El capitalismo está asesinando con fuego voraz la flora y fauna del Amazonas. Y no nos referimos solamente al incendio en Brasil que ya consume 700.000 hectáreas de bosque. En Santa Cruz, al oriente de Bolivia, un incendio ha afectado durante más de 20 días, más de 500.000 hectáreas boscosas en Chiquitanía, transición entre la Amazonía y el Chaco. Los responsables de esta crisis ambiental, son su presidente Evo Morales, afín al “Socialismo del Siglo XXI”, los burgueses, los terratenientes y el imperialismo chino.
De palabra, Evo Morales es un presidente indígena preocupado por los derechos de la Madre Tierra. Pero en los hechos, el 9 de julio pasado promulgó el Decreto Supremo 3973 autorizando la “quema controlada” de los bosques o “chaqueo”, como es conocido popularmente, para expandir la frontera agrícola en 4,5 millones de hectáreas, debido a lo cual se descontrolaron los incendios de los bosques para usar la tierra en agricultura, agrocombustibles y ganadería para satisfacer los apetitos de los capitalistas y exportar carne a los imperialistas chinos, negocio que favorece a los ganaderos bolivianos que aplaudieron la medida del “revolucionario” presidente.
El “Socialismo del Siglo 21” aunque de palabra diga otra cosa, es capitalismo puro y duro, pues no es posible un socialismo sin destruir el Estado de dictadura de la burguesía y los terratenientes sobre el pueblo trabajador, sin resquebrajar por completo la relación de dependencia con el imperialismo y sin abolir la propiedad privada, de los burgueses, terratenientes y ganaderos como sucede en Bolivia.
Una vez más queda al descubierto el fracaso del “Socialismo del Siglo 21” y esta vez lastimosamente la naturaleza tuvo que sufrir las consecuencias de un modo de producción que sirve a los intereses monopolistas e imperialistas, así se disfracen de antiimperialistas o revolucionarios en sus discursos.
Evo Morales hizo muy bien al ponerse el uniforme de bombero para ayudar a apagar los incendios que desde su gobierno promovió para favorecer los negocios que tiene con las clases dominantes y los imperialistas chinos. Hizo muy bien porque precisamente eso son los reformistas, vertiente política que él y sus amigos del falso socialismo representan: apagafuegos de la lucha obrera y campesina por destruir de raíz el sistema capitalista que significa explotación asalariada, opresión política y destrucción de la naturaleza.
Los “Socialistas del Siglo 21” una vez más demuestran su fracaso al autorizar por decreto la depredación de la naturaleza para satisfacer el apetito de la ganancia capitalista, no el fracaso de la teoría del socialismo científico elaborado por Carlos Marx y Federico Engels puesta en práctica bajo la dirección de Vladimir Lenin, José Stalin y Mao Tse-Tung, con grandes aciertos y errores de los que el proletariado mundial aprende para superar con creces, no el fracaso del Socialismo, sino la derrota temporal y relativa que sufrió la clase obrera en la URSS y China el siglo pasado.
