Guevara, el guerrillero heroico y el guevarismo

Guevara, el guerrillero heroico y el guevarismo 1

El 8 de octubre de 1967, en la quebrada del Yuro (Bolivia). Ernesto «Che» Guevara sería emboscado, capturado y trasladado vivo a La Higuera donde, por órdenes de la CIA sería ejecutado. Este evento marcaría un hito para la historia de la lucha por la emancipación en Latinoamérica: El Día del Guerrillero Heroico. 57 años después, su ejemplo de internacionalismo, desprendimiento y valor sigue vigente, y su figura inspira a millones de luchadores de todo el mundo; sin embargo, es fundamental hacer un análisis crítico de sus aportes teórico-prácticos, así como deslindarse de aquellas desviaciones de filisteos oportunistas que han tergiversado su legado y pensamiento, manchando aquellos procesos emancipatorios del mundo.

Ernesto Guevara de la Serna, nacido el 14 de junio de 1928 en la cuna de una familia bien acomodada, en Rosario, Provincia de Santa Fe (Argentina), tuvo la oportunidad de adelantar estudios en Medicina en la Universidad de Buenos Aires en 1948 y se graduaría de médico el 11 de abril de 1953. A la par que crecía su interés por el rugby, también crecía el interés por la lectura y la escritura, de allí, posteriormente se conocerían como resultado, sus cuadernos filosóficos, donde haría un profundo estudio de los planteamientos de Marx.

El 4 de enero de 1952, el joven Ernesto Guevara, a los 24 años y acompañado de su amigo Alberto Granado, emprende un viaje que duraría siete meses, atravesando Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. El 1 mayo de 1952, en Lima el destino del Che tomaría un rumbo determinante. Allí conocería al discípulo directo de José Carlos Mariátegui, el médico Hugo Pesce y gracias a él, tomaría una consciencia de clases más latente fundada en el «Mariateguismo» y la lucha latinoamericana. Durante estas elucubraciones, escribiría su primer libro titulado «La guerra de guerrillas».

Durante su segundo viaje por Latinoamérica, en México, conoce a Fidel Castro, un joven abogado exiliado de Cuba, llamadoel cual dirigía un movimiento guerrillero llamado Movimiento 26 de Julio M-26-7, que se planteaba como objetivo derrocar el régimen de Fulgencio Batista. El M-26 tenía en ese entonces una ideología nacionalista, antiimperialista fundada en las ideas de José Martí.

El 25 de noviembre de 1956, un grupo de 82 jóvenes guerrilleros, embarcarían desde Tuxpan México rumbo a Cuba, donde a la luz de un combate a muerte, el Che Guevara se consolidaría como aquel guerrillero heroico que emanciparía a Cuba de los Yankees, de la mano de Fidel Castro. Posterior a la experiencia en Cuba, Ernesto intentaría realizar procesos de liberación nacional en países como El Congo y Bolivia, que fracasarían simultáneamente, cayendo preso y al final, siendo ejecutado en este último país.

La figura del Che Guevara sigue siendo objeto de controversia entre movimientos comunistas, pues unos lo toman como un ejemplo a seguir, y otros lo toman como un revisionista del marxismo-leninismo. Lo cierto es que es necesario distinguir entre Che Guevara el revolucionario y el «Guevarismo», que debe tomarse por lo que es: una corriente oportunista que ha deformado la guerra de guerrillas y la ha convertido en una experiencia romántica y aventurera, pues el guevarismo enfatiza en un individualismo heroico, en una organización foquista y tal y como afirmaría el Camarada Gonzalo, líder del Partido Comunista del Perú:

“Con el triunfo de la revolución armada en Cuba, a partir de 1959, y la actividad del movimiento castrista, Latino América ha sufrido una errónea y perniciosa influencia por parte del tercerismo pequeño burgués.”

Cuando el Partido Comunista del Perú-SL se refiere a aquél «tercerismo pequeño burgués», debe entenderse como una versión remozada de la pequeña burguesía en suplantar el papel histórico del proletariado como dirigente de la revolución para arrebatarles su hegemonía. Con su llamado a la revolución en América Latina han tergiversado eclécticamente el marxismo leninismo maoísmo tildando nuestra filosofía de obsoleta, negando las leyes universales de la Guerra Popular.

Y no se equivocaba el Camarada Gonzalo, en la actualidad, la lucha revolucionaria se ve tomada por otras prioridades reaccionarias y más en las condiciones colombianas, pues, nos encontramos con guerrillas “guevaristas” en cuyos estatutos reivindican la estructuración foquista, donde aquellos dirigentes pequeño-burgueses, al desviar completamente las leyes del marxismo-leninismo-maoísmo y al suplantar el papel de las masas como hacedoras de la revolución, se convierten en  grupos sin horizonte político y ejecutores de la guerra contra el pueblo.

En 1990 la revista Contradicción también se tomó en serio el análisis y la crítica al «guevarismo», desarrollando un extenso documento publicado en su primer número (que pueden descargar aquí), allí se consideran precisamente las cualidades del Che como revolucionario, y a la par, las particularidades de sus teorías y lo que devino posteriormente por sus seguidores, como una profunda desviación de la teoría marxista:

«Obviamente no se trata de desconocer que Guevara fue un gran revolucionario y hombre de acción que se opuso al pacifismo revisionista y murió convencido de su causa, en esa medida fue un hombre valeroso, cosa que no podemos decir de sus seguidores, quienes actualmente han abandonado de él todo lo revolucionario para caer en posiciones abiertamente reformistas.»

Y es que el análisis crítico de estas teorías fue y es fundamental, no solo para la defensa del marxismo leninismo maoísmo, sino también, para el deslinde con el oportunismo y para la formación de los comunistas. En el artículo Marxismo y Guevarismo de la revista Contradicción No. 1 y bajo la firma del camarada José Núñez, se hace un recorrido por varios aspectos fundamentales que sirven para diferenciar al guevarismo como corriente en América Latina, del marxismo revolucionario como ciencia de la revolución proletaria.

Es innegable que el Che Guevara dejó su legado de espíritu indomable y una profunda convicción como revolucionario. Su ejemplo ha inspirado a muchos a organizarse y militar contra la injusticia, la opresión y la explotación. Seguir su ejemplo es importante, pero no solo como «guerrillero heroico», es necesario tomar las armas de la teoría y la práctica revolucionaria, construyendo la revolución sin dejar de lado el determinante papel de las masas en ella, empuñando la ciencia del marxismo leninismo maoísmo, para avanzar en la restauración del Partido Comunista como el destacamento de vanguardia que necesita el proletariado para avanzar hacia su propia  emancipación, sin salvadores supremos, sin grupos de héroes que lo suplante en la lucha.

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