La politiquería burguesa solo le sirve a las clases dominantes y a los explotadores para seguir cabalgando sobre los hombros de los trabajadores. Esta política, que actualmente domina el movimiento sindical y está concentrada especialmente en la burocracia de las centrales sindicales, ha maniatado la lucha de los obreros, coartando su independencia de clase al convertir sus sedes en fortines de la politiquería, haciendo malgastar los fondos de los trabajadores para financiar las campañas politiqueras, mientras los obreros quedan a merced de los capitalistas al interior de las empresas, tanto privadas como estatales.
La burocracia de las centrales sindicales confunde a los trabajadores con los títeres politiqueros que representan a uno u otro partido burgués o pequeño-burgués, a fin de cuentas, los partidos pequeño-burgueses son los que más se visten de amigos de la clase obrera, esto hace que los trabajadores ahora no diferencien sus amigos y sus enemigos de clase.
Una muestra de ello es la división que se ha generado al interior del movimiento sindical, entre compañeros que deciden apoyar a partidos del gobierno y otros que se ven más tentados a seguir propuestas de otros partidos, incluso de la llamada «oposición». El movimiento sindical no puede permitirse esta división que mella la unidad de las organizaciones y, finalmente, resulta sirviendo a las clases explotadoras.
Los obreros no pueden permitir que sus organizaciones sindicales se dividan defendiendo a uno u otro politiquero, porque ese no es el problema de los obreros; nuestros problemas son los de la lucha de clases y los sindicatos honestos, que realmente defienden los derechos de los trabajadores, no deben permitir que sus organizaciones se comprometan con los politiqueros. No se puede permitir que por motivo de las elecciones regionales de octubre, que son solo un engaño y una farsa para los trabajadores, los dividan por defender lo que no les traerá ningún beneficio, pero sí un gran perjuicio porque rompe la unidad para la defensa de sus intereses frente a los capitalistas.
El movimiento sindical debe desprenderse de esa política y luchar conscientemente por su independencia de clase respecto a los partidos burgueses y pequeñoburgueses, que solo buscan intereses personales o algunos puestos en el Estado burgués. Enfrentar como clase a los capitalistas y a los patronos exige una unidad FERREA y materializada en una verdadera Central Sindical Independiente que realmente luche por los derechos de los trabajadores y sea una fuerza organizada y movilizada para la lucha de clases.
Los obreros más revolucionarios deben confiar en sus capacidades y luchar por construir sus propias organizaciones con independencia de clase, sobre la base de la educación y fortaleciéndose con los métodos de dirección y los estilos de trabajo propios del proletariado, para llenar al movimiento sindical de una ideología y política revolucionaria. Las organizaciones sindicales hoy solo se pueden fortalecer nutriéndose de las ideas socialistas, marxistas y de su propia historia, la historia del movimiento obrero, no hay otra ideología al servicio del proletariado.
Esto exige dejar atrás la política de conciliación y concertación de clases con el enemigo, para arrancarle todos los derechos que nos ha arrebatado y luchar porque de nuevo se conquisten los sindicatos como escuelas del socialismo científico, que pongan su granito de arena en la lucha por la emancipación definitiva de la clase obrera.
Un comentario
La defensa de los intereses personales es un aspecto de los propósitos de los partidos birgueses y pequeños burgueses pero la prioridad de su llamado a participar en el proceso electoral radica en crear la ilusión de resolver las contradicciones de clase en el marco del sistema capitalista y de esta manera impedir que la clase obrera y las masas oprimidas en general acojan una visión y acción radicalmente revolucionaria.
Los partidos de la burguesía y los de la pequeña burguesía actúan como referentes de la constitución burguesa y como tal todas sus actuaciones patinan en el fortalecimiento y reproducción de las relaciones de producción ,de propiedad y distribución capitalista con algunas diferencias entre los que a ultranza las quieren llevar al extremo de la explotación y rapiña capitalista y los que , sin modificar el sistema básico, pretenden hacerle reformas para prolongar el sistema bajo lo que denominan paradógicamente capitalismo » humano»