LA CARDINAL DEBILIDAD DEL MOVIMIENTO OBRERO ES LA AUSENCIA DE SU PARTIDO

Para el triunfo de la revolución socialista se requiere de un Partido Comunista Revolucionario que represente los intereses de clase obrera, unido a las masas oprimidas y explotadas, especialmente forjando la alianza obrera campesina, fuerza principal para la revolución en Colombia. Construir el Partido en Colombia ha sido la tarea considerada como central por los auténticos comunistas en el actual periodo de la revolución.

Ese gran «sueño», es una pretensión desde hace cuarenta años en Colombia, cuando la clase obrera quedó sin su destacamento de vanguardia, pero los revolucionarios no se han quedado con las manos cruzadas, en cuatro décadas, han sido muchos los esfuerzos y las pretensiones de diferentes organizaciones y propuestas por construir dicha organización.

Es necesario recordar cómo se explicara en el artículo «Para Llegar al Socialismo y al Comunismo se necesita un Partido Revolucionario» de la revista Contradicción N° 10 de agosto de 1992

«la ardua lucha de los combatientes comunistas por organizar y dirigir el movimiento obrero no ha cesado. Acontecimientos como la Primera Conferencia Internacional de Organizaciones y Partidos Marxistas Leninistas en 1980 (Conferencia de Otoño del 80) alienta a los proletarios revolucionarios, que inspirados en ella, persisten en la defensa del marxismo leninismo maoísmo, en la organización de sus fuerzas y tratan de dirigir a los obreros contra sus enemigos.

En 1984 nace el Movimiento Revolucionario Internacionalista que se convierte en la vanguardia de los proletarios revolucionarios del mundo, en faro que guía a los comunistas revolucionarios en la construcción de Partidos Comunistas auténticos en todos los países y la construcción de la Internacional Comunista Revolucionaria que deberá dirigir las grandes batallas por borrar de la faz de la tierra al imperialismo. Este nuevo aliento del proletariado internacional influye enormemente en los obreros conscientes en Colombia, nuevas fuerzas comunistas se organizan y se proponen materializar la vieja consigna de dotar a los proletarios de su instrumento de combate: su Partido. Especial mención merecen el Grupo Comunista Revolucionario, la Revista «La Clave» y otras agrupaciones y publicaciones que por esos días nadan contra la corriente socialreformista y socialtraidora.

La exigencia de continuar esta tarea para dotar del Partido que sepa dirigir a la clase obrera en su lucha por el socialismo y el comunismo, ha hecho aparecer otros grupos y otras publicaciones, el proletariado en Colombia no se resigna a la opresión y explotación y lucha en forma permanente por dotarse de su Partido de combate. Es esa lucha la que ha dado vida a nuevas organizaciones de comunistas y a publicaciones como «Octubre», «Estrategia y Táctica» y «Contradicción», pero todavía sigue reinando la confusión, la dispersión y la impotencia.»1

Desde 1992 cuando fuera publicado dicho artículo, al 2015, han pasado 23 años, tiempo en el que han desaparecido varias de estas organizaciones, incluido el MRI, organización que llegó a ser considerada el embrión de la futura Internacional, pero fue acabada desde adentro por el triunfo del revisionismo Prachandista y posteriormente el Avakianista.

En esa lucha contra la corriente abiertamente reaccionaria de la burguesía y de sus quinta columnas, como lo es el revisionismo en sus diferentes matices, la Unión Obrera Comunista (marxista-leninista-maoísta) (UOC -mlm) desde su nacimiento en 1998, ha dado continuidad a la lucha emprendida por la Revista Contradicción contra la crisis del movimiento comunista, desarrollando un plan de trabajo para profundizar y extender la influencia de las ideas comunistas en el movimiento de masas, especialmente en el proletariado y en el industrial principalmente, en contribución a la derrota de la impotencia política en la dirección de la lucha de clases; y para materializar esa influencia en la construcción del Partido, en contribución a la derrota de la dispersión organizativa de los comunistas marxistas leninistas maoístas y de su impotencia política, la UOC (mlm) se ha esforzado en la organización y movilización política de las masas y en la defensa de la ciencia del marxismo leninismo maoísmo, promoviendo la lucha teórica, en el propósito de coadyuvar a deslindar y derrotar el oportunismo en el seno de las filas del proletariado internacional y local, condición determinante para avanzar en la construcción de la Internacional de Nuevo y del partido en Colombia como parte de esta.

