¿Por Qué Los Pobres Son Las Víctimas De La Pandemia?

¿Por Qué Los Pobres Son Las Víctimas De La Pandemia? 1

Aunque la COVID-19 pulula por todos lados donde ricos y pobres pueden ser infectados, el medio o situación socioeconómica es determinante en la agresividad del contagio.

Inmensas mansiones con todas las garantías de higiene, ventilación y distanciamiento para los ricos… Pequeñas viviendas en los suburbios y hacinamiento en covachas insalubres de tablas, cartón y plásticos para los pobres.

Manjares y productos de excelente calidad a pedir de boca para los ricos… Déficit alimentario y hambre para los pobres.

Lujosos vehículos particulares para ir a los sitios de recreo de los ricos… Transporte masivo atiborrado de pobres rumbo a los antros de explotación o al rebusque en las vías comerciales.

Atención especializada a domicilio y en clínicas particulares para los ricos… Abusos y vejámenes del negocio privado de la salud para los pobres.

Entonces, no por casualidad las clases trabajadoras y más pobres de la población son las principales víctimas del contagio y la muerte en la pandemia y de las absurdas medidas que para enfrentar el virus toman los parásitos gobernantes.

¡Gobernantes hipócritas! desde el títere presidente hasta los alcaldes y gobernadores, dedicados a presentar cifras y medidas envueltas en la mentira de “velar por la salud pública y proteger a la población” en la pandemia.

¡Gobernantes ineptos! para prevenir y proteger anticipadamente, que es lo principal frente a la pandemia, porque en el capitalismo la investigación científica está amordazada a las rentas del capital y su sistema de salud está construido para acumular ganancia, no para proteger y curar a la población.

¡Gobernantes desalmados! que pretenden contener la pandemia en las UCI donde han muerto más de 46.000 contagiados. De palabra adulan a la primera línea de médicos, enfermeras y auxiliares, pero en los hechos les niegan protección, dispositivos y medicamentos indispensables, siendo ya 152 los fallecidos por la COVID-19.

¡Gobernantes miserables! que condenan a médicos, enfermeras y auxiliares, en su mayoría a leoninos contratos por prestación de servicios, con salarios disminuidos y adeudados hasta por diez meses en algunos hospitales, con turnos y carga de trabajo insoportables.

¡Gobernantes bellacos! que tienen el descaro de endilgar el contagio a la “indisciplina social” cuando ellos han exonerado al Estado de la responsabilidad principal en la pandemia, y la han cargado a la población en la forma del “aislamiento voluntario” y “cuarentena obligatoria”, colocando a las clases trabajadoras en el dilema de “morirse de hambre en la casa” o “morirse por el virus en la calle”.

Si la explotación y desigualdad social son causantes del sufrimiento y muerte de los pobres por la pandemia, es la lucha de las clases trabajadoras la forma de atacar el mal de raíz. ¡Revolución Socialista contra el capitalismo, sistema inicuo e impotente para proteger a la sociedad en una pandemia! ¡Paro General Indefinido contra el hambre y la muerte, acrecentadas por la ineptitud de los parásitos gobernantes!

Las clases trabajadoras, principales víctimas de la pandemia, deben romper la mordaza que con el pretexto de la cuarentena, los gobernantes imponen a la protesta y movilización, y se rompe ejerciendo tales derechos: ¡Todos a las calles el 28 de enero por alza general de salarios, empleo y subsidio a los desempleados!

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