POLITIQUERÍA EN LA FRONTERA

Los grandes medios de comunicación en manos de zánganos como los Ardila Lulle, Sarmiento Angulo, Grupo Español Prisa y Santo Domingo, alimentan sus noticias vertiendo diariamente mentiras y calumnias, a lo que se suma hoy el cubrimiento de la tragedia de los deportados colombianos en la frontera con Venezuela. A los mentados se unen los lagartos politiqueros que también aparecen con el fin de ganar la atracción de esos grandes medios y el interés de las gentes del pueblo hacia ellos. Son varios los candidatos –de diversos partidos burgueses– que repartieron mercados, prometieron alojamiento, empleo y hasta gravaron cuñas en medio de este drama ¡La putrefacta política burguesa no tiene escrúpulo!

Los partidos oficiales que ponen el grito en el cielo frente a este terrible acontecimiento, callan frente al millón 400 mil familias que han sido desalojadas de sus casas por los bancos en el país, a razón de 300 familias por día; hablan de que las elecciones son la máxima conquista de la democracia, donde “el pueblo puede elegir y ser elegido” cuando en el largo periodo de democracia burguesa en Colombia, el régimen y la burguesía han asesinado más que en todos los regímenes dictatoriales juntos (superior a 300.000 ejecuciones), donde hay más de 57.200 desaparecidos[1] [2]. Mientras condenan el trato inhumano del régimen venezolano a las masas colombianas, no se pronuncian ni repudian que ya comenzaron a salir, luego de pagar penas de 5 a 8 años – que parecieron vacaciones pagadas en cárceles-resort –, los comandantes paramilitares ejecutores de más de 3500 personas del pueblo en masacres, descuartizamientos, torturas, desaparición forzada, etc., y expropiaron para los grandes capitalistas millones de hectáreas.

Callan los candidatos y no proponen nada para los más de 6.3 millones de desplazados que ha ocasionado la guerra contra los pobres del campo en los últimos años –muchos de los cuales emigraron hacia el vecino país–, ni frente a los 6 millones de hectáreas que les arrebataron, hoy en manos de grandes terratenientes y grupos económicos burgueses que las compraron de “buena fe”.

Colombia es el segundo país del mundo a nivel de desplazamiento forzado de poblaciones, tras Siria, según la estadística oficial, pero los partidos políticos burgueses que se manifestaron en la frontera no tienen en sus programas más que propuestas para mantener la dominación de clase de los capitalistas y participar en los jugosos presupuestos y mordidas que dan los cargos públicos.

Un ruido, tan vulgar como ridículo, hace la prensa de la burguesía y sus políticos con la tragedia de los deportados de la frontera, pues son los principales artífices y cómplices de la grave crisis económica y social que padece el pueblo colombiano: donde más de 40 millones de hectáreas pertenecen a los grandes terratenientes ganaderos, mientras los desplazados viven hacinados como familias proletarias o deambulando por las calles de las principales ciudades del país; cuando el 41 % de los 113 millones de hectáreas de uso agrícola está en manos del 0,4 % de propietarios capitalistas, mientras millones de desposeídos están sin trabajo y expropiados.

He ahí por qué los comunistas revolucionarios en su Programa plantean como la primera tarea política de la revolución:

“destruir el Estado de los explotadores, destruirlo con todo su ejército —militar y paramilitar—, con toda su policía, con todo su aparato gubernamental de politiqueros y funcionarios, con todos sus jueces y carceleros, con todos sus curas, brujos y pastores”, y aprendiendo de las derrotas reafirman que “Para triunfar sobre el poder de la burguesía, los terratenientes y el imperialismo, no basta con la destrucción de su aparato estatal; ésta es apenas la condición para el verdadero triunfo: la creación de un nuevo tipo de Estado, el Estado de la Dictadura del Proletariado, cuya razón de ser es anular la resistencia de los explotadores.”

Construir un Estado proletario libre de depredadores y parásitos es el fin supremo de la revolución obrera. Pero los politiqueros hablan de construir poder en un Estado que protege el saqueo y el parasitismo.

En esta situación, se descubre el papel que juegan partidos que se hacen pasar por obreros y hasta revolucionarios, que cambiaron la verdad de la lucha de clases, por la prédica vulgar de la paz social, en cuanto conflicto de masas logran influir. Reemplazan las enseñanzas históricas de lo que es el imperialismo, sobre la exacerbación de las contradicciones de clase, por la fábula pequeñoburguesa de la “soberanía nacional” del capital; la teoría de lo inevitable de las guerras imperialistas en el régimen capitalista, por la farsa burguesa del pacifismo y la prédica del respaldo a los “gobiernos democráticos de izquierda” a fin al imperialismo Europeo, Chino y Ruso, que dan la espalda y son artífices del drama de los desplazados en Siria y África.

La teoría del derrumbamiento revolucionario del capitalismo, la han cambiado los que se suman desde la “izquierda” a la farsa electoral, por la moneda falsa del capitalismo “humano” que se transforma pacíficamente en socialismo; la revolución la han remplazado por la evolución; la destrucción del hediondo Estado burgués, por su barnización; las enseñanzas sobre la dictadura del proletariado por la teoría de la coalición “democrática” con la burguesía; las enseñanzas sobre la solidaridad internacional, por las de la defensa de la patria burguesa.

A los candidatos los respaldan los ricachones, quienes los nombran como sus gobernantes para administrar los negocios comunes y proteger la propiedad privada con la fuerza armada del Estado; por ésto, el pueblo debe rechazar el oportunismo de estos bandidos en campaña.

Los candidatos de todos los partidos, de derecha y de “izquierda”, hoy se presentan como “defensores” de las masas que sufren en la frontera, y mañana cuando sean elegidos, ellos mismos no vacilarán en utilizar la fuerza armada del Estado para reprimir brutalmente las justas protestas. Las palabras de paz y repudio por el desplazamiento se convertirán en hechos de guerra contra el pueblo, asediado por las ráfagas de la superexplotación, del desempleo, del hambre, el desplazamiento forzado, del atraco en la salud, la vivienda y la educación…

¡Abajo el podrido Estado burgués y sus elecciones: Viva el futuro Estado de Obreros y Campesinos!
¡Ni el Estado, ni los politiqueros!
¡Solo el Pueblo Salva al Pueblo!
Tomado de: Revolucion obrera No. 438
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