En esa aspiración por dar cumplimiento a tan determinante tarea, es saludable dar a conocer el discurso realizado por un camarada dirigente «Sobre la Preparación del Congreso del Partido» en el que se confronta multilateralmente los aspectos positivos y negativos con las miras puestas a la construcción del Partido, veamos:

Sobre la Preparación del Congreso del Partido

Me alegra ver a mis viejos camaradas, pero me alegra aún más ver a los nuevos cuadros. Los cuadros que reemplazarán el viejo contingente de luchadores. Los que seguirán manteniendo en alto la bandera de nuestro inolvidable camarada Vicente2 y que hicieron en este curso unas magníficas exposiciones, plantearon problemas candentes de nuestro movimiento, propusieron ideas… y que nos dan tranquilidad a los viejos cuadros que ya vamos volteando la esquina. La clase obrera tiene en ustedes camaradas a los continuadores de la causa de la revolución proletaria mundial y la certeza de que la clase obrera podrá contar muy pronto con su Partido en Colombia.

Y a propósito del Partido en que estamos empeñados, la VIII Asamblea de la Unión, de Octubre de 2009, llamó A TODOS LOS MARXISTAS LENINISTAS MAOISTAS EN COLOMBIA A PREPARAR EL CONGRESO DEL PARTIDO y decía entre otras cosas lo siguiente:

«… A nivel internacional, todas las contradicciones del capitalismo se han agudizado frenéticamente, la crisis económica mundial en que se debate este sistema, la más grave de toda su historia, es de tal magnitud que los sabelotodos teóricos al servicio de la burguesía no salen de su asombro, y es evidente la impotencia de los gobernantes capitalistas; siendo ésta una condición favorable para el avance de la Revolución Proletaria Mundial, pues el mundo clama a gritos cambios radicales y las masas en todos los países están prestas a las ideas de los comunistas. El mundo está maduro para la revolución, es una verdad contundente que la convulsionada lucha de clases ratifica todos los días y en todas partes del planeta.

Pero, en la arena internacional, la crisis de los comunistas aún no logra superarse, teniendo ahora que enfrentar además la cabeza de la medusa oportunista y su auxiliador, el centrismo, para superar el derrumbe del Movimiento Revolucionario Internacionalista y avanzar en la unidad en una Internacional Comunista de Nuevo Tipo. Sin un avance en la definición de la Línea General para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional no será posible concretar el Partido en Colombia, pero a su vez, el avance en la propia unidad de los comunistas en Colombia en un único Partido, contribuye a la unidad en la Internacional como el instrumento principal para el triunfo de la Revolución Proletaria Mundial.

La lucha abnegada y sin prejuicios contra el sectarismo, contra todo apetito grupista, contra los intereses mezquinos del individualismo pequeñoburgués, deben regir el quehacer de todos los comunistas, que en Colombia luchan por la unidad de los marxistas-leninistas-maoístas en un sólo Partido. Ser responsables con el proletariado es ahora, luchar a brazo partido por avanzar en la superación de las divergencias y profundizar la unidad. Sólo de esta manera seremos dignos de llevar el honroso nombre de comunistas…»

Desde ese histórico llamado han transcurrido 6 años. Y ¿qué ha pasado?

