Apreciados luchadores,
Estamos a unas cuantas semanas de las elecciones y la Campaña Política Antielectoral que une a los revolucionarios debe intensificar sus acciones, porque justo en estos días hay efervescencia electoral en la lucha politiquera de los partidos de otras clases.
En estos momentos se está en la brega de realizar actos independientes de denuncia y propaganda en diversas ciudades. Los activistas amigos de Revolución Obrera (RO) marchan guiados por un plan nacional, apoyándose en la Convocatoria a realizar la campaña, publicada como Editorial en el periódico RO 437, que fue reproducida como volante en por lo menos la ciudad de Bogotá. Los periódicos RO 438 y RO 439 que publicaron varios artículos dedicados a la campaña, han sido impresos y bien recibidos por el movimiento obrero desde su aparición digital.
Hay que estar orgullosos de que un pequeño pero firme destacamento de luchadores organice una actividad así a nivel nacional y estén enfrentando con firmeza los retos de este evento. Es satisfactorio el enfrentamiento a los programas y actividades de los lagartos politiqueros y sus partidos, así como la denuncia al Estado putrefacto y represor de los explotadores. El camino de la lucha independiente y revolucionario del pueblo colombiano se fortalece con este ejemplo y hay que seguir adelante, solo así los revolucionarios podrán transformar la oposición espontánea a la politiquería por parte de las masas, en acción consciente.
Los politiqueros trabajan desesperadamente por arrastrar a los trabajadores hacia su candidatura. En Bogotá-Cundinamarca por ejemplo, el Polo Democrático comprometió a dirigentes obreros honestos en la campaña de Clara López, implicada en el cartel de la contratación, poniéndoles un cuadro como Cesar A. Luque para que contribuya en los conflictos obreros de la región y como consecuencia de ello se pida al movimiento su respaldo; en el Valle, candidatos como Jorge Iván Ospina y la bancada parlamentaria del Polo, tratan de encausar la fuerza del movimiento contra la privatización del Hospital Universitario del Valle para que apoye a sus candidatos; en Medellín pasa algo similar con el conflicto de Fabricato, donde se lucha porque su reestructuración no acabe con la poca estabilidad laboral que queda, mientras un abogado polista también trata de influir en los trabajadores para el apoyo a la candidatura de ese partido… ¿Los revolucionarios dejarán solos a los obreros ante estos politiqueros? ¡De ninguna manera! Los luchadores han comprobado por experiencia propia que las posiciones revolucionarias son escuchadas y respaldadas ampliamente por las masas. Los trabajadores han refrendado que los politiqueros de todos los colores les han traicionado, están comprometidos por igual en la corrupción y de conjunto con ellos o sin ellos, la situación sigue cada vez peor para el pueblo.
¡No hay que dejar las armas de propaganda guardadas cuando hay un enfrentamiento diario en las calles y las masas necesitan de las ideas socialistas para consolidar su camino de lucha directa y revolucionaria!, porque estamos en tiempos de una mayor agudización de la crisis económica y con ella, de la lucha de clases, con un nuevo envión del movimiento espontaneo de masas de los obreros, campesinos, indígenas, desplazados, pequeños transportistas…
Es necesario transformar la actitud, actuar con las herramientas y salir a las calles organizadamente con ellas. En próximos días el movimiento obrero contará con la Versión Popular del Programa para la Revolución en Colombia de la Unión Obrera Comunista (mlm), que es un verdadero cañón para luchar contra las posiciones politiqueras reformistas y oportunistas las cuales denuncian los problemas del capitalismo con el ánimo de infundir que ellos y sus candidaturas son la solución a estos males. ¡Hay que usar esta Versión Popular del Programa de los comunistas para hacer un acto solemne en octubre que apunte contra las posiciones que sostienen este asqueroso sistema y contra la politiquería!
Camaradas, el movimiento revolucionario es pequeño en comparación con las fuerzas de la reacción, no cuenta con mucho tiempo y lleva a cuesta muchas tareas, pero si se aferra a realizar la actividad política independiente, tendrá una mejor condición para ganar el apoyo de las masas y «hacer milagros» en el desarrollo de un Plan de Trabajo que apunta hacia el Congreso del Partido, el cual armará a la clase obrera de su destacamento de vanguardia para librar la lucha política y guiarla con éxito hacia la revolución socialista.
Hay que concretar planes audaces, unir a ellos a los activistas, para jalonar así a todos los revolucionarios en la realización de los propósitos conscientes que se tienen. A la vez hay que luchar en cada reunión contra la desconfianza en las propias fuerzas y en las masas para transformar la impotencia en acción revolucionaria del movimiento obrero. Se debe aprovechar la indignación de las masas con cosas tan oprobiosas como el aumento de 2 millones de pesos a los parásitos parlamentarios, mientras a los obreros el gobierno no les amentado más de $28.000 mensuales; hay que potenciar las campañas revolucionarias con reivindicaciones tan sentidas como la de acabar la «tercerización laboral» y oponerse a la reforma al Código Sustantivo del Trabajo que acabará con la estabilidad reforzada -como se intenta hacer por los obreros en la costa y en Bogotá con la reciente manifestación del 21 de septiembre- o contra la crítica situación de la salud pública como la del Valle del Cauca, para ligarla a esta campaña, entonando que… ¡Solo el pueblo salva el pueblo! y demás consignas aptas para dicha campaña. Es momento de hacer esfuerzos especiales para cuadrar turnos de trabajo, asuntos familiares, etc., a fin de romper con la inercia y concentrar fuerza en la realización de las acciones. Este tipo de obstáculos deben vencerse para no quedarse atrás del movimiento y cumplir el papel histórico que tiene el elemento consciente en estos momentos, que es llevar las ideas socialistas al movimiento obrero espontáneo.