Por un Movimiento Femenino Revolucionario: ¡Organizar Comités de Mujeres!

El sistema capitalista es un sistema en descomposición. Verdad refrendada en la práctica por los hechos que condenan el fin de la existencia de ese sistema: sometimiento y humillación de los desposeídos; súper explotación de las masas trabajadoras por una minoría parásita; corrupción; crisis económicas, sociales y políticas; terrorismo de Estado; guerra reaccionaria contra el pueblo; ideología retrógrada y conservadora que impide el desarrollo del arte, la ciencia, la cultura y, de sectores de las masas en particular como las mujeres… en fin, una realidad que demuestra la hediondez del capitalismo, su innecesaria existencia y del execrable Estado que lo sustenta.

En medio de toda esta escoria, y dentro de los hechos que demuestran la podredumbre de este sistema, están aquellos donde reaparece lo más atrasado, violento y asqueroso, como si los peores monstruos adormecidos, despertaran después de haber recuperado fuerzas para arremeter con más ímpetu contra sectores de la sociedad, en particular contra las mujeres. Indignante es conocer las cifras de feminicidio y más aún sus causas -celos y machismo principalmente-, así como saber de rincones del mundo donde se niega a las mujeres mostrar su rostro y su cabello, estudiar, casarse con quien quieran, abortar; sin contar con las crecientes cifras de violación y maltrato psicológico y físico. Esto hablando solamente de los casos de opresión, pues si se examina la súper explotación a la que es sometida la mujer, el panorama es tétrico también: brechas salariales insuperables, despidos masivos especialmente de mujeres, sometimiento a horarios infernales e intensas jornadas de trabajo, con más rudeza durante la pandemia -tanto en la casa como en el trabajo-, acoso laboral y sexual por parte de los patronos, violación de derechos laborales como permisos, pago de incapacidades, así como pocas oportunidades para el ascenso en sus trabajos para mejorar sus condiciones de vida, etc., etc. Una situación infernal que las mujeres en el capitalismo imperialista no pueden aguantar y que obliga a la lucha por sus derechos y por la conquista de nuevas reivindicaciones.

En efecto, la lucha de las mujeres ha crecido, se han organizado y conquistado importantes derechos que en otrora no poseía y que en no pocos casos, veía distantes: el derecho al sufragio, a la educación, a la participación en la producción, a la organización, al aborto (en algunos países), a la participación -bastante reducida por cierto- en cuestiones del Estado, a la legislación en contra del feminicidio (en algunos países), son entre otras reivindicaciones ganadas a pulso, algunas conquistadas como parte de procesos revolucionarios, otras con la lucha dedicada y constante de los colectivos y organizaciones femeninas, pero todas un ejemplo de la tenacidad, capacidad y rebeldía femeninas que en los últimos años ha inculcado o impregnado al movimiento de masas en general beligerancia y odio a la ideología machista, impuesta y perfeccionada por un sistema al que le interesa sobremanera el sometimiento y opresión de la mitad de los explotados y oprimidos: las mujeres.

Los derechos conquistados deben seguir siendo defendidos con la lucha, a la vez que se avanza en elevar el nivel de consciencia y organización del movimiento femenino para conquistar nuevas reivindicaciones en el camino de la lucha por la liberación definitiva.

El marxismo concibe que la situación de opresión de la mujer, existe desde el surgimiento mismo de la propiedad privada y la división de la sociedad en clases. Desde entonces, en las diferentes formaciones económico-sociales la condición de la mujer se sustenta en las relaciones de propiedad, en la forma de propiedad que se ejerce sobre los medios de producción y en las relaciones sociales de producción que sobre aquellas se levantan. En todas las formaciones económicas sociales basadas en la propiedad privada (el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo) la situación de la mujer ha sido de opresión… como se expresa en la Línea de Masas de la UOC (mlm). Entender esto como la base de la opresión y explotación de la mujer es fundamental para que su lucha no se estanque, ni se limite a lo que el sistema capitalista les quiera o les tenga que ofrecer como producto de sus luchas.

