La lógica de la ley burguesa: indulto para los criminales, cárcel para los luchadores

La lógica de la ley burguesa: indulto para los criminales, cárcel para los luchadores 1

Entraron caminando por trochas y caminos veredales, asesinando a cuanto campesino se encontraron en el camino, los degollaban o ahorcaban o los apuñaleaban sin utilizar armas de fuego para no alertar a la gente, tenían que cumplir la orden, siendo asesinados así 19 campesinos en total indefensión.” A 20 Años de la Masacre de El Salado

El capo de capos, el que dio la orden de este y otros crímenes atroces, Álvaro Uribe Vélez, en el 2005 les concedió indulto a los que perpetraron esta matanza con la Ley de Justicia y Paz. Los apegados a la ley dicen que no fue un perdón, pues debían someterse a la justicia, pero es un hecho que muchos jefes paramilitares no pagaron, otros siguen libres, incluso algunos de los que fueron enviados a la justicia norteamericana, estuvieron algunos años en cárcel pero ya están en libertad, viven felices en Miami y son la base del uribismo en Estados Unidos.

Después en el gobierno Santos vino la firma del “Acuerdo de Paz” con la cúpula de las FARC tras varias décadas, en que diferentes sectores de la burguesía y esa guerrilla se enfrentaran por la renta extraordinaria del cultivo de la coca, que originó uno de los mayores desplazamientos internos en el mundo con más de 7 millones de campesinos desarraigados de sus tierras. Acuerdo de Paz en el que convinieron indultar a todos los actores de tan atroz violencia de más de dos décadas con la Justicia Especial para la Paz, JEP. Obviamente los leguleyos dicen de nuevo que no es un perdón, pues si los perpetradores de los crímenes dicen la verdad y “reparan” a las víctimas saldan la deuda con la sociedad. Pero en los hechos reciben penas mínimas y luego salen libres; sin contar que en la JEP quedaron exentos los terceros; es decir, los que financiaron, dieron las órdenes y se beneficiaron del despojo: los Uribe, los Lafaurie, los Sarmiento Angulo y otros tantos.

Ahora el gobierno de Gustavo Petro presentó el proyecto de ley de “Paz Total”, con el cual se pretende, con la misma mentira de la paz, perdonar a los criminales; que son al final los mismos de hace décadas, con otros nombres, Clan del Golfo, disidencias de las FARC… paz de los ricos que significa continuación de la guerra contra el pueblo, a la que ahora de suma la cúpula de la guerrilla del ELN. El proyecto de “paz total” contemplaba además dos artículos que daban la posibilidad de indultar a los jóvenes que decidieron salir a las calles en los levantamientos del 2019, 2020 y 2021.

Pero las clases dominantes ¡cómo no! reviraron inmediatamente, especialmente la mafia uribista, pues el estallido social fue en parte contra su odiado régimen: odio acumulado de las víctimas de la guerra contra pueblo; odio de los desplazados contra los despojadores; odio contra la falta de oportunidades para estudiar, capacitarse profesionalmente e incluso acceder a un trabajo; odio contra un sistema que se ensaña con los pobres, contra los desposeídos, contra quienes sostienen la sociedad con su trabajo. Odio que estremeció la sociedad e hizo recular al régimen impotente frente al heroísmo y valentía de las masas que no echaron para atrás a pesar de las atrocidades cometidas por las fuerzas criminales militares y paramilitares.

Era entonces normal que reviraran los reaccionarios, los explotadores y opresores a quienes les tocaron su bolsillo con el paro. Era apenas lógico que todos ellos salieran como hienas a condenar los dos artículos y amenazar con utilizar la tramoya de que entonces había que indultar también a sus mesnadas criminales y perdonarles las desapariciones, los descuartizamientos, los asesinatos, las mutilaciones, las violaciones cometidas en el levantamiento…

Pero lo que no es normal e incluso es indignante es que recularan los que prometieron la libertad de los prisioneros por luchar; los que vendieron la idea de que votando por el Pacto Histórico vendría el cambio, empezando por el gobierno y los ponentes del proyecto Iván Cepeda, Ariel Ávila y otros, quienes reculan ante la mafia y traicionan al pueblo. Indignos y cobardes, que en lugar de apelar a las masas que siguen movilizándose por la libertad de los detenidos, por la aparición de los ausentes y el castigo a los criminales, aceptaron retirar los artículos que posibilitaban la libertad de los presos políticos, engañando nuevamente con la promesa de presentar otro proyecto de ley.

Sí, el propio viceministro del interior Gustavo García anunció, ante los jóvenes detenidos y luego liberados en el Portal Resistencia el 23 de octubre, que van a presentar otro proyecto para el año entrante, quedando embolatada la libertad para los luchadores. Y mientras la reacción le cobra al viceministro su intervención en el Portal Resistencia, seguirá en curso el trámite de la ley de “Paz total” en el Congreso, donde nuevamente acordarán el perdón para los verdaderos delincuentes que han cometido crímenes incomparables con romper un vidrio, incendiar un peaje, quemar unas llantas, “delitos” por los que la justicia burguesa ofrece cárcel por más de 20 años. ¡Indulto para los criminales, cárcel para los luchadores! tal es la lógica de la ley burguesa que también terminan defendiendo los falsos amigos del pueblo.

Los supuestos alternativos, resultan peores que los de derecha, pues tratando de ponerse por encima de la lucha de clases acaban sirviendo a los enemigos del pueblo. Si se está con el pueblo hay que tomar partido por él abiertamente y sin ambages; así que que lo correcto es liberar a los jóvenes que lucharon en las calles y castigar a los responsables de los crímenes contra el pueblo. No hay tal de que toda violencia debe ser rechazada; la violencia revolucionaria del pueblo es justa, la perpetrada por los explotadores, a través de sus fuerzas represivas legales e ilegales, debe ser condenada.

La libertad de los presos políticos debe conquistarse con la lucha directa en las calles; por tanto, las jornadas realizadas por la liberación de los prisioneros de los levantamientos populares se justifican. La jornada convocada por diferentes organizaciones para el 28 de octubre se justifica. El pueblo no puede confiar en el Estado de los ricos ni en los politiqueros, sus reivindicaciones se conquistan como lo ha demostrado la historia: con la unidad, la movilización y la lucha organizada.

¡A las calles este 28 de octubre!

¡Se justifica la rebelión, se justifica la revolución

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