La Policía Nacional, una institución odiada por una buena parte del pueblo y especialmente por la juventud por ser campeona en la violación de Derechos Humanos, en su interior no se queda atrás, pues sus funcionarios especialmente los de rangos inferiores están sometidos a la persecución laboral y las mujeres al acoso sexual y la violación.
El reciente caso de acoso sexual que se conoció en esta podrida institución es la de la subintendente Sandra Marín, quien se vio obligada a ventilar por las redes la persecución del teniente coronel Wilson Carvajal por haberse negado a tener relaciones con él. La subintendente denuncia persecución de su jefa inmediata, el traslado arbitrario a la ciudad de Cali y el hecho de que el oficial —con un rango muy superior al de ella— ahora trabaje en la Fuerza de Control Territorial y Apoyo Operativo conocido como Fucot, institución ubicada frente a la vivienda de la suboficial.
Video de denuncia de Sandra Marín: https://cdn.jwplayer.com/previews/1nxkvYaQ
El miedo que embarga a esta mujer es el mismo que han sentido muchas mujeres en otros ámbitos laborales, estudiantiles o en las calles. Las mujeres en general, pero especialmente las mujeres del pueblo están sometidas a la opresión laboral y la opresión machista. Esta doble opresión es condición objetiva para unirse y organizarse en contra de dichas cadenas.
La Policía Nacional como parte de las Fuerzas Militares son el pilar central del Estado capitalista, que somete a las mujeres del pueblo al yugo de la explotación y opresión de las clases dominantes, Estado que refuerza por todos sus medios de educación y propaganda el machismo. Así que la función de las Fuerzas Militares es someter con las armas al pueblo que se rebela contra toda esa estructura reaccionaria.
Si la Policía Nacional es un instrumento que le sirve a los explotadores y machistas, las mujeres policías están llamadas a unirse indefectiblemente al resto de mujeres luchadoras que se organizan para defender sus derechos y luchan por destruir las cadenas de opresión y explotación capitalistas.
Si alguna mujer policía nos está leyendo, la invitamos a que organice, junto a sus compañeras de trabajo, el Comité de Mujeres que oriente las acciones jurídicas inmediatas para atender los casos de acoso laboral y sexual, eduque en la importancia de unirse y organizarse, pues así es mucho más fácil responder a la persecución de dichos mandos superiores que se creen intocables y se unan al resto de colectivos femeninos que existen para de conjunto, enfrentar a una institución violadora de derechos contra las mujeres.
El Movimiento Femenino Revolucionario debe buscar la forma de acercarse a la población femenina de la Policía Nacional, llevar la propaganda especializada, llamándolas a organizarse y luchar por sus derechos, a hacer consciencia que hacen parte de una institución que le sirve a los capitalistas, a los opresores machistas y que tarde que temprano habrá que destruir.
¡Romper las cadenas, desatar la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución!
