La clase obrera, los campesinos pobres, los pueblos indígenas, las comunidades afros, requieren de un partido verdaderamente revolucionario, que se funda con el pueblo y represente sus derechos sociales, económicos, políticos, culturales y ambientales.
Un partido que responda, que represente con dignidad a los trabajadores del campo y de la ciudad; un partido cuyo accionar esté dirigido a promover y dirigir la lucha contra los opresores, explotadores, contra la burguesía, los terratenientes, contra el gran capital internacional, contra el imperialismo.
Un partido que tenga como tarea fundamental y prioritaria el trabajo de influencia entre la clase obrera, alentando su organización y movilización como medio para conquistar su liberación. Un partido que no descanse a la hora de formar ideológica y políticamente a la clase obrera como clase, como la clase dirigente de la revolución proletaria. Un partido que no descanse en planear, en organizar y dirigir las luchas de la clase obrera por la conquista y defensa de sus derechos.
Un partido que forme ideológica y políticamente a las comunidades rurales en la importancia de la alianza entre los pobres de la ciudad con los pobres del campo, que será la alianza de la construcción de una nueva sociedad, de la sociedad socialista.
Un partido que sea capaz de colocarse a la cabeza del movimiento, que represente los intereses del proletariado de Colombia e impulse un levantamiento social y político armado para liberar los territorios del control armado tanto del narcotráfico como del imperialismo con sus bandas criminales que someten a los campesinos, a los pueblos indígenas, a las comunidades afro y a los pobres de la ciudad.
Un partido que comprenda profundamente la necesidad de la construcción de un frente de las clases revolucionarias como órgano de poder popular que debe ser la base fundamental en la construcción de una nueva sociedad. Un partido formado en medio de la lucha de clases, de la lucha de los oprimidos contra los opresores, de la lucha de los explotados contra los explotadores. Un partido capaz de conducir la lucha social, política e ideológica en su interior para formar su militancia en el debate, en el análisis, en la investigación técnica y científica de la realidad nacional e internacional.
Un partido que sea capaz de producir teoría revolucionaria a partir de la historia, de la cultura, de la realidad económica, política, social y ambiental de nuestro pueblo. Un partido que considere que el marxismo y el materialismo dialéctico son una guía y un método para investigar la realidad, pero que jamás será un dogma que castra la esencia viva de la teoría revolucionaria.
Un partido que comprenda que la violencia revolucionaria es la partera de la historia y que jamás se podrá construir una nueva sociedad por medio del pacifismo, hoy llamado la “paz total”. Por esta razón se requiere de la construcción de un Ejército del pueblo altamente formado ideológica, política y militarmente, ya que los enemigos que enfrentamos no cederán para nada en sus intereses de poder, de opresión y de explotación, esta es la naturaleza de los enemigos que enfrenta el pueblo.
Un partido que comprenda que hoy el socialismo no se puede construir con fuerzas aisladas de la situación que vive el mundo y que cada día se requiere de la coordinación, de la relación, de la unidad de los revolucionarios en el mundo y especialmente de los partidos marxistas leninistas maoístas.
Se requieren militantes que estén al servicio de la clase obrera como clase dirigente de la revolución, al servicio de los pobres del campo y la ciudad, que prioricen tanto en el campo como en la ciudad el trabajo con los jóvenes, los niños y las mujeres.
Se requiere de militantes del partido consagrados al estudio de la realidad, nacional e internacional, consagrados al desarrollo del pensamiento universal y especialmente al desarrollo del pensamiento revolucionario, entendiendo que entre más se formen, serán mejores seres humanos, mejores revolucionarios, para aportar con su conocimiento y experiencia al pueblo.
Los revolucionarios del partido son luchadores permanentes en contra de la opresión, la explotación, la dominación y deben ser seres humanos implacables, combatientes contra la esclavitud en cualquier manifestación que se presente.
Los revolucionarios, los marxistas leninistas maoístas, los militantes del partido deben guiarse por un principio: que la revolución la hacen los pueblos, las hacen las comunidades organizadas y consientes donde todo el mundo juega un papel según sus condiciones. Por lo tanto, no hay razón para que ningún revolucionario o militante del partido esté aislado del pueblo, todos los militantes deben ser conductores, dirigentes del pueblo.
El partido se debe caracterizar por ser una organización revolucionaria, con profundas raíces entre la clase obrera, entre los campesinos y pueblos indígenas, entre las comunidades afros y los estudiantes, entre la juventud del campo y la ciudad, entre los niños y las mujeres, un partido que se coloque a la cabeza de la construcción del poder popular, de la construcción del gobierno popular, del movimiento y del levantamiento social y político de nuestro pueblo para ir conquistando pequeñas victorias de la revolución.
Los cuadros del partido se deben guiar por el principio fundamental de que los intereses colectivos de nuestro pueblo están por encima de los intereses individuales. A los cuadros del partido los debe caracterizar la humildad, la sencillez, el respeto por las ideas de los demás, el respeto por los bienes de la comunidad, cuidarse de caer en la arrogancia, la apariencia, la mentira o aparentar superioridad ante los demás, pues son actitudes y vicios que no son revolucionarios y nos alejan del pueblo y las comunidades. Deben ser personas con una alta ética y moral revolucionaria, con un profundo aprecio, afecto y respeto por los niños y las mujeres del pueblo, pues son el baluarte de la revolución, de las trasformaciones y de la construcción del Socialismo y el Comunismo. Las mujeres y hombres de nuestro partido representan la avanzada, el germen de una nueva sociedad, por lo tanto, llevan en su ejemplo diario y permanente un pensamiento de ser personas nuevas, los cimientos de una nueva sociedad, de una nueva vida de transformación y cambio.
En el partido revolucionario marxista leninista maoísta que estamos construyendo, se requiere de hombres y mujeres que se guíen con una teoría revolucionaria, una teoría de transformación, de liberación, de cambio, es decir, de una teoría como método para la transformación, para el cambio, que genere desarrollo, creación, construcción, investigación constante de la realidad, local, nacional e internacional, como una herramienta valiosísima en la generación de las transformaciones y cambios al interior del partido. Al interior de la sociedad, el partido se fortalece en la medida que su pensamiento cada día es más amplio y se basa en el desarrollo técnico y científico que ha creado la humanidad.
El partido se fortalece con la lucha ideológica y política en su interior, que no es otra cosa que la lucha de clases, la lucha entre las ideas. El pensamiento de la sociedad capitalista, que representa el pensamiento de la explotación, de la opresión que se enfrenta al pensamiento de la liberación, de la transformación, de la revolución, de los cambios que nos conducirán a construir una nueva sociedad, la sociedad socialista y comunista.
El partido es la nueva escuela para promover las transformaciones y cambios, es el espacio donde se forman las nuevas mujeres y hombres que orientan y dirigen la construcción de la nueva sociedad.
Por lo tanto, ser militante del partido es una responsabilidad muy alta, que tiene relación directa con la construcción de la nueva sociedad, de la sociedad socialista y comunista que será la sociedad que le brinda las garantías de vida, bienestar y progreso digno a la humanidad, acabando con la esclavización de los seres humanos.
Miguel H