¿POR QUÉ HACEN UNA PROPUESTA «INAMOVIBLE» DEL INCREMENTO DEL SALARIO?

Quienes producen todo en esta sociedad son los obreros. Pero éstos soportan un régimen de opresión y explotación asalariada que los ata, con grilletes más fuertes que en cualquier régimen de esclavitud anterior.

Es la burguesía la que tiene el poder económico y político, y es ella la que maneja a su antojo a los jefes de las centrales obreras y a su monigote que posa como Ministro de Trabajo; y por ello es que sus gremios industriales llegan envalentonados imponiendo en la falsa «mesa de concertación salarial» un «incremento» del salario mínimo en Colombia.

Mientras la burguesía tenga el poder, la acumulación de la miseria de los trabajadores será tanta, como la acumulación de capital y la riqueza de los patronos. No hay argumento que valga, por más humanista que sea, para echar marcha atrás de un miserable incremento como el que impondrán. Y será así porque la burguesía tiene su corazón en el bolsillo, porque lo que mantiene este sistema es la ganancia y rebajar las utilidades a costa de aumentar el salario, es lo último que harán los zánganos patronos que viven sin trabajar de la esclavitud asalariada.

Los capitalistas se ven obligados a pagar más por las materias primas, más por los impuestos, más por los insumos, pero jamás aceptarán pagar más por el salario, a menos que los obligue la resistencia de los obreros, porque precisamente ésta es la fuente de su ganancia, que consiste en pagar menos al trabajador y explotarlo hasta el máximo que resista.

De ahí que insistamos en varios asuntos que refleja esta farsa de negociación del salario mínimo:

Si los obreros quieren un alza real del salario, que valorice su fuerza de trabajo y alcance para cubrir los gastos esenciales de la subsistencia obrera, deben luchar por su propia cuenta y de manera independiente, parando la producción y enfrentándose al Estado y a los patronos como clase, pues es política de los explotadores subir los precios permanentemente para mantener su cuota de ganancia y rebajar los pagos de salarios todos los días, ante lo cual solo la fuerza de la huelga política de masas, unida a la huelga económica y en unidad con los campesinos, podrán echar para atrás la política antiobrera y antipopular de las clases dominantes.

El gobierno burgués, por más democrático que sea, debe velar por la ganancia capitalista. Está para administrar el poder de los capitalistas no para causarle pérdidas a los dueños del poder. Por esto es que ni Petro, ni Robledo en la presidencia garantizarán un alza general de salarios para los trabajadores. Su deber como elegidos de los ricos, es maximizar sus utilidades y sostener su dominación. Si la clase obrera quiere que su salario escape de la tendencia del capitalismo a su rebaja constante, debe luchar permanentemente contra los capitalistas por alza general de salarios, pero aun así, la única solución definitiva contra esta tendencia, es liberarse de las ataduras del régimen de explotación asalariada.

Los payasos jefes ejecutivos de las centrales obreras, están para hacer demagogia en la mesa y tirar tierra a los ojos de los trabajadores. Sus declaraciones y propuestas son de papel, porque en lo único que están interesados y para lo que los reconoce el Estado y los patronos, es para interceder por las ganancias capitalistas y contener la rebeldía de los obreros.

Mientras hicieron efectiva la toma de Cali el 30 de noviembre para defender a los ingenios azucareros de la sanción impuesta por el gobierno de Santos, no han hecho nada, ni harán para sacar a los trabajadores a la calle por la defensa de la estabilidad laboral reforzada y el alza general de salarios. Son tan arrodillados y esperan tanta retribución de los capitalistas como sus dóciles intermediarios en el seno de los sindicatos obreros, que pidieron $64.435 de aumento mensual, mientras sus patronos ofrecieron $43.815, diferenciándose ni en lo que vale una gaseosa diario.

Por su parte el vendeobrero Ministro de Trabajo, es abierto en decir que el aumento no debe afectar el desarrollo de la ganancia capitalista en el país; es decir, que hará todo lo posible por pactar una nueva rebaja real del salario.

Finalmente, hay que decir al movimiento obrero que solo el socialismo, construido bajo la Dictadura del Proletariado puede garantizar el aumento permanente del salario y el mejoramiento absoluto del nivel de vida de las masas. Las dictaduras castrenses que se han dicho socialistas, como en Cuba o Corea del Norte, por ejemplo, tampoco han podido garantizar lo que hizo el verdadero socialismo en Rusia y China, incrementando permanentemente el salario a niveles del 30% y superiores y manteniendo bajos los precios de los productos de la canasta familiar. Y no lo podrán hacer porque todo régimen opresor, llámese capitalista, o falso socialista, debe sostener una capa social privilegiada que vive a costa de mantener sometido al pueblo trabajador.

Bajo la Dictadura del Proletariado, la riqueza social se devuelve íntegramente en forma de mayores salarios y aumento del bienestar general, porque el Estado no es un parásito costoso y corrupto, sino una administración barata, ejecutiva y legislativa a la vez, con funcionarios elegidos y removidos permanentemente y con sueldos promedios de obreros corrientes; porque el ejército es apenas parte del pueblo en armas, no una institución costosa y corrupta donde su cúpula y los negocios de armamentos con los imperialistas, se succionan una parte enorme del presupuesto nacional. Y además porque, la forma de gobierno no es como la burguesa, con senadores, representantes y demás parásitos que se comen miles de millones en mordidas, funcionamiento, seguridad, etc., sino que las masas por iniciativa directa, con sus propias organizaciones zonales, locales, regionales y nacionales, gobiernan, siendo éste un costo mínimo para la sociedad.

Esta es la única manera que tiene la clase obrera para garantizar el mejoramiento constante de su salario y su nivel de vida, lo demás son ilusiones y engaños. Por esto es que la lucha por alza general de salarios, tiene su relación con la lucha por el poder político, por el derrocamiento del poder de la burguesía y la construcción del socialismo bajo la Dictadura del Proletariado.

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