Mejorar la situación de las jugadoras de fútbol en Colombia por medio de la lucha

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La opresión contra las jugadoras de fútbol en Colombia es sistemática. Desde 2017 vienen exigiendo una Liga Profesional de Fútbol Femenino que dure todo el año, contratos laborales y salarios acordes con su labor; en este Portal ya se había denunciado desde hace algo más de un año en el artículo “La Liga Femenina de fútbol en Colombia es una exigencia a gritos” tal situación. Actualmente no es que se haya cambiado de fondo, la verdad sea dicha.

Aunque no se han vuelto a ventilar ofensas abiertas por parte de los dirigentes del fútbol en Colombia, como en su momento lo hizo la momia Gabriel Camargo, del Deportes Tolima, cuando afirmó abusivamente que el fútbol femenino era “un caldo de cultivo de lesbianismo tremendo” y que las jugadoras son “más tomatragos que los hombres”, los hechos hablan por sí solos. Las jugadoras han conquistado en este tiempo importantes logros por medio de la denuncia pública (por ejemplo, las palabras de Yoreli Rincón contra la dirigencia del fútbol colombiano que le costaron ser vetada para las convocatorias de la Selección Colombia) y de pequeños pero valerosos actos de protesta (como cuando la Selección Colombia Femenina levantó el puño el 9 de julio del 2022 en Cali, como protesta contra la Dimayor que para ese año canceló la Liga Femenina).

Parte de esos logros ganados ha sido que se incremente el presupuesto estatal de $1200 millones para el segundo semestre del 2022, llegando a un total de $8000 millones prometidos por el gobierno de Petro para el 2025; lo que, aunque sigue siendo insuficiente, es un incremento considerable que se tiene que ver en los hechos. Para este año hubo traslados en avión, mejoraron los alojamientos, los sitios de entrenamiento, la dotación y el cumplimiento en los pagos, no obstante, siguen siendo paupérrimos. En octubre de este año, Colombia será sede de la Copa Libertadores de América en los estadios de Bogotá, Cali y Armenia, donde se realizarán 32 partidos. En el 2024 la Selección Colombia Femenina de mayores participará en los Juegos Olímpicos de París. A nivel suramericano, es la mejor Liga junto a la de Brasil, que cuenta con diferentes torneos durante el año, a diferencia de Colombia que apenas tiene 1 y de 5 meses. Todos estos logros han sido conquistados a pulso por las jugadoras y sus familias, que son la base de apoyo de las deportistas.

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Vanessa Alipio, gerente del Deportivo Cali Femenino, afirmó que: «Este torneo no estuvo tan bueno respecto al anterior en cuanto a competencia, difusión, transmisiones, incluso en apoyo. El nivel del arbitraje estuvo pésimo, hay mucho por aprender. Espero que la Liga pueda durar más tiempo, lo ideal serían 10 meses, incluso 9, para tener más trabajo físico, técnico y que el nivel mejore». Nicole Regnier, exfútbolista y comentarista en ESPN, opinó que «Tiene que haber un torneo largo o dos en el año; en el tema de los contratos, sigue siendo muy bajo lo que cobran la mayoría de las jugadoras, sacando casos específicos. Lo otro es que los contratos son por 5 meses y los otros 7 quedan cobrando cero pesos». Carlos Gonzáles Puche, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Fútbolistas Profesionales (Acolfutpro), dijo: «En muchos equipos como Cali, América, Nacional, Millonarios, Santa Fe, La Equidad todas tienen contrato. En otros se limitan a cumplir con la cuota que es de 15 (de 30 inscritas). Los salarios siguen siendo mínimos en la mayoría, pero hay que resaltar el cumplimiento para el pago».

De fondo, los contratos basura continúan y la Liga Femenina Profesional de todo el año no existe. A las jugadoras no les queda otro camino que asociarse y buscar el apoyo de las masas para que sus exigencias sean, no solo escuchadas, sino, cumplidas. Es por medio de la protesta, de visibilizar su problemática, sus reivindicaciones, denunciando a la burguesía y al Estado que no les cumplen con lo mínimo y uniéndose a las luchas del pueblo podrán conquistar un futuro mejor para cientos o miles de jugadoras que vienen detrás, que se la juegan en las canchas de los barrios, en torneos amateurs, entrenando con las uñas, defendiendo lo que les gusta y saben hacer muy bien.

De las luchas de hoy, depende el porvenir del mañana, y así les tocará por años, mientras se conquista otro tipo de sociedad, una Socialista donde no se ponga la ganancia al mando, sino el desarrollo deportivo y cultural de las masas, donde el trabajo colectivo ayude al progreso general de la sociedad y en el que ese poder de las masas sea defendido por el armamento general del pueblo para garantizar que se cumplan las exigencias de los que todo lo producen en la sociedad.

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