La no violencia y la resistencia pacífica de Gandhi: un absurdo en este sistema capitalista agonizante

La no violencia y la resistencia pacífica de Gandhi: un absurdo en este sistema capitalista agonizante 1

El 30 de enero de 1948 es asesinado Mohandas Karamchand Gandhi, a los 79 años de edad. Creador y defensor del método de lucha la no violencia y la resistencia civil pacífica, irónicamente pierde la vida de forma violenta. Pasadas las 5 de la tarde, Gandhi realizaba su habitual caminata vespertina hacia su reunión de oración en el jardín del Birla House —lugar posteriormente nombrado Gandhi Smriti, en Nueva Delhi (India)— sin embargo, en medio de la multitud que lo acompañaba, Nathuram Godse, un fundamentalista de 39 años, disparó por tres veces a quemarropa en el pecho de la víctima, quien murió casi instantáneamente en los brazos de sus dos sobrinas-nietas, Manu y Abha. Nathuram Godse es detenido por la multitud, sin oponer mayor resistencia.

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869, en Porbandar, una ciudad costera del Estado de Guyarat, en la India Británica. Llamado afectuosamente Mahatma (Gran alma) por el poeta y filósofo indio Rabrindana Tagore, era el tercer hijo de una familia de casta media-alta, bastante mística y perteneciente al visnuismo, una rama del hinduismo; sin embargo, el musulmán y el jade también fueron parte de la formación religiosa de Gandhi, cuyo principio básico fue la no violencia hacia cualquier ser vivo, esto incluía las plantas, los microbios, el agua, el fuego y el viento. Su madre, Putlibai, le inculcó a temprana edad el vegetarianismo y el ayuno para purificarse, lo que motivó a Gandhi a renunciar a sus posesiones materiales para vivir en armonía con los pobres.

El asesinato de Gandhi, que es considerado un magnicidio actualmente, fue parte de una conspiración realizada por varios sectores hinduistas que lo odiaban profundamente, pues afirmaban que:

  • Era responsable de la partición de la India y Pakistán, porque generó la creación de Pakistán como un Estado musulmán, algo contrario a la política de Akhand Bharat (una India unida) asunto que fue visto como una traición.
  • Había beneficiado mucho a los musulmanes en la división territorial, siendo mal vista su insistencia en la unidad hindú-musulmana, y su ayuno en 1948 para presionar al gobierno indio a pagar la parte de Pakistán de los activos financieros compartidos; además, dicha división ocasionó un gran derramamiento de sangre cuyo único responsable era, según ellos, Gandhi y su movimiento de la no violencia.
  • Que la política de no violencia y su enfoque en la reconciliación pacífica debilitaban a la India frente a Pakistán y a la misma India en las negociaciones con los británicos.
  • Su enfoque en la no violencia, la igualdad social, y su intento de reformar el sistema de castas también fueron vistos como amenazas por los mismos sectores extremistas conservadores hindúes.

¿En qué consistía el método de la no violencia, la resistencia pacífica y la justicia social creado y promovido por Mahatma Gandhi en la lucha por la independencia de la India sobre Inglaterra? Este método de lucha, que se convirtió en un gigantesco movimiento social en la India, contenía la cosmovisión Gandhiana en lo ideológico, político y social y, por ende, la forma de materializarlo:

  • En lo ideológico: Satyagraha, «fuerza de la verdad», método de resistencia no violenta que Gandhi desarrolló. Ahimsa (No Violencia), la no violencia debía ser un principio central de filosofía de vida. Swaraj, «autogobierno» o «autonomía», se debía ir más allá de la independencia política de la India; debía ser la auto-regla, la independencia personal y la responsabilidad de uno mismo. Tenía que incluir la idea de la autosuficiencia económica y espiritual. Sarvodaya, «bienestar de todos», tenía que ser el ideal de un orden social donde el bienestar de cada individuo contribuyera al bienestar de todos. Era un concepto que promovía la igualdad y el servicio comunitario. Simplicidad y austeridad, se debía vivir una vida simple y austera, creyendo en la economía y la sostenibilidad. En Gandhi esto se vio reflejado en su vestimenta, dieta (vegetarianismo) y en su rechazo a los lujos.
  • En lo político: Gandhi empleó la desobediencia civil no violenta como una herramienta política para desafiar leyes injustas. La Marcha de la Sal, realizada entre el 12 de marzo y el 6 de abril de 1930, fue uno de varios momentos famosos donde la desobediencia civil fue empleada para protestar contra el monopolio británico de la sal. Unidad Hindú-Musulmana: el movimiento Gandhiano luchó por la unidad entre hindúes y musulmanes, creyendo que la India debía ser un país unido más allá de las divisiones religiosas. Esto se vio en su participación en el Khilafat Movement y en su oposición a la partición de la India, aunque Gandhi no pudo evitarla. Decentralización, debía haber una democracia descentralizada, donde el poder estaría en manos de las aldeas y las comunidades locales, en lugar de un gobierno centralizado.
  • En lo social, la actividad política Gandhiana incluía la lucha contra el sistema de castas, especialmente para la elevación de los «intocables» (a quienes llamaron Harijan), la igualdad de género y la mejora de las condiciones de los trabajadores. La reforma social tenía que ser inseparable de la reforma política. Se promovió la autosuficiencia Económica con la producción local de bienes, especialmente a través de la rueca para hilar algodón, simbolizando la autosuficiencia y el rechazo al colonialismo económico. Esto fue parte de la campaña por el swadeshi (uso de productos locales). Paz y Justicia Internacional: no solo se debía luchar por la independencia de la India, también se debía tener una visión global de paz y justicia. Había que movilizarse resueltamente en la solución de conflictos internacionales mediante medios pacíficos.

