¡Mejor invertir en la guerra que en erradicar el hambre!

¡Mejor invertir en la guerra que en erradicar el hambre! 1
Los palestinos que huyen del norte de Gaza – 10 de noviembre del 2023

En pleno siglo XXI, cuando los avances tecnológicos y científicos han alcanzado niveles sin precedentes, el capitalismo imperialista sigue demostrando su rostro más cruel y despiadado y lo urgente que es que el proletariado mundial se levante y cumpla su misión histórica de sepultarlo.

Mientras las mentirosas cifras burguesas nos dicen que 1800 millones de proletarios y campesinos en todo el mundo viven en la pobreza, y que de esos 700 millones viven con menos de 8599 pesos (2,15 dólares) al día. Mientras cerca de 828 millones de obreros —principalmente en zonas rurales— son devorados por el hambre y las enfermedades prevenibles, las potencias imperialistas están listas para gastar trillones de dólares en una Tercera Guerra Mundial, pero no para acabar con los problemas sociales más impostergables.

En 2020, la prensa burguesa informaba que la Universidad de Brown estimaba que un conflicto bélico de gran magnitud costaría 4,79 trillones de dólares, una cifra que tendría un impacto devastador en la economía mundial.

Si bien las contradicciones interimperialistas aún no han estallado en una guerra a gran escala, la guerra reaccionaria en Ucrania y el genocidio en Palestina, como territorios de prueba, ya están afectando la economía mundial, exacerbando la superexplotación y opresión de la clase obrera mundial.

Este gasto exorbitante contrasta con los recursos necesarios para erradicar el hambre en el mundo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), erradicar el hambre para 2030 requeriría unos 267.000 millones de dólares anuales, apenas el 0,3 % del PIB mundial. Sin embargo, en lugar de destinar recursos para garantizar la seguridad alimentaria, los imperialistas prefieren financiar guerras reaccionarias y alimentar su maquinaria militar.

Cabe destacar que, leyendo los informes de estas organizaciones, estas instituciones pequeñourguesas entre líneas advierten a los capitalistas que condenar al hambre y la pobreza a extensas capas de la población abonan el terreno para que los comunistas cosechen grandes revoluciones que acaben con la esclavitud asalariada y con ella todas las otras formas de esclavitud que aún perviven.

El Global Peace Index, del 11 de junio del 2024, reveló que actualmente hay 56 conflictos —el mayor número desde la Segunda Guerra Mundial— y 92 países involucrados en conflictos fuera de sus fronteras. En 2023, el impacto económico global de la violencia fue de 19,1 billones de dólares o 2380 dólares por persona, lo que representa el 13,5 % del PIB mundial.

La militarización ha aumentado en 91 países desde el comienzo de la guerra en Ucrania, lo que significa que hay 108 países volviéndose más militarizados. Hasta mediados de 2024, Acnur estimaba que hay alrededor de 117,3 millones de personas han sido desplazadas por la fuerza en todo el mundo, de estas, aproximadamente 43,4 millones están refugiadas en 16 países. Estas cifras no solo revelan la brutalidad del sistema, sino que también evidencian su decadencia y la urgencia de una Revolución Proletaria Mundial.

Todo ello es una clara manifestación de la contradicción actual del capitalismo: entre el proletariado mundial y la burguesía mundial, entre la producción cada vez más social y la apropiación cada vez más privada. El capitalismo imperialista es un sistema que merece ser destruido ya, porque no está orientado a satisfacer las necesidades humanas, sino a maximizar las ganancias de una parásita minoría capitalista que explota la riqueza producida por los trabajadores. Es un sistema que merece ser destruido ya, y nosotros, el proletariado, debemos ser sus sepultureros.

El imperialismo, en su afán de mantener su dominio, ha convertido a la guerra en un negocio excesivamente lucrativo. Los programas de la OTAN, financiados mediante contribuciones directas de los países miembro de la Alianza, alcanzan un valor anual aproximado de 2500 millones de euros, sin contar las contribuciones indirectas que incluyen recursos y tropas para operaciones militares. Estos recursos podrían ser utilizados para mejorar las condiciones de vida de millones de trabajadores, pero el capitalismo imperialista prefiere alimentar la guerra. ¡Es tarea de la clase obrera levantarse y luchar por un sistema socialista que ponga la vida y la dignidad humana por encima del lucro!

En lugar de destinar trillones de dólares a la devastadora guerra, los recursos mundiales deberían ser redirigidos hacia la lucha contra la pobreza, el hambre y el cambio climático. Esto no solo es un imperativo moral, sino también una fuente de grandes beneficios sociales. Pero esto no ocurrirá si no cuando los trabajadores se levanten contra el capitalismo imperialista y conquisten una sociedad sin clases, donde se acabe con la miseria y los males de la sociedad actual.

Los datos hablan por sí solos: el capitalismo imperialista sacrifica millones de hombres, mujeres, jóvenes e infantes en guerras reaccionarias, pero no invierte en erradicar la pobreza y el hambre. Como dijo Marx: «Que las clases dominantes tiemblen ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!».

Hoy, esa lucha es más urgente que nunca. ¡Organizarnos y luchar por un sistema socialista es la única salida para la humanidad!

Es tarea urgente de todos los revolucionarios del mundo construir en cada país sendos partidos comunistas revolucionarios que orienten a la clase obrera en la conquista del poder político. Sendos partidos comunistas revolucionarios que a nivel internacional se organicen en una nueva Internacional que esté dispuesta a dirigir la lucha a nivel mundial, para impedir la guerra y convertirla en la Revolución Proletaria Mundial.

¡Adelante, camaradas, hacia la victoria del socialismo!
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