En la localidad de Ciudad Bolívar, barrio La Huerta, fue asesinado Cristian Fernando García Rodríguez de 27 años, conocido como ‘Drunk-Ebrio’, cuando se encontraban con un amigo realizando un grafiti. Según una vecina de la cuadra donde sucedieron los hechos el pasado 17 de julio, cerca de las 10 de la noche «Se escucharon más de tres tiros, el amigo que estaba con él empezó a pedir ayuda y varias personas de la comunidad salieron a ver qué había pasado, luego llegó la Policía y lo llevaron en la patrulla al centro médico», pero en camino hacia el Hospital de Kennedy, Drunk-Ebrio lamentablemente murió.
Sobre este hecho, la Mesa Local de Graffiti – Mural de Ciudad Bolívar en su comunicado del 18 de julio denuncia y exige que condenamos la criminalización de la juventud de los barrios populares y exigimos esclarecer a los implicados y cómplices en este caso y se lleven lo más pronto ante la justicia y con celeridad frente a los diferentes procesos que se deban adelantar, garantizando la seguridad y acompañamiento a sus familiares cercanos. Ya que de igual manera en el transcurso del año se han presentado atentados contra líderes sociales y comunidad de Ciudad Bolívar.
La respuesta de los artistas populares no se hizo esperar, y el 18 de julio se convocó una velatón y batalla de tags a la memoria de Ebrio – Drunk en la Universidad Distrital Sede Tecnológica de Ciudad Bolívar bajo el lema “Que pintar no nos cueste la vida”, por parte de diferentes colectivos artísticos.
Denunciamos la persecución y estigmatización que sufre la juventud obrera en los barrios empobrecidos en Colombia. Rechazamos el paramilitarismo en los campos y ciudades que amenaza y asesina a los dirigentes sociales en los barrios populares.
El arte popular en sus diferentes expresiones incomoda a las clases dominantes cuando este es usado como un martillo para moldear la realidad, parafraseando a Bertolt Brecht. La juventud del pueblo incomoda a las clases dominantes porque su naturaleza es ser rebelde, cuestionar la realidad, criticar y luchar contra un sistema capitalista que los explota y oprime a diario.
Y por todo esto nos solidarizamos con los familiares y amigos de Ebrio – Drunk a la vez que condenamos al Estado burgués que hipócritamente, por medio de sus representantes e instituciones, dice estar preocupado por la juventud mientras no les brinda garantías para expresar sus ideas con libertad.
Se necesita otra sociedad en la que los artistas populares puedan expresar de diferentes formas sus pensamientos, sentimientos y propósitos. Basta de asesinatos contra los grafiteros del pueblo. Una pared no puede valer más que una vida. Que pintar y expresarse, no sea la excusa para quitarles la vida a nuestros jóvenes.