En la actual situación política del país, la experiencia todavía fresca de los grandes levantamientos sociales —lucha directa de masas en las calles— para exigir al régimen de la mafia uribista solución a los angustiosos problemas del pueblo, se entrevera con la esperanza de resolverlos —por la vía constitucional burguesa— con el nuevo gobierno reformista del Pacto Histórico. Es una situación de inestabilidad política, porque ya los actos del Gobierno apuntan al incumplimiento de sus promesas populares en campaña electoral, y las acciones de diversos sectores de las masas también indican, que se ven obligadas a dejar de lado las ilusiones constitucionales y retornar al camino de las vías de hecho para exigir sus reivindicaciones. Situación de inestabilidad propicia para que los representantes políticos de las diferentes clases, agiten banderas, consignas y programas en favor del pueblo. ¿A quién creerle?
Los partidos representantes de las clases reaccionarias —burguesía y terratenientes— no presentan abiertamente sus intereses de obtener y acumular ganancias en la explotación del trabajo ajeno; los disfrazan de “progreso”, “inversión social”, “estímulo al empleo”, “beneficio para todo el pueblo colombiano” emplazándolo a manifestarse en las calles en rechazo al gobierno del Pacto Histórico (24 de octubre y 29 de noviembre). A la sombra del rechazo uribista al Gobierno, los pobres que se tragan el cebo reaccionario, terminan en las calles luchando bajo banderas ajenas, exigiendo rebajas de impuestos, exoneraciones y subsidios para los ricos.
Por su parte, desde el Gobierno, los partidos reformistas incluidos los falsos partidos comunistas y socialistas, apelmazados en el Pacto Histórico que hoy encarna los intereses de la pequeña burguesía, en acuerdo con los dirigentes vende-obreros de las centrales sindicales y con dirigentes politiqueros de organizaciones sociales, presentan el Gobierno de Petro como “el nuevo poder del pueblo colombiano”, y llaman a cerrar filas en su respaldo, a demostrar su apoyo en la manifestación nacional programada para el 15 de noviembre.
Desde la otra orilla, los comunistas revolucionarios, representantes de los intereses actuales y futuros de la clase obrera, defensores de las justas reivindicaciones de las masas trabajadoras de la ciudad y del campo, convocamos al pueblo colombiano a no caer en las trampas de los reaccionarios y reformistas, a persistir en la lucha directa con total independencia de sus antagónicos enemigos reaccionarios representados por el uribismo, y con total independencia de los falsos amigos reformistas representados por el Pacto Histórico. ¡No apoyar al Gobierno y menos adherirse al anti-petrismo de la oposición uribista!
Los pilares programáticos del Gobierno de Petro, son los mismos de los reaccionarios uribistas: defensa de la propiedad privada capitalista, intensificación de la explotación asalariada para desarrollar el capitalismo, alianza lacaya con el imperialismo principalmente yanqui, respaldando su dominación económica, política y militar sobre la sociedad colombiana, y dándole carta blanca a los grupos monopolistas, sobre todo los financieros, con el eufemismo de “inversión extranjera que trae desarrollo, empleo y bienestar social”, cuando en realidad el imperialismo siembra explotación, miseria, hambre, saqueo, destrucción… y cosecha superganancias que se lleva con la venia de las clases dominantes y sus Gobiernos como ahora el de Petro ¡ni siquiera nacionalista burgués!
¡No se puede ni se debe apoyar a un Gobierno cuyo programa es anti-obrero y anti-popular, al servicio de los explotadores capitalistas e imperialistas! ¡No se puede ni se debe apoyar a un Gobierno aliado con los enemigos del pueblo colombiano!
Las propuestas populares del Gobierno de Petro, en cuestiones tributarias, laborales, tierras, salud, medio ambiente, relaciones internacionales, judiciales…, si tocan un céntimo de las ganancias capitalistas o si contrarían una mínima decisión de su dictadura de clase, son inmediatamente condicionadas, retocadas, frenadas, aplazadas como ocurrió con las anunciadas reformas laboral y de salud, o con la libertad de los activistas de las Primeras Líneas, detenidos, procesados y condenados por el régimen de la mafia uribista. Pero si las propuestas del Gobierno benefician los negocios de los ricos, tienen luz verde apenas con reparos secundarios, como fue la reapertura del comercio con Venezuela, o la indemnización de 60 billones de pesos a la mafia uribista por devolver una pequeña parte de las tierras que a sangre y fuego expropiaron a los campesinos. Bajo el Gobierno de Petro no ha cesado la ejecución del terror dictatorial de los capitalistas contra los trabajadores, demostrando en los hechos la falsedad de que es “el nuevo poder del pueblo”; más parece ser un tercer período del Gobierno de Santos, con varios de sus Ministros y la misma bandera de la “paz social”.
