Maestros, ¡a luchar por una educación de calidad!

Maestros, ¡a luchar por una educación de calidad! 1

Algo que caracteriza al Estado burgués es su hipocresía, es así como sus más retardatarios representantes cínicamente viven criticando a los docentes para desviar la atención de su responsabilidad en la crisis que atraviesa la educación pública. Acusan a los docentes por la baja calidad de la enseñanza, pero pasan por alto las reales y espantosas condiciones en que ese mismo Estado burgués obliga a trabajar a los maestros colombianos.

Con insolencia pretenden que se garantice una educación de calidad cuando las aulas están abarrotadas y es imposible brindar una atención personalizada para que cada estudiante pueda desarrollar sus habilidades y talentos.

En un entorno sumamente estresante, un solo docente de primaria debe enfrentarse a 30, 35, 40 o 45 niños, tratando de cumplir con un currículo extenso y diverso que abarca desde español hasta tecnología, pasando por matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, artística, inglés, educación física, etc. Así pues, los docentes son obligados a convertirse en generalistas en un sistema que exige especialización; se les sobrecarga con responsabilidades complejas y difícilmente manejables, lo que deteriora su salud física y mental. Se les exige demasiado y luego se les culpa por no cumplir con expectativas desmedidas.

Dado que los docentes ingresan al magisterio con una formación en una sola área, es absolutamente necesario que el Estado les garantice una formación continua que les permita actualizarse y mejorar en todas las materias que se les exige enseñar. Pero estas capacitaciones deben ir acompañadas de un sistema de reemplazos que garantice que los docentes puedan capacitarse sin que se vea afectado el aprendizaje de sus estudiantes.

Además, independiente de la capacitación de los docentes, es imprescindible que el Ministerio de Educación libere a los maestros de primaria de la carga de dar todas las materias y que se cuente con docentes especializados en áreas como inglés, educación física, artes y tecnología. La presencia de estos profesionales mejorará la calidad de la enseñanza en estas áreas, y aliviará la sobrecarga laboral de los docentes de primaria, permitiéndoles enfocarse en las materias en las que están realmente más capacitados. Asimismo, esta sería una oportunidad para que muchos maestros desempleados, subempleados o superexplotados en los colegios de cobertura, concesión o privados puedan obtener un empleo estable en el cual desarrollen todo su potencial.

Es inaceptable que el Estado burgués continúe ignorando estas condiciones, mientras finge preocuparse por la calidad de la educación. La verdadera solución está en que el magisterio, junto con los estudiantes y los padres y madres de familia, luchen de forma revolucionaria, decidida y directa por conquistar las condiciones que realmente garanticen entornos educativos para enseñar y aprender de manera efectiva.

Las bases magisteriales deben levantarse ya contra el Estado al servicio de los ricos: ¡No más superexplotación de nuestros docentes! No son los docentes los que fallan, es el sistema capitalista que los ahoga y los obliga a trabajar en condiciones inaceptables. Es hora de salir a las calles y exigirle al Estado burgués que asuma su responsabilidad y garantice las condiciones necesarias para que nuestras infancias tengan garantizada una educación verdaderamente digna y de calidad. Es hora de movilizar a los acudientes y familias de los estudiantes, a todos los trabajadores del sector educación y en general, al pueblo oprimido y explotado para luchar por una educación pública de calidad. Es hora de unir esta lucha, a las demás luchas por salud, trabajo, alza general de salarios, por la libertad de los presos por luchar, contra el terrorismo de Estado y las demás reivindicaciones populares que están por conquistarse por medio de la lucha directa e independiente del Estado, las clases dominantes y los politiqueros. Es hora de ampliar las miras de las luchas inmediatas e ir más allá, organizando las grandes batallas revolucionarias por construir una sociedad Socialista en la que la educación del pueblo y las condiciones materiales del magisterio sean radicalmente diferentes y sirvan al desarrollo de la sociedad.

Por una educación digna, por un futuro mejor para nuestras infancias y juventudes: ¡levantémonos ya a luchar!


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