Comprender y encarar los desafíos de la convulsionada situación mundial

Empezó el 2025 en medio de crecientes tensiones en Europa alrededor de Ucrania, el Medio Oriente en torno del genocidio en Palestina y la agresión del Estado sionista de Israel a otros países, el Sudeste Asiático por Taiwán, en el Sahel en África y en América Latina por Venezuela posiblemente. Y si bien ahora la atención se concentra en Ucrania y sobre todo en el Medio Oriente, donde el pueblo palestino resiste heroicamente la matanza a manos de Israel, los ataques de este perro de presa de Estados Unidos a otros países como Líbano, Irán, Yemen y Siria, todo indica que la confrontación va a seguir escalando también a otras latitudes para afianzar la influencia por parte de los imperialistas encabezados por Estados Unidos y sus socios de la OTAN de un lado y Rusia, China y sus aliados del otro.

La lucha comercial y diplomática es a muerte entre los imperialistas y los monopolios por las fuentes de materias primas, exportación de capitales, nuevos mercados y mano de obra barata para moler en el infierno de la superexplotación, exacerbada por la crisis del capitalismo mundial, que desde el 2008 solo ha tenido leves y temporales recuperaciones para volver a caer nuevamente; fenómeno que los analistas de las agencias imperialistas llaman estancamiento y que atiza la lucha interimperialista e intermonopolista y en consecuencia la carrera armamentista que lleva a la amenaza de una nueva guerra imperialista por el reparto del mundo ya repartido. Una guerra que pondría en peligro la existencia de la humanidad y la vida en el planeta.

Son gigantescos los esfuerzos del proletariado y los pueblos del mundo por frenar la voracidad de los capitalistas que siguen descargando el peso de la crisis de su sistema moribundo sobre la sociedad trabajadora mundial, así como heroicos los esfuerzos de los pueblos en su resistencia a la agresión imperialista; pero esto no es suficiente, los grandes levantamientos populares iniciados en el 2019 alrededor del mundo y la lucha armada revolucionaria de los pueblos por su liberación social y política, no han logrado frenar la arremetida de los explotadores e inclinar la balanza a favor de las fuerzas de la revolución para impedir el siniestro rumbo que están tomando las fuerzas de la reacción, porque los esfuerzos del ejército proletario mundial y los pueblos siguen siendo dispersos y aislados.

Por eso hoy, como hace 160 años, las palabras de Marx en el Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores cobran mayor vigencia y se convierten en una orientación inmediata de los comunistas como la parte más avanzada del movimiento obrero:

La clase obrera posee ya un elemento de triunfo: el número. Pero el número no pesa en la balanza si no está unido por la asociación y guiado por el saber. La experiencia del pasado nos enseña cómo el olvido de los lazos fraternales que deben existir entre los trabajadores de los diferentes países y que deben incitarles a sostenerse unos a otros en todas sus luchas por la emancipación, es castigado con la derrota común de sus esfuerzos aislados.

Urge la unidad y la organización en una nueva Internacional Comunista que dirija la lucha común del proletariado y los pueblos del mundo para oponerse a las guerras reaccionarias y a los preparativos de guerra mundial imperialista con su movilización revolucionaria, preparándose para impedirla con la revolución o, en caso de que estalle, para transformarla en guerra civil contra las clases reaccionarias en los distintos países.

Colombia, como parte del sistema mundial imperialista, no escapa a lo que ocurre en el globo. Como país oprimido, sus clases dominantes son socias y lacayas del imperialismo, principalmente yanqui y por eso, a pesar del gobierno reformista del presidente Petro y de sus discursos sobre la paz y el medio ambiente, mantiene los acuerdos económicos, políticos y militares que imponen los imperialistas en su afán de ganancias, en la disputa interimperialista y en sus preparativos de guerra mundial. Sobre esto último, a las siete bases militares de antaño ahora se agregan una base naval en la isla Gorgona y una base terrestre en la Amazonía, a la vez que sigue firme el compromiso como socio global de la terrorista OTAN comandada por Estados Unidos.

Igualmente, a pesar de las promesas de campaña de resolver desde la presidencia las exigencias del levantamiento popular del 2021, de los discursos sobre la protección del medio ambiente y de la promesa de la paz total, más de dos años de mandato han demostrado su fracaso, porque no es posible siquiera mejorar la situación del pueblo mediante un “acuerdo nacional” apelando a la filantropía de los insaciables explotadores, imperialistas, burgueses y terratenientes, apoyándose en el viejo y podrido Estado de las clases dominantes y sus instituciones que están de espaldas al pueblo y, por el contrario, han mostrado una vez más su carácter antiobrero y antipopular y la corrupción de la cual no escapa el propio gobierno que juró combatirla.

De las tímidas reformas sociales, a pesar de haber sido recortadas hasta volverlas inservibles para el pueblo, solo algunas han sido aprobadas y otras siguen estancadas en el Congreso, y es posible que este año la situación no cambie, si se tiene en cuenta que desde ahora todos los politiqueros tratarán de venderse ante el pueblo como sus salvadores con la mira puesta en las elecciones del año entrante.

El pueblo trabajador, por su parte, viene aprendiendo la lección y obligado por la situación se ha visto precisado a retomar el camino de la lucha contra sus enemigos como lo hacen ver los 786 bloqueos ocurridos en el 2024 en las principales regiones y vías del país, según los datos de Colfecar; como evidencia la persistente movilización y lucha de los campesinos por hacer cumplir las promesas de tierra, créditos, etc. prometidos; como constata la incesante movilización, lucha y paros de los asalariados, incluso contra el gobierno como el paro del magisterio haciendo reversar la reforma a la educación; como reconocieron las autoridades de la capital del país informando que en el transcurso del 2024 se presentaron 339 bloqueos al Transmilenio por movilizaciones y de conjunto que en promedio se presentaron 5 manifestaciones por día durante el año. Obreros, maestros, estudiantes, vendedores ambulantes, campesinos, pueblos indígenas y afros, usuarios de la salud, viviendistas… Todos exigiendo el cambio prometido que no llegó y con mayor razón no vendrá este año cuando el recorte al presupuesto social es del 50%.

En medio del forcejeo de los politiqueros en campaña, la inconformidad y el movimiento social seguirán creciendo porque no han sido resueltas las exigencias y reivindicaciones populares, y los ricos holgazanes no están dispuestos a ceder en su voracidad de ganancias.

En esta situación los comunistas, los revolucionarios, los dirigentes sociales y las organizaciones que de verdad defienden los derechos del pueblo están llamados a unirse para forjar al calor de la lucha la unidad de los explotados y oprimidos en las Asambleas Populares alrededor de las banderas y reivindicaciones comunes para conquistarlas con la lucha revolucionaria en las calles y mediante el Paro General Indefinido contra los ricos explotadores y el Estado que los representa. Unidad para la movilización y la lucha revolucionaria en las calles contra los preparativos de guerra imperialista y en apoyo a la lucha revolucionaria del proletariado y los pueblos del mundo contra los enemigos comunes.

Igualmente, a la par con la lucha del pueblo en Colombia, es responsabilidad de los comunistas hacer los mayores esfuerzos por la unidad que permita la restauración del Partido de la clase obrera en el país, como parte inseparable de la lucha por la unidad de los destacamentos proletarios de todos los países.

Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (MLM)
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