En este momento llegó la hora, porque es cierto ¡nos quitaron el miedo, nos crecieron alas! Nos unimos a la primavera Latinoamericana, porque no estamos dispuestas a callar mas abusos y llego la hora de ajustar cuentas con este Estado, representado ahora en el gobierno paramilitar asesino de Duque.
Denunciamos que el Estado capitalista es capaz de ejecutar las maniobras mas rastreras con tal de conseguir a toda costa defender a los ricos. En el marco del Paro Nacional Indefinido se ha presentado todo tipo de abuso policial, incluyendo además la violencia y abuso sexual a mujeres que participan del Paro.
Es el caso de Diana Díaz, una joven caleña que participaba de una manifestación el pasado 30 de abril, Diana relató en sus redes como fue víctima de abuso sexual, y narró los momentos de zozobra y angustia, dando a entender lo que iba a pasar. Los degenerados del ESMAD sin ninguna compasión y abalados por sus altos mandos se ensañan contra el pueblo y en particular con las mujeres. De igual manera hay otros relatos de mujeres que han sido golpeadas, intimidadas, manoseadas, con tal grado de morbosidad. En la denuncia de Diana se nota la angustia, pero la fuerza de aquellas que además de saber de lo que este asqueroso Estado es capaz, son valientes y salen a luchar por el cambio que merece esta sociedad.
Nos creen débiles por ser mujeres, asi como lo creyeron de toda esta clase obrera que hoy sale a las calles a pelear y se dieron cuenta que no lo somos, porque creyeron que nos podían mantener divididos. Duque esta ardido porque no se trata solamente de la reforma tributaria, es que estamos cansados del régimen y éste ya no puede mantenernos alienados, y pasó lo que se temían, que si un sector era capaz de levantarse el resto iba a hacer lo mismo y saben que los superamos en mil contra uno.
Con toda esta represión se jactan de creer que nos van a dar una lección y de dejar en claro que las ideas para un pueblo sumido en el hambre y la miseria son muy peligrosas, además porque siempre nos han hechos creer estúpidos e insignificantes y usan a su dios para hacernos creer que estamos puestos en la tierra para servirle a los ricos. Pero se equivocaron, la clase obrera no está para servir a los ricos, por miles de años nos hemos dado la pela de trabajar para sostener un estado de privilegios para unos pocos. Así las cosas unidos en las calles luchando, ¿quién es la clase débil?, ¿la clase obrera o los burgueses que nos necesitan para vivir?
Por esto como mujer combativa y revolucionaria, me uno a la insurrección que esta por venir, al cambio del nuevo Estado que está por llegar, porque, aunque corro el riesgo de ser asesinada, abusada, desaparecida, prefiero correr el riesgo peleando por un futuro mejor.
¡ADELANTE CLASE OBRERA, ADELANTE CON VALOR, HAY QUE ROMPER LAS CADENAS DE ESTE SISTEMA OPRESOR!