¡25N, mujeres contra el sionismo, mujeres contra el machismo, mujeres contra el capital!
Todo aquel que se oponga a la violencia contra la mujer, debe oponerse a la violencia del Estado sionista de Israel contra Palestina. ¡Palestina tiene nombre de mujer! Y debe ser defendida por todos los pueblos del mundo, así como toda mujer víctima de violencia debe ser defendida por sus hermanos, a la vez que motivada a empuñar el arma de la lucha directa, mancomunada y organizada contra sus opresores.
La nueva jornada en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres se desarrolla, en medio de un agitado orden social y de crisis capitalista que somete y oprime a los pueblos del mundo, a la clase obrera y en particular a las mujeres, que en medio de la agudización de todas las contradicciones llevan la peor parte. Basta ver la brecha salarial, el índice de desempleo, los feminicidios, la violencia intrafamiliar, la miseria provocada por la carestía y la falta de oportunidades que golpea a las familias, en su mayoría compuestas por madres cabeza de hogar. De ahí que la violencia contra la mujer, además de manifestarse en las agresiones físicas y psicológicas, se concreta también en todo aquello que impide a las mujeres su pleno desenvolvimiento en la sociedad.
Todas las mujeres son víctimas de la opresión machista, pero las obreras y campesinas además de esa opresión, padecen las lacras de un sistema que las explota, las reprime y las oprime tanto en sus hogares como en sus sitios de trabajo, a la vez que las discrimina socialmente. Por eso la lucha por la emancipación de la mujer, no será posible si se restringe a la lucha contra el patriarcado. Alcanzar la verdadera emancipación de la mujer exige abolir la propiedad privada sobre los grandes medios de producción; es decir, destruir el actual sistema de hambre, guerra y muerte, causante de todos los vejámenes que en carne propia padecen las mujeres en el mundo. Es tan cierto esto, que con solo escuchar los llamados al exterminio del pueblo palestino por parte de mujeres en los órganos de poder estatal, como sucedió en el Estado sionista de Israel, se hace evidente que no se trata de un problema entre hombres y mujeres, sino de toda una clase parásita, que no titubea en bombardear y masacrar pueblos enteros, que no vacila en aplicar la fuerza reaccionaria de su Estado contra los desposeídos cuando se trata de defender sus mezquinos intereses. El enemigo es entonces el capitalismo imperialista y el Estado que lo sostiene y defiende con todas sus instituciones ideológicas, políticas, judiciales y militares.
Enfrentar este enemigo no es tarea fácil, es una lucha que requiere de la organización y la independencia de clase, lo que lleva a pensar en una forma organizativa especial y una plataforma de lucha común de las mujeres, que contribuya a mejorar las condiciones de las mujeres para su supervivencia y la de sus familias y para la lucha por su emancipación definitiva. De ahí que desde el portal digital Revolución Obrera, se ha promovido la idea de construir un Movimiento Femenino Revolucionario, cuya plataforma debe ser una propuesta para las mujeres, que parta de reconocer las causas concretas de su situación, y unas formas de lucha y organización que facilite su participación en la lucha por destruir a su enemigo principal, el capitalismo imperialista.
Si se reconoce que la opresión de la mujer surgió con la propiedad privada y con la división de la sociedad en clases; si se comprende que esta situación de opresión no ha variado hasta llegar al capitalismo dominante en la actualidad; si se reconoce que la condición de las mujeres sigue sustentada en relaciones de propiedad, de la misma forma en que se ejercen sobre los medios de producción; si se acepta que las relaciones sociales siguen siendo de explotación y de opresión, debe entonces desarrollarse una lucha revolucionaria, que cambie el sistema de raíz.
Así las cosas, se necesita un Movimiento Femenino Revolucionario, que conquiste las reivindicaciones para mejorar la situación de las mujeres, muchas de ellas contenidas en las que el mismo pueblo colombiano expresara en el levantamiento popular del 2021, a la vez que contribuya en el transcurso mismo de la lucha a organizar y desatar las fuerzas contra la causa más profunda de la opresión y explotación de todos los trabajadores en general y de las mujeres en particular. Solo así podrá superarse el horror que muchas mujeres soportan a diario.
Pero además, debe ser un Movimiento Femenino Revolucionario internacionalista; por ello, este 25N tiene una connotación distinta, porque se desarrolla en medio del genocidio al pueblo palestino y, en especial, en medio del ataque a las mujeres palestinas, que como todas las mujeres en medio de una guerra injusta, son usadas como botín, son agredidas y abusadas, son sometidas a la miseria junto con sus hijos y a la supervivencia sin sus compañeros, muchos de ellos asesinados no en combate, porque esa no es una guerra, es un genocidio.
El 25N las mujeres deben alzar sus voces contra el genocidio en Palestina, manifestar su apoyo y solidaridad internacionalista, a la vez que deben denunciar los feminicidios y todo tipo de violencia contra las mujeres, así como las intenciones de pisotear los derechos conquistados con lucha, como lo es el del aborto legal y asistido por el Estado. En cada grito, en cada línea de los comunicados, en cada consigna debe quedar claro que la mujer combativa y revolucionaria estará al frente en el trabajo por un Movimiento Femenino Revolucionario, que encause la lucha por la emancipación de la mujer como parte de la emancipación de la clase obrera y promueva la solidaridad y lucha internacionalista.
Este 25N, ¡Adelante en la creación del Movimiento Femenino Revolucionario! Este 25N adelante con la solidaridad y lucha internacionalista porque Palestina tiene nombre de mujer: ¡Mujeres contra el sionismo! ¡Mujeres contra el machismo! ¡Mujeres contra el capital!
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Noviembre 2023