Un Día de Octubre

Palabras de un militante sobre un nuevo aniversario de Revolución Obrera

Un Día de Octubre 1

Hace 22 años, por estos días, en las principales ciudades del país los camaradas ya tenían impreso el número 1 de Revolución Obrera, habían pegado carteles y organizaban el lanzamiento del órgano central de la Unión Obrera Comunista (mlm) y voz de los explotados y oprimidos.

Las semanas y días anteriores fueron intensos. El Comité Ejecutivo, compuesto por cuatro camaradas obreros todos, trabajaban hasta altas horas de la noche para darle vida a la herramienta principal de nuestro destacamento de combate: había que aprender a nadar nadando en la elaboración y corrección de artículos; así como afinar también en la selección de gráficas, en la diagramación, en la preparación de negativos y quemada de planchas… se necesitaba estar pendiente de todo porque ya se habían convocado varios actos de presentación del periódico y el tiempo apremiaba.

La vieja máquina litográfica, conseguida con el apoyo en los propios esfuerzos y en las masas, ronroneaba en manos del camarada Fausto y por momentos nos hacía pensar que no alcanzaríamos la meta. Si no hubiera sido por la pericia del camarada curtido en esas lides, nuestro primer número hubiera salido en noviembre.

Recuerdo otra anécdota de aquellos días. Como parte del lanzamiento de Revolución Obrera el Comité Ejecutivo decidió elaborar unos carteles, pero dados los contratiempos que se habían presentado ya no quedaba dinero para la impresión. Un camarada, que en esa época trabajaba en una mediana empresa de artes gráficas, tuvo la idea de comentarle a sus compañeros de trabajo el problema; y vea pues que esos obreros, apenas despertando a las ideas revolucionarias, organizaron la impresión del cartel en la empresa a escondidas del jefe de personal y del gerente. En resumidas cuentas, ese que resultó ser un magnífico cartel, fue “financiado” por un capitalista y elaborado con el trabajo voluntario de las masas.

Todo el esfuerzo valió la pena. Aunque aquel primer número no salió perfecto en cuanto a la impresión, sí cumplió las expectativas en el contenido y llenó de entusiasmo nuestras filas. Todos los cuadros y militantes nos lanzamos al movimiento obrero y a las masas a disputar su dirección al oportunismo y a la democracia pequeñoburguesa, que por aquellos días se abrazaban con los enemigos celebrando otra de las tantas negociaciones de “paz” que se han realizado en el país.

¡La paz de los ricos es guerra contra el pueblo! Tal fue el titular central de aquel histórico No. 1 de Revolución Obrera, denunciando el alboroto de las clases dominantes, los imperialistas y el reformismo, sobre las negociaciones de Pastrana con las FARC. Denuncia certera que iba acompañada de otro titular señalando el camino correcto y opuesto: la Guerra Popular que desde hacía un año adelantaban los camaradas en Nepal, en los montes Himalaya, donde ondeaba la roja bandera del comunismo.

En aquel Octubre Rojo celebrábamos también el 81 aniversario de la Revolución de Octubre y el 49 del triunfo de la Revolución de Nueva Democracia en China, así como el 150 aniversario del Manifiesto del Partido Comunista. Efemérides que siguen iluminando el camino de los proletarios del mundo y orgullosos destacamos hace 22 años.

¡Por Fin, Tenemos el Periódico Comunista Que Añorábamos!  Titulaba el primer editorial acompañado de una frase de Lenin, que desde esa fecha ha definido el carácter de este instrumento:

“No estamos dispuestos a permitir que nuestro periódico sea un simple depósito de opiniones diversas. Por el contrario, lo dirigiremos en el espíritu de una estricta orientación determinada. Esta orientación puede expresarse con una palabra: marxismo”.

No solo porque haya sido parte de esa historia me hace sentir orgulloso de la proeza que significó para la clase obrera volver a tener su propia voz, sino además, porque desde hacía años los obreros revolucionarios deseábamos tener una tribuna libre e independiente de cualquier interés distinto al de emancipar a nuestra clase del yugo del capital.

Hacía décadas necesitábamos de una prensa que nos iluminara el camino, que nos permitiera conocer la verdad y la justeza de la lucha de los obreros en Colombia, en Chile, en Nepal, en Palestina, en Perú… en el mundo entero, pues sabíamos que existimos como una misma clase en todas partes de este planeta y por tal razón éramos ya la mayoría de la sociedad, éramos además la clase más revolucionaria, la llamada a emancipar a la humanidad emancipándonos.

Queríamos un órgano de expresión que siempre dijera la verdad, porque estábamos asqueados de las mentiras de la prensa oficial y de las tergiversaciones del oportunismo, y necesitábamos gritar toda la verdad, convencidos que éste es el único estilo y la única forma que tenemos para educar a nuestra clase como verdadera combatiente de vanguardia.

En fin, estábamos ansiosos por tener una trinchera de combate y los camaradas del Comité de Dirección y del Comité Ejecutivo, nos estaban entregando no solo una trinchera sino una poderosa herramienta para construir nuestro propio partido independiente y empezar a organizar por todas partes y a la vez, la insurrección popular que acabará con este maldito sistema.

¡Cómo no estar orgulloso de todo esto!

¿Cuánto ha servido Revolución Obrera para alcanzar sus propios objetivos y los de nuestra clase?

Sin duda alguna, ha sido como un plan maestro que ha mostrado su justeza, y sus resultados últimos se observarán en los próximos meses.

Un camarada.

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