En todas partes del mundo han existido, e incluso todavía hoy existen, luchadores con muy nobles propósitos, que sufren verdaderamente por las injusticias que los parásitos burgueses inflingen diariamente a las masas de trabajadores en todos los aspectos sociales; es el caso de Martin Luther King, Salvador Allende y miles de luchadores pacifistas que se entregaron en cuerpo y alma para liberarlas de la opresión y llevarlas a la conquista de un nuevo mundo verdaderamente digno y pleno de libertad. Sin embargo, e irónicamente, también murieron asesinados. Muchos de estos luchadores erraron en el método para lograr tan nobles propósitos, como los luchadores pacifistas de hoy, pues al parecer consideran al opresor como esa persona capaz de ser razonable, que se dispone a abandonar su posición de parásito y opresor a través del diálogo y la movilización pacífica; minimizan el poder enormemente destructor de los opresores a la hora de defender sus privilegios, olvidan que ellos, por sus interese de clase, no están ni estarán nunca dispuestos a entregar pacíficamente nada para el bienestar del pueblo, salvo que sea en fiera lucha armada que los millones de oprimidos desaten organizadamente contra ellos y los despojen de los medios de producción que les dan los privilegios económicos y políticos para oprimir al proletariado y al pueblo en general.

Es evidente que el mundo de Gandhi deja de lado la existencia de las clases sociales y sus propios intereses económicos y políticos, como elemento objetivo dentro del sistema capitalista; obviar este asunto tan importante es llevar al matadero, mansamente, a las masas en su lucha contra la burguesía, los terratenientes y los imperialistas; es creer que la buena voluntad de los capitalistas los hará reflexionar ante las huelgas de hambre, ante las tomas pacíficas y los pañuelos blancos; es creer, como en Colombia, que abrazando y besando a los asesinos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) ahora Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO), cambiarán su política antiobrera y aceptarán los justos reclamos de las masas. ¡Solo con la revolución política y social del pueblo en armas, se logrará un cambio real!, movilizando a millones de explotados y oprimidos, para levantar el gran edificio socialista con la dictadura del proletariado, en sólida alianza con el campesinado pobre, eliminando de una vez por todas la maldita propiedad privada, causa de la división social en clases.

En un mundo como el actual, donde las masas son víctimas de las peores atrocidades imperialistas, donde día a día se profundiza más la crisis del capitalismo, el cual lleva a las masas a una situación de terrible desespero material y económico; donde los imperialistas se arman con la tecnología militar y nuclear para arrebatar a sus competidores los territorios, los recursos y las masas, es imposible hablar de la resistencia pacífica y la no violencia, y quien así actúa, con tales métodos, se pone del lado de los asesinos capitalistas.  

En Colombia el pacifismo se ha movido tranquilamente y durante mucho tiempo entre las movilizaciones sociales de estudiantes, trabajadores y demás sectores. Cuando matan a los líderes sociales o masacran al pueblo en campos y ciudades, aparecen los apagafuegos de las centrales obreras o los de centro izquierda llamando a realizar marchas del silencio, con camisetas blancas, banderas y flores, implorando a los asesinos paramilitares y guerrilleros que dejen de matar al pueblo, y rogándole al Estado burgués que les dé protección. Nada de eso ha servido, pues los asesinatos y las masacres continúan.

¿Es justo promover la no violencia y la resistencia pacífica mientras la población palestina o los oprimidos de Ucrania son bombardeados diariamente por los imperialistas?, ¿o mientras el pueblo de la India es asesinado por el ejército en diferentes campañas de aniquilamiento?, ¡jamás será justo eso!

Como no es justo decirle a los pueblos africanos que aguanten pacíficamente todo el sufrimiento que por miles de años vienen padeciendo, la horrible pesadilla de la trata de niños, niñas y jóvenes; el reclutamiento forzado en los diferentes y cruentos conflictos armados, la minería en pequeña escala, el trabajo peligroso en la agricultura, la explotación sexual, el trabajo doméstico y los matrimonios forzados. En países como en Eritrea, Somalia, República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán, Togo, Benín, Gabón y Zimbabue todo este infierno está al orden del día actualmente; males que son promovidos por los diferentes gobiernos arrodillados a los imperialistas franceses, ingleses, norteamericanos y demás.

La no violencia y la resistencia pacífica mantiene en pie el orden burgués imperialista, oxigenando la agonía del moribundo y maldito sistema capitalista, prolongando a la vez la miseria, el sufrimiento y el infierno de millones de proletarios.

El mundo está maduro para la revolución política y social, pues las masas ya no aguantan más, y ya no quieren seguir más bajo la opresión y explotación capitalista, desafían el orden establecido y el poder burgués en todas partes; lo que falta es la organización política del proletariado en cada país, y el partido internacional de los explotados y oprimidos para avanzar firmemente hacia la revolución mundial y darle sepultura a este abominable sistema que por más de 300 años se ha alimentado del sudor y la sangre de los pobres de la Tierra. El método de la no violencia y la resistencia pacífica es un absurdo en este sistema capitalista en agonía, solo con la organización armada y la dirección política del partido, millones de proletarios podrán detener la destrucción de la vida en el planeta e instaurar el socialismo, paso inicial al comunismo, el único orden mundial capaz de acabar con todos los males que azotan a la humanidad.

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