Como todo lo que hace la burguesía parásita, tiene leyes que la beneficien a ella misma, es el caso del paraco Álvaro Uribe Vélez a quien le suspendieron la medida de detención domiciliaria.
La decadencia y fisuras del capitalismo moribundo y putrefacto hoy más que nunca se notan dejando en evidencia que el Estado y sus leyes realmente no sirven a la clase obrera porque están hechas para beneficiar a los corruptos y delincuentes, como los que hoy se encuentran en el Congreso y cabalgan sobre los hombros de la clase obrera. Un ejemplo es la gran diferencia entre el sueldo de un congresista y el de un obrero.
La corrupción de las instituciones del Estado se puede ver en la mayoría de las entidades que son manejadas por clanes familiares y sus “amiguis” para cabalgar por años en ellas y manipularlas como quieran. Es el caso de la Fiscalía en la que Barbosa y su peón Gabriel Jaimes (también investigado por corrupto) terminaron siendo los más acérrimos defensores de Uribe, cuando se supone que en su tal “Estado de Derecho” la fiscalía está para imputarle cargos al procesado.
Así mismo la jueza 30 de Control de Garantías, Clara Ximena Salcedo, arguyendo que “no puede haber detención sin imputación de cargos dentro de la Ley 906”, recurriendo a un recurso leguleyo, que siempre encontrarán cuando se trate de beneficiar a alguien, dejó libre a Álvaro Uribe Vélez. Para las instituciones judiciales en manos de la mafia y el paramilitarismo Uribe no es un sujeto peligroso.
Sin embargo, para el pueblo sí es claro que este burgués terrateniente y jefe paramilitar es responsable de masacres, despojo de los pobres del campo, de los múltiples asesinatos de jóvenes presentados como combatientes dados de baja y mal llamados falsos positivos, un vil ladrón y corrupto, así como autor de lesivas reformas antiobrera y antipopulares… Un criminal peligroso que debe ser condenado por la justicia popular. Una justicia que no vendrá del actual Estado y del régimen mafioso. Por eso hoy llamamos a los obreros y campesinos a trabajar por un verdadero cambio. No cambiando o “renovando” los personajes de la politiquería y de la élite gobernante, sino destruyendo el Estado burgués con todas sus podridas instituciones y sobre sus ruinas crear el Estado de obreros y campesinos, donde el pueblo armado sabrá hacer justicia sobre todos los criminales que se han saciado con el sudor y la sangre del pueblo colombiano.
¡Ni El Estado, Ni Los Politiqueros, Solo El Pueblo Salva Pueblo!
¡Abajo el Podrido Estado Burgués, Viva el Futuro Estado de Obreros y Campesinos!