El 2 de marzo apareció por redes sociales una carta firmada por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) que amenaza a varias organizaciones sindicales, estudiantiles y luchadores por los derechos del pueblo en la Universidad de Antioquia, con el objetivo de quebrantar el dinamismo del movimiento estudiantil en las movilizaciones posteriores al 21 de noviembre. El Estado es el responsable de estas amenazas y complementa la intimidación mediante la violencia del Esmad y los protocolos del reaccionario Alcalde de Medellín Daniel Quintero.
Aunque por redes sociales apareció una nota de las AGC desconociendo la autoría de las amenazas, no se puede menospreciar que los amenazados corren un grave riesgo, pues es conocido el alto número de líderes sociales que han sido asesinados en el país después de la firma de los acuerdos de la “Habana”; que se mantiene la guerra reaccionaria contra el pueblo por la disputa de las mejores tierras para la producción de psicotrópicos y que Duque representa al sindicato antioqueño, un monopolio internacional ligado con una facción mafiosa; así como también representa a los monopolios y burgueses, quienes quieren imponer las reformas laboral y pensional. Estas medidas serán aplicadas sí o sí, amenazando y asesinando a quien sea, reprimiendo y garroteando al pueblo y, apaciguando la lucha a través de sus agentes en el seno del movimiento de masas.
Y es que las amenazas no dan tregua, el 4 de marzo en la madrugada, la profesora Sara Fernández, también secretaria de la Asociación de Profesores Asoproudea fue atacada en su vivienda; un vil atentado contra quienes luchan y defienden no solo la educación pública, sino los recursos naturales, la salud, el empleo digno, entre otros.
Por ello el movimiento de masas no debe amedrentarse, por el contrario, es necesario intensificar la actividad de preparación de un Paro General Indefinido, que se concrete en encuentros regionales, en creación de bloques por el paro, en comités barriales, locales y de fábrica, al tiempo que los luchadores protejan a sus organizaciones y dirigentes rodeándolos, cuidándolos con gente de mucha confianza y no con los agentes que el mismo Estado capitalista envía, para realmente enterarse de cada movimiento de los dirigentes y así hacerlos presa fácil del terrorismo estatal, no hay que confiarse en los esquemas de protección del gobierno; pues es quien ejecuta el Terrorismo de Estado hacia las masas como parte de sus métodos de dominación y opresión.
La mejor forma de enfrentar las amenazas es intensificando el trabajo de educación y propaganda en las bases de las organizaciones sociales para la preparación del paro general indefinido, llevando la mayor rigurosidad en las medidas concretas de protección a los dirigentes desde las organizaciones sociales y ampliando la participación de las masas en las movilizaciones.
¡Viva el Paro General Indefinido! ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
¡Abajo el Terrorismo de Estado! ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Abajo!
