En los últimos días se ha visto un nuevo ascenso de la lucha de clases en el país: la movilización general y el paro del magisterio, los diferentes conflictos laborales, entre ellos los que están directamente relacionados con el Estado —trabajadores de Ministerio del Trabajo y madres comunitarias—, así como de los distintos sectores que están preparando paros y movilizaciones como los campesinos y pueblos indígenas exigiendo el cumplimiento de los acuerdos suscritos y de las promesas de tierra, créditos, comercio, paz, salud, educación, vivienda, servicios, públicos, vías… las movilizaciones de los recicladores populares exigiendo el derecho al trabajo en contra del Plan Nacional de Desarrollo que insiste en sacarlos del oficio para entregarles el negocio a los capitalistas privados; las de los pobladores contra el aumento del predial y el robo en la facturas de los servicios públicos; las de los habitantes y transportadores de distintas regiones contra peajes absurdos, entre otros…
Todas ellas son manifestaciones de una lucha general que tiene como blancos a los capitalistas, al Estado, e incluso decisiones e incumplimientos del actual gobierno. Una lucha que no está inspirada o alentada por las hordas uribistas, ni por los enemigos centenarios del pueblo, como alegan los fanáticos gobiernistas, sino porque las exigencias del levantamiento popular no han sido resueltas y las condiciones de existencia del pueblo siguen agravándose.
Una situación que es consecuencia del fracaso del “acuerdo nacional” en el que aún insiste el presidente Petro, de un parlamento que se encuentra de espaldas al pueblo, de un ejecutivo poco eficaz y parte de lo poco ejecutado se ve perturbado por la improvisación o salpicado por escándalos de corrupción, que le dan armas a la reacción y contribuyen a alentar las contradicciones entre las distintas facciones de las clases dominantes en la disputa por aumentar sus ganancias, a cuenta de seguir descargando sobre el pueblo la crisis de su sistema moribundo.
A casi dos años de gobierno del presidente Petro, va quedando claro que el pueblo no puede esperar que las cosas cambien conciliando con los explotadores o confiando en los trámites en el establo parlamentario, reafirmando que todo cambio verdadero solo puede ser conquistado desde abajo y con la lucha revolucionaria del pueblo como demuestra el reciente paro del magisterio.
Y si ante la situación insoportable el pueblo trabajador se veía obligado a lanzarse nuevamente a la lucha, y si se advierte que la tendencia del movimiento social es hacia un nuevo paro nacional o levantamiento popular, es obligación de los comunistas y revolucionarios contribuir a unir y organizar todo este inconformismo social y lucha dispersa, en una sola lucha común contra las clases dominantes enemigas y el Estado que defiende sus asquerosos privilegios, para obligarlos a resolver las exigencias populares.
Estas son las razones por las cuales diversas organizaciones, colectivos y movimientos sociales y políticos se propusieron llevar a cabo una Asamblea Nacional Popular con independencia de las clases dominantes, del Estado y el gobierno; una Asamblea que se proponga un plan para conquistar con la lucha el conjunto de las reivindicaciones populares, apoyar la lucha de sus hermanos de otros países, en oposición al genocidio del pueblo palestino y los preparativos de guerra imperialista.
Una Asamblea Nacional Popular Independiente donde tienen cabida todas las tendencias y posiciones ideológica y políticas que estén por la defensa de los intereses y aspiraciones del pueblo trabajador y por la lucha intransigente contra las enemigas clases dominantes.
Una Asamblea Nacional Popular Independiente que no se limite a ser una fuerza pasiva de respaldo al actual gobierno, sino que haga respetar el verdadero carácter del Poder Popular, el cual no puede estar sometido a otro poder que no sea el suyo propio.
Una Asamblea Nacional Popular Independiente que no esté atada o delegue su poder a ningún movimiento o partido político, haciendo valer su carácter como expresión de la democracia directa del pueblo sin intermediarios, como deben ser las verdaderas Asambleas Populares.
Una Asamblea Nacional Popular que se convierta en un paso adelante para retomar y generalizar desde abajo las Asambleas Populares como bastiones del verdadero Poder Popular; un poder no sometido a ninguna otra autoridad y en oposición al viejo poder de los explotadores y opresores del pueblo colombiano.
Los comunistas somos partidarios de la lucha de clases y enemigos de toda forma de explotación y de opresión; por ello estaremos alentando al proletariado y a todos sus hermanos que padecen la explotación y la opresión, a prepararse y organizarse mejor para enfrentar a sus enemigos dirigiendo su lucha común desde las Asambleas Populares, y a que en el transcurso de la confrontación presente, avancen en la preparación de sus fuerzas para destruir todo el poder los explotadores, destruyendo su viejo y podrido Estado, para instaurar su propio Poder respaldado y defendido con sus propias armas, que les permita acabar de raíz con el causante de todas las tragedias y desgracias ocasionadas por el capitalismo imperialista en este país oprimido; parte inseparable de los esfuerzos y la lucha que libran sus hermanos en todos los países para liberase de la explotación capitalista y la dominación imperialista.
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Junio 29 2024
2 respuestas
De todas maneras es deber de las clases obreras apoyar al gobierno del Presidente Gustavo Petro. El está luchando contra la corrupción de la clase dominante tradicional.
Hola compañero. Llamamos a que la clase obrera luche con independencia del Estado burgués-terrateniente, del gobierno de turno, de los partidos politiqueros, de los capitalistas, de los agentes de la burguesía dentro del movieminto obrero mejor conocidos como oportunistas…confiamos en que ¡Sólo el pueblo salva al pueblo! En eso confiamos y a eso invitamos a nuestros lectores, a que confíen en sus propias fuerzas, en su unidad, organización y lucha directa. Sin embargo, el apoyo o no al gobierno Petro no nos divide con las masas que aún confían en él.