Pareciera que le hemos «bregado y no damos pie con bola». Pareciera que tratamos de vincularnos a las masas y ellas se mostraran esquivas y no logramos atraerlas al Programa socialista y a la táctica revolucionaria. Continuamos bregando con la prensa, pero pareciera que cada vez se llega a menos gente… Estamos insistiendo desde hace varios años en conquistar un Comité Ejecutivo de profesionales pero a duras penas somos capaces de sostener unos cuantos… Nos planteamos desde el principio mismo echar raíces entre el proletariado industrial pero los obreros conquistados para la vanguardia son tan escasos que se pueden contar con los dedos de una mano…

¿Se equivocó acaso la organización, fue la resolución de la VIII Asamblea de marchar al Congreso apresurada, fracasó el proletariado en este intento de constituirse en Partido político independiente? Tales son las preguntas que se hacen, no solo los extraños (los partidos y grupos abiertamente pequeñoburgueses y oportunistas) sino los propios marxistas leninistas maoístas, e incluso los cuadros y militantes de la Unión, cuando un sistema que está maduro para la revolución, como lo expresa correctamente el Programa para la Revolución en Colombia y nuestra propuesta de Línea General para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional.

Obviamente, los partidos y grupos pequeñoburgueses se alegran porque en alguna medida, significa que sus esfuerzos por impedir que exista un partido Revolucionario han dado resultados, y con ello garantizan la continuidad de su «reinado» sobre el movimiento de masas. Y en ese esfuerzo se unen al imperialismo y la reacción por impedir que la clase obrera se exprese como Partido político independiente, se coluden tratando de perpetuar un sistema caduco, cuyo avanzado estado de descomposición, solo requiere del esfuerzo consciente del proletariado mundial para sepultarlo.

En resumidas cuentas, el ejército mundial de los proletarios y el resto de las masas explotadas y oprimidas se levantan contra los efectos de la crisis del sistema moribundo; cumplen su papel objetivamente revolucionario, entregan generosamente su vida en las huelgas e insurrecciones, en las barricadas y en los combates cotidianos, pero no encuentra este poderoso movimiento su comandante en jefe, su Estado Mayor, su destacamento organizado de vanguardia.

Tal es la única, pero cardinal debilidad, del movimiento objetivo de la sociedad hacia la instauración del socialismo y el comunismo en toda la tierra, y cuya solución radica en avanzar en la formulación del Programa Mundial que le permita al proletariado revolucionario unirse en una sola organización que dirija esa poderosa energía social al cumplimiento de su misión histórica.

De nuestra parte, hemos avanzado en cumplir esa necesidad elaborando la Propuesta de Línea General para la Unidad de los Marxistas Leninistas Maoístas, estamos trabajando en su traducción al inglés, hemos hecho la consulta inicial a los camaradas de (…) y seguramente en los próximos meses ese valioso documento verá la luz. Un avance que contribuye a la unidad del Movimiento Comunista Internacional y, como hemos comprendido, contribuirá también al avance en la construcción del Partido en Colombia.

Pero la dialéctica de este movimiento, exige ahora conquistar la fuerza de la clase obrera y las masas populares en Colombia para darle respaldo a esa propuesta. Por eso también, debemos marchar al Congreso del Partido; por eso también, avanzar al Congreso del Partido significa ahora, como tarea principal, vincularse consciente y organizadamente a las masas, así como consolidar nuestros centros de dirección, afianzar la organización y extenderla a los demás centros proletarios y al campo.

Y si lo expuesto por los camaradas en estos días es verdad, si reconocemos que una vez resuelta la línea -cuya corrección ha sido confirmada por la vida- si aceptamos camaradas que los cuadros constituyen el factor decisivo, entonces tendríamos que derivar como conclusión inmediata, pero simplista, de que no tenemos cuadros: esa fue la frase lapidaria de un contradictor y a esa conclusión llegó uno de los nuestros… en el fondo, no podemos avanzar al Congreso de Partido… en el fondo, la VIII Asamblea se equivocó… en el fondo, el proletariado no podrá contar con su destacamento de combate.

