no estuvieron presentes cuando ocurrieron los hechos, que los golpes recibidos por Nicolás fueron originados en medio de un «pogo» iniciado por un grupo de punks dentro de los manifestantes. Pero los testimonios y el material de prueba evidenciaron que el ESMAD sí hizo presencia en el lugar y fueron los responsables de la agresión y del posterior asesinato.
Según la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz:
«En la Procuraduría se inició una investigación disciplinaria en contra de los oficiales que estaban a cargo de la marcha, el capitán Julio César Torrejos y el subteniente Edgar Fontal Cornejo, la investigación fue archivada en segunda instancia en abril del 2010.
Un año después, en marzo del 2011, el Juzgado 37 Administrativo de Bogotá condenó al Estado colombiano por acción y omisión, y le ordenó pagar una indemnización de 160 millones de pesos a la familia Neira».
En 2021, el agente Néstor Julio Rodríguez Rúa, responsable de asesinar a Nicolás, fue condenado a 17 años de prisión domiciliaria. Otros uniformados también han sido condenados, el mayor (r) Fabián Mauricio Infante a 8 años y seis meses de prisión; y los uniformados Humberto Daza y Edgar Fontalvo, señalados de haber golpeado a la víctima cuando se encontraba en el piso, tienen procesos de investigación por esos hechos. Actualmente, a pesar de los fallos en el caso de los ex agentes Néstor Julio Rodríguez Rúa y Fabián Mauricio Infante, no han sido recluidos en una cárcel.
El caso del asesinato de Nicolás Neira fue admitido por la Comisión Interamericana de Derechos humanos (CIDH) que investiga al Estado colombiano por violación al derecho de la protesta social; igualmente, se encuentra en la Corte Suprema de Justicia a la espera del fallo definitivo.
Contra la violencia policial
La violencia policial en el marco de la protesta social es un fenómeno recurrente en la historia del país, y del que recientemente fuimos testigos en el pasado levantamiento popular, en donde otros agentes del ESMAD le arrebataron las vidas a otros jóvenes que protestaban.
Han sido principalmente los jóvenes del pueblo trabajador los que más han padecido esa violencia policial en el marco de la protesta social. Acorde a un documento de la Asociación Red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos (DH Colombia) que fue presentado en 2023 ante la Fiscalía con el fin de que el caso de Nicolás Neira fuese declarado un crimen de lesa humanidad, se hace mención que en Colombia existe una sistematicidad de violencia contra la protesta social, en donde el 70% de las víctimas de la violencia policial en el marco de la protesta son jóvenes entre los 14 a 28 años. Es por esa razón, que una de las reivindicaciones del pueblo ha sido el desmonte de esa máquina de represión y asesinato llamada ahora ESMAD.
El presidente Gustavo Petro había prometido en campaña que iba acabar con el ESMAD, siendo elegido incumplió con su promesa de campaña, solamente le cambió la denominación de esta unidad, que actualmente es llamada Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO).
Este Primero de mayo de 2025, los manifestantes, amigos y familiares le rindieron un homenaje a Nicolás en el lugar donde ocurrieron los hechos, el cual se ha convertido en un lugar de memoria que refleja uno de los casos de esa la violencia policial. Al cumplirse 20 años del asesinato de Nicolás Neira no solo recordamos ese lamentable hecho exigiendo justicia, también exigimos el desmonte del UNDMO.






