El pasado 6 diciembre se realizó en Bogotá la conferencia «La Huelga de las Bananeras y la Lucha por Alza General de Salarios», convocada por el Comité de Lucha Popular de la ciudad y allí asistieron distribuidores del periódico Revolución Obrera.
Así se conmemoró la importante lucha protagonizada hace 87 años por la naciente clase obrera en Colombia, donde el expositor explicó de forma sencilla y vivaz las valiosas enseñanzas para la lucha del pueblo explotado y oprimido, comenzando por ubicar el contexto histórico de la época en que los trabajadores bananeros desarrollaron la huelga, cuyos patrones eran las compañías imperialistas. Se recordó la importante influencia de la revolución socialista en Rusia y posteriormente relacionó el pasado con el presente de la situación de la clase obrera en Colombia, explicando el por qué los antecesores obreros luchaban y cómo las reaccionarias clases de Colombia representadas en el Estado, y en respaldo a la compañía imperialista Yanqui United Fruit Company, respondieron con terror.
Como si el pasado se hubiese impuesto al presente, las reivindicaciones siguen vigentes hoy para la clase obrera. Ese 13 de noviembre de 1928 más de treinta mil obreros se declararon en huelga para exigir:
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Que se les reconociera como trabajadores de la empresa,
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Seguro colectivo,
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Habitaciones higiénicas,
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Reconocimiento de accidentes de trabajo,
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Aumento de salarios,
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Cesación de los comisariatos,
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El no pago en vales,
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Y establecimiento de hospitales.
En relación a las valiosas enseñanzas de la huelga y la posterior masacre de las bananeras, se recordó que las reivindicaciones anteriormente nombradas tenían no solo un contenido económico, sino sobre todo político, porque eran problemas que afectaban al conjunto de la clase obrera y enfrentaban un enemigo común: el Estado burgués, terrateniente y proimperialista.
Se recordó que ayer como hoy, el Estado colombiano es una maquinaria burocrática militar de las clases dominantes para oprimir y explotar a los trabajadores, pues así como en la huelga de las bananeras el gobierno condenó el movimiento como ilegal y a los dirigentes los señaló de bandidos terroristas, hoy en día se da similar trato a los campesinos pobres y obreros que protestan exigiendo sus derechos.
Se aprendió con sangre (más de 3.000 muertos) que no se puede confiar en el Estado, por lo tanto hoy en día la política de concertación, y en particular las mesas de trabajo impulsadas por el gobierno para desmovilizar las luchas, no sirven al triunfo, por el contario, se convierten en una forma de dilatar las reivindicaciones y distraer a los manifestantes. Ayer como hoy las clases dominantes se lavan en sangre proletaria, demostrando su carácter asesino, cómplice y servil con los imperialistas.
Sobre el Partido de la clase obrera, se hizo énfasis sobre la importancia de contar con esta organización para conquistar la unidad y organización política de la vanguardia revolucionaria, así como se estableció la correcta relación que existe entre dicho Partido y las demás formas de lucha del movimiento obrero, como las cooperativas, sindicatos, etc.
A la clase obrera le es imposible triunfar en la lucha contra la burguesía si no cuenta con su Partido que organice y dirija sus luchas, no solamente para obtener reivindicaciones inmediatas, sino también para hacer que ellas contribuyan al triunfo definitivo de la emancipación de los oprimidos y explotados por el capitalismo.
Las intervenciones de los asistentes fueron vivas y conmovedoras, por ejemplo, la de un campesino desplazado, quien resaltó que él ha sido víctima de la guerra reaccionaria y desde luego las masacres no han cesado, por el contrario, han arreciado, por lo cual el pueblo debe seguir luchando contra sus centenarios enemigos.
Un desempleado manifestaba que en 87 años desde aquella vil masacre, el mundo ha cambiado, se realizaron revoluciones dirigidas por el proletariado en Rusia y China que dejaron grandes enseñanzas, se venció al fascismo, se descubrió el carácter sanguinario del imperialismo y la falsa democracia burguesa, a tal punto que este sistema en descomposición ha causado 2 guerras mundiales de rapiña y muchos cientos de miles de masacrados por diversos regímenes opresores, desde democráticos hasta dictatoriales. Actualmente el imperialismo promueve varias guerras regionales, generando muerte, miseria y desplazamiento…
Pero la perspectiva revolucionaria es que las masas en el mundo se levantan en lucha, a tal punto que en la India se desarrolla una victoriosa Guerra popular, y por todos los continentes (tanto países imperialistas como oprimidos) las masas se levantan. Se necesita urgentemente de un Partido que dirija la lucha de los oprimidos y explotados en Colombia y una nueva Internacional Comunista que lo haga a nivel mundial.
Un vendedor de libros, recalcaba que las masacres en Colombia se realizan con o sin el decreto del Estado de sitio, y se presentan no solo en el país, sino en la mayoría de los territorios oprimidos por el imperialismo. La clase obrera tuvo su bautizo de sangre, como en el gobierno de Febres Cordero en Ecuador, que masacró a obreros corteros de caña, o en Santa María de Iquique en Chile, donde se masacraron a obreros mineros, todo lo cual aconteció por las mismas décadas del siglo XX.
Un extrabajador del Hospital San Juan de Dios, denunció que era una mentira la reapertura del hospital por parte de la Alcaldía de Petro, informó sobre las duras condiciones y abandono al que siguen sometidos durante más de 15 años y finalmente llamó a la solidaridad, reafirmado la necesidad de unir fuerzas para enfrentar al Estado y a los ladrones de cuello blanco.
Finalmente el evento culmino con un gran aplauso.
El mejor homenaje a los obreros caídos por las balas asesinas de la burguesía hace 87 años, es avanzar en la construcción del Partido de la clase obrera, aprendiendo de su entusiasmo revolucionario, de su espíritu de sacrificio y de las lecciones que escribieron con su sangre.
¡Honor a los héroes de las bananeras!
Corresponsal de Bogotá.