Cada vez es más evidente la crisis del capitalismo imperialista, día a día los diferentes acontecimientos políticos y sociales lo demuestran; por todos lados y en cada momento estallan diferentes y masivas luchas del proletariado, los diferentes gobiernos títeres del imperialismo hacen miles de maromas para sortear las múltiples dificultades que les presenta la actual crisis del capitalismo agonizante, imponiendo a sus pueblos las órdenes que los amos imperialistas les dictan desde el FMI, el Banco Mundial y demás organizaciones internacionales.
Qué gran acierto hizo la Unión Obrera Comunista (mlm) en su Programa para la revolución en Colombia, al plantear la tesis Vivimos en la época de agonía del capitalismo, en la época del imperialismo, la cual es plenamente aplicable para el momento, pues mientras más se ahonda la crisis económica mundial más se resquebraja el capitalismo; por todos lados este inmundo sistema opresor se debilita pues la base económica que antes lo mantenía incólume ya no lo puede sostener más, es así que el imperialismo se vuelve más depravado ya que su debilidad lo obliga a caotizar todo lo social, político e ideológico.
EEUU, una de las cabezas de la gran medusa imperialista, azote de los pueblos y naciones del mundo, hoy protagoniza una de las mayores crisis políticas de su historia; Donald Trump peleando por mantenerse en la Casa Blanca movilizando el ala más reaccionaria y cavernaria de la burguesía, la extrema derecha nazi-racista, la cual tiene de su lado a un sector de las fuerzas armadas y sectores económicos muy poderosos quienes lo mantuvieron como presidente ya que les ha servido fielmente; sin embargo, al otro lado está como “demócrata” Joe Biden no menos reaccionario y desalmado, defendiendo su llegada a la presidencia, moviendo el aparato político y represor que tiene a su servicio.
La actual crisis política en EEUU desatada por estos dos lúgubres personajes no es más que una lucha entre dos partidos políticos, entre republicanos y demócratas, lucha para llegar al poder del Estado e imponer los intereses del partido que representan, lo cual no es más que los intereses de la burguesía imperialista y los gigantes monopolios internacionales, es una lucha al interior de la misma clase burguesa y como tal hace parte de las contradicciones que diariamente la agobian y tiene que enfrentar para mantenerse como administradora de la vida económica, política y social, para seguir gozando de los privilegios que como clase parásita tiene.
Trump ya tuvo su período, y ahora, luego de las escaramuzas en el Capitolio azuzadas por este fanfarrón egocéntrico, le corresponde a Biden, quien deberá continuar la política imperialista de los EEUU, seguir con su sueño frenético hegemonista, su política expoliadora y sometedora de pueblos y naciones, manipuladora de los diferentes gobiernos títeres que monta, política que se materializa en la lucha con los otros imperialistas por el control de las diferentes economías mundiales y por imponer sus intereses mediante las organizaciones que ha impulsado y manipula como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y muchas más; política que utiliza la guerra financiando diversos grupos terroristas como ISIS, Al Qaeda, miles y miles de matones regados por todo el mundo, y ejércitos títeres creados a su servicio como el de Israel.
Las masas de los países dominados como semicolonias por los yanquis, y el propio pueblo de los EEUU, deben movilizarse, aprovechando este gran momento histórico para ahondar más la crisis interburguesa, para exigir sus derechos políticos para que cese la represión contra los inmigrantes y los afroamericanos; los millones de explotados en EEUU deben aprovechar este gran momento para decirle al mundo que en esa supuesta “hermosa gran nación” también hay proletarios dispuestos a conquistar un mundo mejor, dispuestos a luchar por todo lo que las clases reaccionarias le han arrebatado al pueblo durante miles de años, dispuestos a aportar en la destrucción del nauseabundo sistema capitalista causante de todos los males que agobian actualmente a la humanidad.
Pero también, los revolucionarios de EEUU deben aprovechar este gran momento histórico, poniéndose al frente de las movilizaciones, creando y consolidando las diferentes organizaciones de masas y construyendo el Partido y la Internacional Comunista; los revolucionarios tienen una gran tarea en estos momentos, pues son el elemento más claro que puede entender profundamente las causas de la actual crisis política y plantear verdaderas acciones que lleven al desarrollo de la lucha de clases; deben entender que su lucha es parte de las luchas que los pueblos libran contra el capitalismo imperialista a nivel mundial poniendo al servicio de la Revolución Proletaria Mundial toda la experiencia y conocimiento adquirido en las entrañas de la bestia yanqui; los revolucionarios deben aprovechar este gran momento histórico para agudizar las contradicciones interburguesas y plantear una verdadera lucha revolucionaria, un Programa auténticamente comunista que destruya el Estado reaccionario y levante sobre sus ruinas el Estado proletario sostenido y defendido con el poder del pueblo en armas.