Y esa idea ronda entre nosotros, y se manifiesta perniciosa en las críticas lapidarias al trabajo de nuestros cuadros, se expresa en la desconfianza en la capacidad de nuestros camaradas de combate, se refleja en solo apreciar sus defectos y errores, reales sí… pero esa, es sola una cara de la moneda.

Porque la otra cara, es que no solo existe flojera e indisciplina; la otra cara camaradas, es que existe también el trabajo abnegado, la disciplina, el trabajo tesonero y firme, muchas veces anónimo… esta es la cara de lo nuevo, surgiendo como el fénix de las cenizas de lo viejo, la cara del bolchevismo hoy, en medio de una lucha tenaz, sacrificada, plagada de derrotas… pero que se impondrá y será capaz de conquistar la victoria.

Seguramente algún camarada mirará de reojo a los aquí presentes y se dirá que estoy pensando con los deseos, y estoy soñando… ¿con estos? ¡Sí!, ¡con estos digo yo! ¡Y sí!, ¡sueño camaradas!, pero no estoy pensando con los deseos. Porque veo en los aquí reunidos a una parte de los mejores hijos de la clase obrera, a las mujeres y los hombres que en lugar de estar acomodándose a la ventolera de la paz burguesa e imperialista, están preparándose para la Guerra Popular y esto expresa con toda nitidez las firmes convicciones de este destacamento que no se asusta por estar en minoría, que no le teme a luchar contra la corriente y ésta es la primera condición de nuestra victoria segura: ¡firmeza en los principios y en la línea!

La otra cara de la moneda camaradas, es que a pesar de la corriente reaccionaria que por todas partes nos llama a renunciar al sueño de un mundo sin esclavos; a la alharaca burguesa y pequeño burguesa de que es imposible derrotar las fuerzas poderosas e «imbatibles» del imperialismo, dicen unos; a la bulla de los señoritos ilustrados… seguimos luchando contra nuestros defectos. Estamos aquí precisamente, desnudando nuestras miserias, sacando a flote nuestras deficiencias, poniendo en la picota nuestros errores, elevando nuestras convicciones para unirnos en el cumplimiento de nuestra misión de dotar a la clase obrera de su destacamento de combate. Estamos aquí, ¡marchando al Congreso del Partido!

Aún quedan temores y dudas, y eso es apenas natural, dadas las terribles condiciones en que nos tocó y nos toca luchar ahora. Pero si en el transcurso de estos días pudimos identificar las causas más profundas de los defectos y errores, si logramos avanzar en la comprensión de nuestro papel como dirigentes, si hemos dado un paso en la asimilación de las relaciones más profundas entre el plan estratégico de la revolución y el plan en que estamos empeñados ahora… entonces podemos atrevernos a soñar camaradas: ¡El Congreso del Partido está cercano!

Uno de nuestros veteranos cuadros dijo aquí, que debíamos ponerle más perrenque y ganas a lo que estamos haciendo porque entre otras, además de las condiciones objetivas proporcionadas por la crisis económica mundial del capitalismo, la socialdemocracia fracasó y tenemos la ocasión de tomar la delantera, y a eso agrego yo que debemos afianzar el optimismo porque también las negociaciones del gobierno con las guerrillas pondrá al desnudo el verdadero carácter reformista -burgués en esencia- de esos destacamentos, y dejará el camino abierto para que nuevamente se abran paso, florezcan y se extiendan las ideas del comunismo revolucionario: la única solución a los padecimientos de la sociedad.

Pero esto significa camaradas, como también se dijo aquí, hacer lo que debemos y ello quiere decir echarnos encima, con alma, vida y sombrero, el Plan de Trabajo que une científica, materialista y dialécticamente el plan general de la revolución, a las condiciones concretas de su marcha en estos momentos, de acumulación de fuerzas, de lucha por superar la impotencia política, de concretar el dispositivo estratégico principal para el triunfo de la revolución: el Estado mayor del ejército de los proletarios: el Partido.

