Dice el Programa para la Revolución en Colombia, en su aparte, Para Salvar la Naturaleza de la Depredación a que la ha Sometido el Capitalismo:
“Lo primero y principal para modificar las relaciones de la sociedad con la naturaleza es transformar las relaciones sociales de explotación capitalistas en relaciones de colaboración socialista. Logrado esto y una vez doblegado el criterio de la ganancia al mando, se puede y es necesario, con el trabajo al mando, tomar medidas contra el proceso de destrucción de la naturaleza heredado del capitalismo”.
Esta debe ser la solución definitiva, y para allá debe encaminarse la lucha que se da en distintas partes del mundo contra la destrucción de la naturaleza y del planeta; una lucha contra burgueses, terratenientes e imperialistas, que con sus grandes empresas han dominado el mundo explotando recursos marinos, hídricos, mineros, acabando con el suelo, el subsuelo, el aire, la vida…
Ellos y su protector, el Estado burgués, son los responsables; ellos quienes hoy 26 de agosto en el circo de la reunión del G7 en Francia tomaron algunas medidas para quedar bien ante la quema del Amazonas, son los promotores de la destrucción de la naturaleza y de la muerte del planeta, y con justa razón han recibido el rechazo de los pueblos; es lógico porque de estas reuniones únicamente salen acuerdos entre los explotadores para acrecentar la explotación de la clase obrera en el mundo y agrandar las riquezas de la clase parásita; a ellos no les importa lo más mínimo si aumenta o no la contaminación y destrucción del planeta, solo les importa que sus bolsillos, grandes cuentas bancarias y lujos, crezcan cada día más.
Así que, manifestaciones como las que hubo el 23 de agosto en diferentes ciudades de Colombia y el mundo o como la realizada el 25 de agosto en Cali, rechazando la quema en el Amazonas y la destrucción del medio ambiente, deben unirse a la lucha general de la clase obrera de todos los países, no solo contra Bolsonaro, sino contra el capitalismo y el imperialismo. Esta lucha debe avanzar hacia el triunfo del proletariado en la tierra para acabar con el criterio de la ganancia al mando.
El proletariado y pueblo trabajador en general, no deben temer al imperialismo y a las clases dominantes, estos morirán porque son débiles, tienen pies de barro y caerán con la fuerza poderosa del pueblo unido, avanzando para alcanzar el triunfo del socialismo y el comunismo en toda la tierra, único capaz de acabar con la depredación de la naturaleza, la explotación del hombre por el hombre y en últimas con la destrucción de toda la sociedad por parte de un puñado de parásitos.