¡No se puede ni se debe apoyar a un Gobierno cuyas promesas populares fueron solo demagogia electoral! ¡El pueblo no puede ni debe apoyar a un Gobierno que indulta a los asesinos de dirigentes sociales y encarcela a los luchadores populares! ¡El pueblo no puede ni debe apoyar a un Gobierno que coarta los medios de lucha y de organización de los trabajadores, ya sea mediante el engañoso guante de seda de la “paz social” entre explotados y explotadores, o con el puño de hierro de la represión estatal contra pobladores e indígenas desplazados, contra trabajadores mineros, estudiantes y jóvenes desempleados!
Contra los engañosos programas reaccionarios y reformistas, los revolucionarios comunistas le proponemos a la clase obrera y a las masas trabajadoras de la ciudad y del campo, un Programa que solucione de raíz los sufrimientos del pueblo colombiano, un Programa cuyos objetivos centrales sean:
No salvaguardar la propiedad privada capitalista, base económica de la explotación del trabajo ajeno. No defender ni fortalecer el poder económico de la burguesía, los terratenientes y sus socios imperialistas.Expropiar y confiscar sin indemnización todo el capital financiero, industrial, agrario, comercial, de transporte y de comunicaciones, en manos de la burguesía, los terratenientes y todos los imperialistas asociados con estas clases.
No defender la propiedad terrateniente de la tierra. No legalizar el despojo con la compra de la tierra expropiada a los campesinos. Nacionalización inmediata de toda la tierra, incluyendo los recursos naturales (petróleo, carbón, minas, bosques, aguas). Expropiar y confiscar sin indemnización la tierra: de los terratenientes, de las instituciones religiosas, de las concesiones dadas al imperialismo, de la burguesía industrial y comercial en el campo; y si se oponen a la revolución, también la tierra de los campesinos ricos.
No a la alianza con los enemigos del pueblo colombiano. La alianza es entre los obreros y los campesinos, clases que componen la inmensa mayoría de la sociedad y la sostienen con su trabajo. Alianza que es la fuerza principal de una revolución contra el poder político y económico del capital.
Los hechos demuestran que un cambio de Gobierno dentro del mismo Estado reaccionario, no resuelve los problemas del pueblo. Es necesario destruir todo el poder político de la burguesía, los terratenientes y los imperialistas, destruir todo su aparato militar y burocrático estatal, y sobre sus ruinas construir un nuevo Estado gobernado por los obreros y campesinos. ¡Ese sí será el verdadero nuevo poder del pueblo!
Y el camino para realizar tales objetivos no es la “paz social”, no es la “paz total”, que maniatan y paralizan la rebeldía de los pobres. El camino es la lucha de clases, la revolución de los explotados contra los explotadores, de los oprimidos contra los opresores, el ejercicio de la violencia revolucionaria de las masas contra la violencia reaccionaria de los enemigos del pueblo.
¿Qué hacer en lo inmediato para el avance de la revolución? Lo dijimos recién proclamado el nuevo Presidente Petro y antes de iniciar su Gobierno, y lo reafirmamos ahora:
Mantener en alto las banderas de lucha por la vida y la libertad, contra el hambre, contra la privatización de la salud, por la educación pública universal y gratuita, por vivienda digna para el pueblo, por la protección especial a la mujer y los niños, por auxilios a los pequeños y medianos propietarios, por ayuda y respeto a las minorías, contra la destrucción de la naturaleza.
Continuar la preparación y organización de las fuerzas del pueblo, para avanzar en la alianza de los pobres de la ciudad y del campo, para retomar las formas de organización asamblearias y las formas de lucha directa.
¡A PREPARARSE EN LAS CALLES PARA EL PRÓXIMO ESTALLIDO SOCIAL!
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Noviembre 7 de 2022
3 respuestas
2 errores en la lectura del editorial.
¿Cuáles compañero?
Vine en búsqueda de risas y eso encontré, qué análisis tan obtusos. A duras penas se leen entre ellos y ya andan convocando al pueblo colombiano con una cantidad de términos retrógrados y análisis del paleolítico. Tienen una buena cantidad de estados delirantes.