Se acerca a paso acelerado la conmemoración del Día Internacional de la clase obrera en todo el mundo: el Primero de Mayo. Contingentes proletarios desenvuelven las rojas banderas que inundarán las calles del planeta Tierra en algunos días. Mujeres, hombres, jóvenes, adultos y longevos, de diferentes nacionalidades, creyentes o no en alguna religión, de distintas tendencias políticas, con variadas reivindicaciones y luchas concretas, se unen a uno para conmemorar el Primero de Mayo.
En Colombia, los comunistas revolucionarios levantamos la correcta consigna por un ¡Primero de Mayo de unidad y lucha del proletariado y los pueblos del mundo contra el imperialismo!, rescatando las enseñanzas, el arrojo y la valentía de las masas que fueron correctamente dirigidas e inspiradas por los Mártires de Chicago en 1886 para enfrentar al poder del capital con la lucha directa en las calles y con el paro de la producción en los principales centros industriales. Rescatamos el valor tan grande que significó -y significa- la unidad de la clase obrera, que, proveniente de diferentes partes del mundo, lograron unirse no sólo para producir las mercancías en medio de la explotación capitalista, sino también, para luchar contra sus comunes enemigos de clase y por conquistar unas comunes reivindicaciones, entre ellas la exigencia a los patronos y a su podrido Estado de establecer la jornada laboral de 8 horas.
De ese espíritu de unidad tienen que aprender hoy los proletarios para confrontar en todos los terrenos al imperialismo, fase última y superior del capitalismo en la que ese sistema de súper explotación y opresión se ahoga en un mar de contradicciones, siendo la principal en el mundo la que existe entre el proletariado y la burguesía.
La unidad, es un principio manoseado constantemente por el oportunismo, por aquellos que sacrifican el interés máximo de la clase obrera moderna de establecer el poder político de los obreros y campesinos, a cambio de ventajas pasajeras y superfluas. Para ello, hacen llamados al unitarismo, que es la unidad sin principios, sin ideología, de la cantidad sin calidad, de la unidad de acción desligada de la consciencia política. Por estas razones, actúan en unidad con las clases enemigas del pueblo, unas veces abiertamente como cuando condenan a la hoguera a los luchadores populares; otras, de forma velada, introduciendo de contrabando en el movimiento obrero, sindical y de masas, su perniciosa política de conciliación y concertación entre clases sociales antagónicas o el espíritu desmoralizador y derrotista reflejado en afirmaciones como «no hay con quién» cuando las masas no les siguen el juego de salir a sus convocatorias a desfiles que resultan inofensivos para el normal funcionamiento de la producción capitalista; o imponiendo el pacifismo burgués en las movilizaciones y conflictos mientras el Estado asesina sin piedad al pueblo desarmado, ante lo cual, los jefes traidores de las centrales sindicales y los partidos reformistas imponen su política reaccionaria de agachar la cabeza, poner la otra mejilla o «solucionar» las contradicciones sin violencia, por medio de la justicia burguesa que le garantiza la impunidad a las clases dominantes o en las estrechas urnas de la politiquería de la democracia burguesa.
El Primero de Mayo es el día internacional de toda la clase obrera, por eso, convocamos a todos los obreros, a los hacedores de la riqueza social, a los sepultureros del capitalismo, a los que sólo poseen su fuerza de trabajo para sobrevivir, a los desposeídos de capital… a marchar y luchar por la unidad, sí, pero no con los conciliadores de los intereses antagónicos del proletariado y la burguesía que actúan como salvadores del capitalismo moribundo; unidad, sí, pero no con los pacifistas que desarman los ánimos de lucha de las masas para ponerlas en bandeja de plata a los reaccionarios que las masacran; unidad, sí, pero no con los politiqueros que encauzan la rebeldía del movimiento espontáneo hacia la estrecha democracia burguesa que es dictadura contra las masas trabajadoras.
El Primero de Mayo reafirmamos la unidad del movimiento de masas para preparar los próximos levantamientos que se avecinan y para lo cual se necesitan concretar las Asambleas, Guardias y Milicias Populares; reafirmamos la unidad del movimiento sindical que se concreta en su Reestructuración, para que actúe con independencia ideológica y organizativa, con sello de clase obrera y extirpar el tumor oportunista que representa la dirección de los jefes burócratas de las centrales sindicales; llamamos a la unidad del movimiento comunista internacional en una Nueva Internacional Comunista basada en el marxismo leninismo maoísmo, y para ello, llamamos a concretar una Conferencia Internacional de los mlm que aporte a la necesaria unidad alrededor de una Línea General, propuesta que ya la UOC (mlm) aportó a los comunistas revolucionarios del mundo; promovemos la unidad con los demás mlm de Colombia y ponemos a disposición el proyecto de Programa para la Revolución en Colombia y las líneas políticas para discutir sobre esa base y acercar el día del Congreso de Fundación del Partido Comunista Revolucionario de Colombia (mlm).