Dentro del actual sistema capitalista imperialista, la fuerza de trabajo de los obreros y de las mujeres obreras, es una mercancía cuyo uso por los dueños de los medios de producción los enriquece; pero también resulta ser una mercancía el cuerpo de la mujer, su sexualidad, su forma de pensar, toda ella es una fuente de riqueza para el capitalismo y por eso el interés burgués de mantener la sumisión, opresión, explotación y humillación sobre ellas, es parte del paquete ideológico, político y económico con el que se garantiza que la mitad de la población le genere más ganancias.

Y es que los derechos de los que gozan las mujeres en el mundo -no todas, basta recordar las recientes acciones del régimen Talibán en contra de las estudiantes y del sexo femenino en general en Afganistán- fueron ganados en las calles, sacrificando vidas, destacando nuevas dirigentes, movilizándose en todo el mundo, enfrentando a la bota militar, expresando su repudio a la institucionalidad burguesa, ¡ha sido así compañeros, no sentadas en los puestos del Estado burgués, no llorándole a los “doctores” anquilosados en el establo parlamentario, no pidiéndole permiso a nadie! Históricamente, las mujeres socialistas, revolucionarias, obreras, campesinas, indígenas, recicladoras, estudiantes, maestras, madres… han aportado a conquistar lo que hasta ahora se tiene y es una labor loable, que debe ser emulada por el resto de las mujeres en el mundo, y por los revolucionarios consecuentes y conscientes del importante papel que juegan las masas femeninas en la sociedad.

¡Pero cuidado! la lucha por los derechos y reivindicaciones concretas de la mujer tiene matices peligrosos. De un lado, la percepción de que se puede acomodar el sistema a favor de las mujeres; algunos movimientos con un punto de vista burgués lo expresan poniendo como objetivo el “poder femenino”, reduciendo la lucha a la “erradicación del patriarcado”, minimizando el hecho de que hoy la causa profunda de la opresión a la mujer no es la existencia de los hombres, sino de la formación económico social -capitalista imperialista- y por tanto, ese es el blanco de la lucha si se quiere realmente alcanzar la emancipación de todas las mujeres. Esa posición que oculta la base económica de la desigualdad y opresión de la mujer, no es insignificante en la sociedad, de ahí el peligro; y aunque tiene sustento en hechos reales, como el machismo causante de la mayoría de feminicidios y violaciones, no comprende que las ideas y prácticas machistas hacen parte de la superestructura ideológica y política erigida sobre la base económica del sistema que hay que remover de raíz, sin dejar de combatir el machismo en todas sus formas. Este peligro en la lucha por los derechos y reivindicaciones de las mujeres, reduce su campo de acción a la lucha de género y, aunque debe despreciarse y combatirse toda forma de machismo, también deben considerarse otras reivindicaciones que hacen parte de mejorar las condiciones de vida y lucha de las mujeres, tales como: el derecho al empleo, a la nivelación salarial, a la organización sindical y revolucionaria, a la educación, a la salud, a la vivienda, a la nutrición adecuada en periodos de gestación y lactancia, a la reparación en casos de violación, a la justicia en los casos de feminicidio y violencias en su contra, a la vida… es decir un conjunto de reivindicaciones que garanticen mejores condiciones para que la lucha por su emancipación se desarrolle por lo menos en las mismas condiciones que los hombres.

Otro peligro es considerar que las leyes, decretos y algunos derechos existentes en el capitalismo y reconocidos por el Estado burgués, son suficientes para las necesidades de las mujeres y no deberían pelear por nada más. Es equivocado este punto de vista, porque reduce la lucha al reformismo y, aunque ya se ha dicho que lo conquistado es muy importante, la realidad muestra que muchas leyes y medidas son meras formalidades en esta sociedad, que ni siquiera garantizan el derecho a la vida de las mujeres; cualquiera es testigo del aumento en las cifras de atroces feminicidios y violencias contra las mujeres en todos los entornos y de todas las formas.

