Recibimos con agrado la denuncia de los camaradas del colectivo A.C.E.R.O. de la ciudad de Pereira, Colombia. Invitamos a nuestros lectores a leerla y difundirla ampliamente, pues demuestra que el Estado burgués-terrateniente sólo responde con represión a la crisis social, económica y ambiental que las propias clases dominantes han creado en la sociedad y que perjudica con mayor rigor al proletariado y al pueblo en general. El problema de la droga sólo podrá ser resuelto mediante la Revolución Socialista, en la que el Gobierno de Obreros y Campesinos eduque ampliamente a las masas sobre las consecuencias del consumo de sustancias sicoactivas, pero que principalmente, resuelva las necesidades materiales de las masas (como el empleo, la salud, la educación, acceso a la cultura, etc.) pues esta es la base para que las clases empobrecidas busquen un escape temporal y engañoso a la situación de miseria a las que son condenadas por el capitalismo imperialista.
Y castigo, sí, castigo a las grandes mafias narcotraficantes que envenenan principalmente a la juventud proletaria del campo y la ciudad con sustancias que envenenan su cuerpo, su cerebro y los desvían del camino revolucionario. Castigo a los grandes narcotraficantes que además del negocio de la droga, degeneran a nuestra clase con la trata de personas con fines de esclavitud sexual, por ejemplo.
La represión del Estado burgués contra los consumidores y los pequeños expendedores -conocidos popularmente como jíbaros- demuestra la doble moral con que trata este problema, pues mientras se ensaña contra los eslabones más débiles de la cadena del narcotráfico, los grandes capos de la mafia y sus estructuras están relacionados directamente con el poder político, económico y militar del podrido Estado de dictadura burguesa.
Llamamos al pueblo en general a atender el justo llamado de los compañeros de ACERO y a responder con la violencia revolucionaria organizada a cualquier abuso que cometan las fuerzas represivas estatales e imperialistas (como la DEA) contra las clases trabajadoras en esta nueva cacería de brujas que van a emprender para que los gobernantes suban sus índices de popularidad a costa de la represión contra el pueblo.
Comisión de Agitación y Propaganda UOC (mlm)
Represión estatal contra el pueblo e hipocresía en la lucha contra el narcotráfico en Pereira
Compañeras y compañeros, desde la Acción Colectiva de Estudiantes Revolucionarios del Otún – ACERO les compartimos nuestro pequeño análisis y recuento de la situación actual en Pereira.
Volvieron los Militares a Pereira
El alcalde de Pereira Mauricio Salazar anunció un plan candado en los barrios populares de la ciudad que involucra no solo a la policía, sino también a efectivos del ejército y, según el mismo alcalde, también participará la DEA de EE. UU. (conocida por intervenir regiones enteras con la excusa de la guerra contra las drogas). En pocas palabras: se militarizará la ciudad con presencia extranjera imperialista.
Militarizar no es la solución
Militarizar la ciudad y enfocarse en los barrios populares es la salida fácil, pues deja de lado que, tanto la venta de sustancias ilícitas como el consumo de estas, tiene raíces estructurales en el mismo Estado colombiano, además de predicar una fórmula absurda de consumidor = criminal, estigmatizando a los consumidores. Esta medida no tiene en cuenta las condiciones de la realidad concreta de las comunidades, y mucho menos que no son las únicas zonas con alto consumo y tráfico de estupefacientes.
¿Qué más implica?
Estas sustancias (además de las legales como el alcohol) hacen parte de la cotidianidad en los barrios hace ya bastante tiempo. Consumidores y no consumidores tienen contacto con ellas desde temprana edad, lo cual genera una sensación de normalidad y distracción en la comunidad que no encuentra alternativas reales, debido a que los espacios culturales brillan por su ausencia, además del restringido acceso a la educación y salud, es decir, la presencia del Estado se limita a la presencia de las fuerzas represivas.
¿Y las Estructuras Criminales?
Lo anterior resulta en la persecución y estigmatización de los consumidores y pequeños distribuidores, pues no se tocan los jefes y sus grandes estructuras criminales, que cada vez adquieren mayor control territorial y mayor poder sobre las dinámicas de las comunidades. Resulta irónico, pues en el año van decenas de muertos en toda el área metropolitana debido a las disputas territoriales, entre otras cosas, por el control del microtráfico en la región, situación en la que las administraciones han brillado por su ausencia, dando tiempo y espacio para que estas estructuras criminales se acomoden.
¿Y entonces?
Anunciar la militarización de los “puntos críticos” y la colaboración con agencias imperialistas (como la DEA) genera una falsa sensación de seguridad, pues es bien sabido que el ejército no puede capturar ni entrar en combate a menos que se trate de zonas de conflicto, y la DEA es reconocida por desestabilizar regiones enteras. Esta medida solo genera una sensación de alerta entre la comunidad, además de actuar como anestésico para maquillar la negligencia de la administración ante la violencia generalizada que ha afectado la ciudad durante los últimos meses.
Organización y Unidad Popular
Es necesario que las comunidades se organicen y reúnan en Asambleas Populares Independientes para evaluar la situación concreta que atraviesan en sus territorios, analizando las dinámicas que suceden allí y determinar qué hacer para resistir exigiendo sus derechos, denunciando la criminalización del pueblo de a pie.
El papel de la Juventud
Consideramos que la juventud tiene un papel crucial para la resistencia frente a la negligencia y el abandono del Estado. Su energía, además de las ideas frescas y conscientes a través de las artes, los deportes y cuanta iniciativa se les ocurra son fundamentales para avanzar en la construcción del poder popular.
A.C.E.R.O