Hoy convocan a marchar los asesinos del pueblo

Hoy convocan a marchar los asesinos del pueblo 1

La “marcha de la Mayoría” como la llamaron los reaccionarios y dizque “espontánea”, como dijo el pasquín de Semana, es en realidad una marcha convocada y organizada por los sectores más cavernarios de la sociedad, que en realidad son una minoría, así hoy en sus marchas logren movilizar a sectores del pueblo, ya sea obligados, comprados o engañados con las mentiras y tergiversaciones.

Jaime Arizabaleta, candidato a la alcaldía de Cali, conocido en redes por sus posiciones fascistas, Diego Santos Caballero periodista de El Tiempo sobrino de Pacho Santos, Federico Gutiérrez, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Miguel Uribe Turbay, todos de familias burguesas y terratenientes, son la cara visible de la marcha. Varios de esos involucrados con la mafia, se atreven a decir que marchan hoy contra el asesinato de dirigentes sociales, cuando han sido estos sectores retardatarios los principales responsables de los crímenes contra pueblo. Los mismos criminales que al unísono condenaron a los luchadores del Estallido Social, llamaron a aplastar con los fusiles a quienes osaron levantarse contra los explotadores, e incluso salieron a disparar contra los jóvenes.

Esa ralea parásita y minoritaria llama al pueblo a respaldarla en defensa de instituciones como la Fiscalía, la Procuraduría, las Fuerzas Militares y las Cortes… y convoca a exigir la “libertad de prensa” y el cese de los odios; pero sobre todo, su interés es echar atrás los proyectos de reformas que de alguna forma limitan su ganancia.

Llaman a defender la Fiscalía, hoy con Barbosa, ayer con Nestor Humberto Martínez, Montealegre, etc. y mañana con el quede de la terna que Petro postule, que ha sido siempre un instrumento para salvarles el pellejo a los criminales de cuello blanco e imponer todo el peso de la justicia (burguesa) contra los luchadores, como los jóvenes capturados en el estallido social, algunos condenados a más de 20 años de prisión.

Convocan a defender las Fuerzas Militares, cuya historia, desde que fueron creadas, ha sido la de defender los intereses de los explotadores, dirigiendo sus balas contra el pueblo, como lo hizo el Ejército Nacional cuando masacró a los obreros de la huelga de la United Fruit Company en 1928, o como lo hizo el “Batallón Colombia” asesinando 9 estudiantes en 1954 durante la marcha que recordaba la masacre del 28, o cuando el Ejército asesinó al minero Sergio Lizcano en California, Santander el 22 de julio del año pasado… y qué decir de los crímenes cometidos por la policía en los CAIs, esos centros de tortura que originaron la revuelta del 2020, o de los asesinatos, mutilaciones y violaciones cometidos por el ESMAD, ahora llamado UNDMO…

Instan a defender las cortes, que aprueban la despenalización del aborto, para luego, como ocurrió en estos días, meter el mico de que el derecho al aborto no se puede declarar como derecho fundamental, obstaculizando en los hechos el derecho de las mujeres a tener un aborto seguro; o qué decir del Consejo de Estado, que no ha hecho sino frenar las facultades que puede tener Petro para hacer alguna cosa en favor del pueblo, caso por ejemplo, de frenar el alza de los servicios públicos.

Hablan de defender la libertad de prensa, la mayor mentira que se inventaron los capitalistas; cuando es sabido de todos que quien pone la plata pone su contenido en los medios de comunicación, y esto no es de ahora con la revista Semana, ha sido de siempre: los Santos, los Cano, los Gómez Hurtado, los Santodomingo, los Ardila Lule… todas familias de empresarios explotadores. La libertad de prensa no existe en el capitalismo y lo que debe exigir el pueblo, utilizando esa mentirosa retórica, es su derecho a expresarse y a no ser censurado.

Azuzan cínicamente a salir a marchar contra el “odio social”, los retrógradas exponentes del odio visceral hacia el pueblo, sobre todo al que no se resigna y levanta la cabeza y lucha.

Dicen que el gobierno del Petro promueve el odio a los empresarios, ojalá fuera así. Porque existe la lucha de clases y el odio de clase; porque los intereses de los parásitos capitalistas son irreconciliables con los del pueblo trabajador; porque es inevitable la rebelión de los explotados y oprimidos. Ojalá el gobierno de Petro incentivara el odio de clases, porque eso ayudaría a resolver mediante la revolución las contradicciones antagónicas que desgarran la sociedad colombiana. Por el contrario, Petro ha llamado a la mentirosa “paz social” y el iluso “pacto social”, prometió no perseguir a Álvaro Uribe, jefe de la mafia y el paramilitarismo, ha insistido en que es posible un pacto entre todos, aceptando incluso en el Pacto Histórico a viejos representantes políticos de los explotadores y sigue gobernado con ellos.

La marcha de la derecha cavernaria, de la mafia, de los holgazanes privilegiados no puede ser respaldada por el pueblo trabajador, por la mayoría productora. Quienes llaman a respetar las instituciones le están pidiendo al pueblo que respalde al Estado burgués, cuyo objetivo es someter a la mayoría que produce la riqueza social para saciar el apetito de ganancia de la minoría parasitaria. Quienes se oponen a la lucha de clases y al odio de clase, engañan al pueblo ocultando que los obreros y campesinos tienen unos enemigos comunes con los que no se puede conciliar, ni hacer pactos sociales, porque ello significa perder derechos, seguir siendo esclavos y prolongar la agonía de la sociedad colapsada por la voracidad de los explotadores.

La lucha del pueblo debe continuar hasta conquistar las reivindicaciones planteadas en las movilizaciones del 2019, 2020 y 2021 y con total independencia de los enemigos y de los falsos amigos.

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