¿Cuál es entonces la verdadera y necesaria lucha? Ya lo dijo con claridad aquella querida dirigente femenina Clara Zetkin:

El comunismo, el gran emancipador del sexo femenino, no puede ser solamente el resultado de la lucha común de las mujeres de todas las clases por la reforma del sistema burgués en la dirección indicada por las reivindicaciones feministas, no puede ser solamente el resultado de una lucha contra la posición social privilegiada del sexo masculino. El comunismo sólo y únicamente puede ser realizado mediante la lucha común de las mujeres y hombres del proletariado explotado contra los privilegios, el poder de los hombres y mujeres de las clases poseedoras y explotadoras. El objetivo de esta lucha de clases es la superación de la sociedad burguesa, del capitalismo. En esta lucha el proletariado puede estar seguro de conseguir la victoria si logra despedazar el poder de la burguesía explotadora mediante acciones revolucionarias de masas, si logra despedazar el dominio de clase de la burguesía sobre la economía y el Estado mediante la conquista del poder político y la instauración de su dictadura de clase en el sistema de consejos (soviets).

Reiteramos que si bien las mujeres han conquistado importantes reivindicaciones a lo largo de la historia, las cuales no deben ser subestimadas, sí debe reconocerse que no basta con exigir leyes en favor de las mujeres en el sistema capitalista; debe entenderse que su total emancipación será posible solo si se cambia este sistema, si se avanza a una sociedad socialista en tránsito hacia la sociedad comunista y ello requiere de la organización consciente y revolucionaria de las mujeres, de ahí la necesidad de trabajar por la construcción de un Movimiento Femenino Revolucionario.

Compañeras y compañeros, se acerca el 8 de Marzo Día Internacional de la Mujer y el llamado especial desde el Portal Revolución Obrera, es a construir un Movimiento Femenino Revolucionario que levante la bandera de la emancipación de la mujer como parte de la lucha general contra el capitalismo imperialista, un Movimiento Femenino Revolucionario basado en unos principios y una plataforma de lucha firmes en el combate al sistema económico actual y su Estado burgués, principal causa de la opresión y explotación a la mujer; un Movimiento Femenino Revolucionario que conquiste los derechos que las mujeres merecen y no poseen y que defienda con la lucha las conquistas ya logradas históricamente; un Movimiento Femenino Revolucionario que luche contra la desigualdad entre hombres y mujeres en los diferentes ámbitos de la sociedad, que condene el hambre y la miseria a la que se somete a los desposeídos, que se movilice revolucionariamente ante la violencia, maltrato y feminicidios, exigiendo justicia y acciones verdaderamente reparadoras, no como las actuales que revictimizan a las mujeres agredidas; un Movimiento Femenino Revolucionario que trabaje junto a los desposeídos contra el enemigo que tiene el poder político, ideológico y de las armas; un Movimiento Femenino Revolucionario que luche contra la ideología burguesa de considerar las mujeres mercancía y propiedad de los hombres, que eduque a hombres y mujeres respecto al papel de estas en la transformación de la sociedad, que marche de la mano con el Partido de la clase obrera, donde las mujeres sean dirigentes en todos los aspectos, destacando sus capacidades en todos los terrenos, y donde puedan desplegar su iniciativa creadora y disposición a construir una nueva sociedad donde realmente puedan gozar de sus derechos libremente.

Que en este 8 de marzo la conmemoración del Día Internacional de la Mujer sea un día de trabajo por la unidad y la organización de los Comités de Mujeres que serán la base organizativa del Movimiento Femenino Revolucionario. ¡Vamos camaradas! a trabajar desde la propaganda y agitación, desde el arte y la ciencia, desde la educación, desde la fábrica, el sindicato, el barrio, la vereda, desde las casas… por la construcción de un Movimiento Femenino Revolucionario, que unido a la lucha por la emancipación de la clase obrera, logrará garantizar a las mujeres, las condiciones para su emancipación en una nueva sociedad.

La cita es en las calles el 8 de Marzo, y desde antes de esta conmemoración, nuestros distribuidores estarán trabajando con el impreso de Revolución Obrera. Compañera: pregúntele a su distribuidor, intercambien números o correos y establezcan comunicación para organizar Comités de Mujeres por doquier y unir esfuerzos en pro de un Movimiento Femenino Revolucionario.

Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Febrero 2023

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