Las reaccionarias clases dominantes colombianas están de luto por la muerte de uno de sus jefes políticos, Belisario Betancur. Los medios de comunicación de los capitalistas exaltan su vida política y lo presentan como ejemplo de servicio a la patria. Y tienen razón, sirvió a la patria de burgueses y terratenientes defendiendo sus intereses de clase a sangre y fuego.
Para los obreros, que no tienen patria por ser una sola clase mundial, solo ha muerto uno más de sus sanguinarios explotadores.
Para el pueblo colombiano que siempre ha sido paria y desterrado en su propio país, solo ha muerto uno más de sus acérrimos enemigos.
El 23 de enero de 1963 cuando los obreros de la planta de Cementos El Cairo ubicada en el municipio de Santa Bárbara – Antioquia, cansados de tanta explotación y humillaciones, se lanzaron a la huelga para exigir respuesta a sus peticiones, el Ministro de Trabajo de ese entonces, Belisario Betancur dio apoyo total a los empresarios cementeros, desconoció de plano las muy justas reclamaciones de los huelguistas y respaldó complaciente la atroz masacre perpetrada el 23 de febrero de 1963 por el ejército contra huelguistas y trabajadores solidarios, siendo asesinadas doce personas y heridas más de un centenar.
La muerte de Belisario Betancur solo sirve para recordarlo como coautor político del asesinato de los obreros de Cementos El Cairo Pastor Cardona, Rafael Antonio González y Luis Ángel Holguín, de Luis Ángel Ruiz Villada obrero de Cementos Argos, de los campesinos Rubén de Jesús Pérez Arango, Joaquín Emilio Román Vélez y Luis Esteban Serna Villada, de los trabajadores Jesús Román (conductor), José de Jesús Suaza (ayudante de vehículos de carga), Juan María Holguín Henao, Israel Antonio Vélez Díaz y de la estudiante hija de uno de los dirigentes de la huelga, María Edilma Zapata.
El asesinato a sangre fría de los indefensos huelguistas cementeros ocurrió en tiempos del acuerdo dictatorial entre burgueses y terratenientes llamado Frente Nacional, bajo la presidencia del terrateniente caucano Guillermo León Valencia, abuelo de la bocona senadora del Centro Democrático Paloma Valencia, que hoy se desgañita señalando los crímenes de los jefes guerrilleros, cuando ella misma es de familia de viejos asesinos del pueblo y copartidaria de los uribistas artífices de las masacres paramilitares.
¡Qué guarden luto por Belisario Betancur los explotadores y su cohorte de aduladores¡ ¡Los obreros y el pueblo solo pueden sentir odio irreconciliable de clase contra verdugos como él y todos los de su clase!
