El 11 de agosto se realizó la conmemoración del primer aniversario de la masacre de los cinco niños y adolescentes en Llano Verde. El evento, que fue realizado en el parque principal de este sector, contó con la participación de varias organizaciones, entre ellas Afrodes, Casa de las Memorias Proyecto de Paz Llano Verde, artistas como Alexis Play, Cantoras de Chontaduro y Hendrix B, que realizaron presentaciones culturales.
Ha pasado un año de impunidad y no ha habido ninguna solución para las familias víctimas de esta tragedia; para ellas siguen los interrogantes, solo les resta pensar que hubo rabia y saña de los autores de la masacre hacia estos menores, porque se encontraban en ese lugar. Los torturaron y luego los asesinaron, por ser afrodescendientes y porque estaban divirtiéndose comiendo caña, elevando cometa o como en otras ocasiones practicando futbol, una de las pocas actividades que los niños y jóvenes realizan, ante las escasas posibilidades que brinda el capitalismo a los hijos del pueblo.
Pero, ¿por qué no aparecen los verdaderos asesinos? porque los verdaderos asesinos son los capitalistas dueños de los cañaduzales, la “gente de bien” que pertenece a la misma clase social que nos gobierna; esos son los verdaderos culpables, porque estamos bajo el monstruo de la guerra y la descomposición de unas clases dominantes, que no les importa la vida de los jóvenes, mujeres o niños, no les importa la vida de los obreros que súper explotan, no les interesa la vida de los pobres del campo que han victimizado, con más de diez millones de desplazados, de los cuales hacen parte las comunidades negras de Llano Verde en Cali.
No podemos esperar nada bueno de la “gente de bien” que nos gobierna. Un año ha pasado desde las promesas realizadas por el títere Iván Duque, el Alcalde Jorge Iván Ospina, la Gobernadora Clara Luz Roldán y el Fiscal General de la Nación Francisco Barbosa, quienes al unísono les dijeron a las familias que iba a caer todo el peso de la ley sobre los autores, pero solo fueron mentiras; prometieron encontrar las causas y principales autores del crimen, prometieron proyectos culturales y educativos, pero nunca llegó una cosa ni la otra; prometieron ayudas pero eso duró solo unas tres semanas, después nunca volvieron; después de un año todo sigue igual; dicen que hay tres detenidos, más bien son tres chivos expiatorios, pues los dueños de los cañaduzales, los verdaderos culpables de la masacre, quienes dan las órdenes de defender y proteger su propiedad privada pasando por encima de lo que sea y de quien sea, quedan ocultos y protegidos por la justicia que al fin de cuentas está a su servicio.
Y los que prometieron justicia y soluciones, como el caso del presidente, la gobernadora y el alcalde, son los que han ordenado masacrar a las comunidades en lucha y en especial a los jóvenes que se levantaron desde el 28 de abril. Esa es la verdadera cara de los que se dicen amigos del pueblo. En especial, es el régimen de la mafia que ahora gobierna el que ha dado la orden y ha promovido 4.700 casos de violencia contra los manifestantes en las diferentes ciudades, solo en la época del paro estas cifras incluyen 104 homicidios, más de 400 desaparecidos, jóvenes descuartizados, más de 2000 detenidos. Esta es la verdadera cara de un sistema que asesina a los que sostienen la vida de la sociedad y de un régimen mafioso y paramilitar que mata a los hijos de obreros y campesinos pobres… Este es un régimen que no merece existir.
¿Qué hacer ante estos crímenes e impunidad? debemos comenzar por aprender a no confiar en las falsas promesas de los asesinos. Se requiere tumbar este régimen para que no se siga presentando más impunidad; pero desde ya es necesario ir construyendo un nuevo poder como lo ha venido haciendo el pueblo desde la época del Paro que arrancó el 28 de abril, donde cada punto resistencia se convirtió en un embrión de poder popular.
Es importante aprender de esta experiencia; es importante confiar en la fuerza del pueblo generada por su unión y organización para la lucha contra sus enemigos de clase; no hay que ilusionarse con salvadores supremos que prometen algunos cambios sin ir al fondo de las causas del problema; no hay que caer en el engaño de los politiqueros que prometen remodelar un Estado podrido como el de Colombia, dizque cambiando los congresistas o cambiando el presidente, cuando en realidad TODOS gobiernan a favor de los explotadores holgazanes mientras exista el actual Estado.
Por eso es necesario tumbar el actual régimen, no podemos limitarnos a las reformas que pretenden maquillar la podredumbre estatal; no es suficiente acabar con la corrupción; necesitamos que el pueblo construya sus respectivas organizaciones que le garanticen su vida, seguridad y defensa ante los asesinatos… necesitamos acabar con la explotación del hombre por el hombre. El Estado burgués hay que destruirlo, necesitamos un nuevo Estado dirigido por los obreros y los campesinos, y desde ya podemos comenzar a construirlo con las asambleas y los comités de paro como nuevos embriones de poder, como un paso hacia un verdadero cambio, por ello es muy cierto la consigna que dice ¡Ni el podrido Estado burgués ni los politiqueros, solo el pueblo salva al pueblo! ¡no más masacres! ¡no más terrorismo de Estado contra el pueblo!