Significa camaradas, unirnos firmemente, pues el Plan de Trabajo solo puede llevarse a cabo trabajando organizadamente en una misma dirección y con una sola voluntad. Y ¿el secreto para hacer esto posible? ¡Confiar en la organización! Confiar en nuestros camaradas y en nosotros mismos, para poder deshacernos de los fardos y desplegar la iniciativa creadora que haga fluir las ideas brillantes, las propuestas novedosas, los planes audaces…

Y unirnos firmemente exige de nuestros «jefes de escuadra», de nuestros secretarios políticos, de nuestros jefes inmediatos, un esfuerzo especial para movilizar al resto de los cuadros, para recoger sus buenas ideas e iniciativas, para hacer que cada uno cumpla su papel, para sacarle provecho a cada inteligencia, a cada esfuerzo y energía en el plan común. Pero también exige de los cuadros dirigidos, aprender a cumplir órdenes, dejarse dirigir y darles la importancia que merecen nuestros jefes. Nos oponemos al seguidismo, no creemos en salvadores y pugnamos porque cada uno de nosotros se oriente con independencia, piense con cabeza propia y se esfuerce por resolver los problemas por sí mismo. Pero debemos combatir cierto tufillo semi-anarquista que tiene manifestaciones muy diversas pero que en general se caracteriza por cuestionar una orientación concreta, por incomodarse e incluso no obedecer una orden precisa en alguna actividad. Debemos darles la importancia y hacer valer la investidura de los jefes que son los que dirigen mientras el organismo no esté reunido, pero que son también quienes deben contar con el respaldo de los dirigidos para que puedan cumplir sus obligaciones.

Y para hacer que nuestros jefes puedan cumplir su papel, y para que todos nuestros cuadros puedan desplegar la iniciativa creadora, camaradas: debemos romper con el rutinarismo y la modorra, quitarnos el verdín y cumplir con disciplina nuestros compromisos, pensando en el todo.

También significa camaradas, confiar en la clase y en las masas; es decir, apoyarnos sin reservas en ellas para conquistar las fuerzas necesarias para hacer realidad el Congreso del Partido y desatar las fuerzas de la revolución que viene caminando.

En resumen camaradas, todo esto hace referencia a algo que dijo Mao con certeza: confiar en el Partido y en las masas, es un asunto de principios.

Camaradas, los aquí reunidos tenemos la responsabilidad histórica de aportar a dotar nuevamente al proletariado en Colombia de su destacamento de vanguardia. En alguna medida, somos los responsables del futuro de la humanidad, en nuestras manos está y de nuestra voluntad depende el tiempo que tardemos en convocar el Congreso del Partido y aportar desde este rincón de la tierra, un contingente al Partido Mundial de la revolución.

Adelante camaradas, que los días del imperialismo están contados, porque es un sistema moribundo que despierta en su agonía, no solo las lacras despreciables de su inmundicia, sino también la energía y las fuerzas revolucionarias que deben darle sepultura.

Adelante camaradas, con confianza en nuestras propias fuerzas y en las masas. La bancarrota teórica y práctica de la socialdemocracia y de los remendones de las lacras del capitalismo, las dificultades del oportunismo para seguir desviando la lucha revolucionaria del proletariado, y el trabajo tesonero, abnegado y sacrificado de nuestros cuadros durante estos últimos 17 años, dará sus frutos.

Y no está lejano ese día camaradas, hemos estado acumulando durante los últimos 17 años, de derrota en derrota, de fracaso en fracaso, las fuerzas que harán posible un salto en la cualidad de nuestro movimiento: el comunismo se constituirá en Partido y tomará nuevamente la dirección del movimiento.

Tales son las razones de mi alegría al pronunciar estas palabras, que espero hayan llegado a su conciencia y tocado su corazón.

Muchas gracias.


  1. Revista Contradicción N° 10 

  2. Viejo cuadro revolucionario del a Unión, insigne luchador por la construcción del Partido desde los años 70’s, fallecido recientemente. 

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