En Bello (Antioquia) los vendedores ambulantes, ante el dilema que significaba elegir entre el peligro de muerte al quedarse en las casas respetando la cuarentena para prevenir la propagación del nuevo coronavirus o morir hacinados en sus casas sin comida, muchos decidieron salir a calle para vender sus productos y conseguir un sustento diario y asumir los riesgos sanitarios y policivos que ello implica.
Una parte de los trabajadores del sector informal no siguieron esperando las promesas del Estado mediante sus programas de asistencia social como: Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Colombia Mayor, etc. o las ayudas del presidente Iván Duque, los gobernadores, alcaldes que detrás de las declaraciones y los grandes titulares en los medios de comunicación fueron incapaces de resolver la situación de los trabajadores, pues no brindaron una solución real a las condiciones económicas y sociales en medio de la pandemia.
Esta decisión de los vendedores ambulantes de salir a las calles a vender productos como plátanos, dulces y frutas y tener que exponerse al virus, fue obligada en una lucha por la supervivencia, lo cual exigió tomar medidas de protección sanitaria como el uso de tapabocas y guantes, pues comprendieron rápidamente que aunque la pandemia del Covid 19 tiene una alta letalidad, tiene un porcentaje más alto de muerte la desnutrición crónica y el hambre.
El Estado fue hipócrita, como lo es la democracia de los ricos porque a pesar de sus grandes anuncios no resolvió los problemas materiales de los trabajadores para mantenerse en la cuarentena y no cumplió sus promesas de asistencia cuando los vendedores ambulantes salían a la calle de forma masiva, al contrario, aplicó la represión de los policías o la militarización en el municipio y luego de amenazar y golpear a muchos, de encarcelar a otros, se vio impotente para contenerlos y tuvo que permitir que salieran a trabajar libremente, aparte de que los vendedores le perdieron el miedo a los comparendos.
El esfuerzo hecho por los trabajadores de mantener el confinamiento con acciones casi heroicas, no se podía sostener por mucho tiempo, y habrá que esperar en las próximas semanas la tendencia de la pandemia en Colombia en cuanto al número de muertos, los cuales con absoluta seguridad no van a ser responsabilidad de los que no pudieron quedarse en casa, sino de la negligencia de un Estado que lo único que ha hecho es beneficiar a las clases dominantes.