El Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022 (PND), aprobado por la mayoría del gobierno uribista de Duque en el Congreso, con algunos reparos de la oposición oficial, hace parte de la política de Estado para cumplir con la Agenda Empresarial de la burguesía, que en el terreno de la minería se traduce en una estrategia para implementar cuanto antes el fracking en la extracción de hidrocarburos del subsuelo colombiano. He ahí la hipocresía de la democracia burguesa y la demagogia de los politiqueros, pues en campaña electoral Duque afirmó que si él era “elegido” –o mejor, nombrado- como presidente, no impulsaría el fracking durante su mandato.
¿Qué es el fracking?
La diferencia del fracking con la explotación tradicional, es que para extraer los hidrocarburos se necesita construir tuberías gigantes recubiertas de concreto a grandes profundidades en el subsuelo, hasta llegar a la roca madre a la que se encuentra “adherido” bien sea, el gas o el petróleo. Para “despegar” el hidrocarburo, cualquiera que sea, y sacarlo a la superficie, hay que inyectar miles de litros de agua hirviendo con un cóctel de químicos y compuestos tóxicos para fracturar la roca, por eso dicha técnica se llama de fracturamiento hidráulico. Los dos grandes riesgos que se corren son: uno, si la tubería se rompe y se filtra el hidrocarburo por la recubierta de concreto; y dos, que se haga una mala fractura de la roca madre. En ambos casos el gas, el petróleo y la combinación química para hacer fracking pueden contaminar los acuíferos subterráneos, es decir, las capas internas de la Tierra que contienen agua y que por ejemplo se desconocen en el 85% en el Valle del Magdalena Medio donde ya se han hecho pruebas pilotos de fracking. Solo por poner algunos ejemplos de los efectos de esta técnica, hay que decir que generó movimientos telúricos en Estados Unidos, en ocho de sus estados, además de que ha afectado cientos de propiedades, pues puede dañar las placas tectónicas.
La estrategia estatal que implementó el gobierno Duque-Uribe a favor del fracking se compone de tres aspectos:
1. La Comisión Interdisciplinaria “Independiente”
El primer componente de la estrategia consistió en crear la Comisión, que en abril de este año presentó un informe sobre sobre los efectos del fracking en el país (Ver informe). Comisión que posa de independiente, pero que en su composición por ejemplo, se encontraba Natalia Salazar quien perteneció a la Junta Directiva de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH1
); Carlos Alberto Vargas Medina, quien renunció a Ecopetrol (única empresa colombiana con licencia para hacer fracking) un mes después de que supiera de su nombramiento en la Comisión; Armando Zamora, fue presidente de la ANH y en sus ocho años de dirección se firmaron 50 contratos por año para exploración, producción y evaluación técnica petrolera, además trabajó para Carbocol y la Exxon Mobile. Por lo tanto, dicha Comisión no es independiente, sus intereses se corresponden con los grandes monopolios mineros imperialistas y de los cuales es beneficiaria la burguesía socia y lacaya de los imperialistas, respaldada por su Estado que hoy legisla a favor de los monopolios económicos. Ideológicamente la Comisión cumple el papel de ser un órgano “autorizado” en la materia y lo que salga de ella tiene un gran peso porque finalmente son “expertos” supuestamente independientes, lo que es una gran mentira: la verdad es que son expertos al servicio del gran capital minero energético imperialista.
1 “Misión: La ANH es la autoridad encargada de promover el aprovechamiento óptimo y sostenible de los recursos hidrocarburíferos del país, administrándolos integralmente y armonizando los intereses de la sociedad, el Estado y las empresas del sector”. http://www.anh.gov.co/la-anh/Paginas/Mision-y-Vision.aspx
En el capítulo 14, los expertos no independientes recomendaron como conclusión central la implementación de Proyectos Pilotos de Investigación Integral de fracking para posteriormente realizar proyectos de exploración y explotación comercial. Era de esperarse. Sin embargo, para matizar la recomendación, sugieren que se deben dar ciertos requisitos como por ejemplo la seguridad en la producción, diálogo e información con las comunidades, compensación por efectos ambientales, veeduría y seguimiento… formalismos que bajo el capitalismo se convierten en letra muerta para darle paso a la depredación de la naturaleza y a la superexplotación de mano de obra barata en los campos petroleros.
Por encima de las recomendaciones que al final solo son buenos deseos, hay que decir que el fracking ya viene desarrollándose en el país. Ecopetrol planea extraer hasta 1.000 millones de barriles en el Magdalena Medio, y tiene otros cuatro proyectos listos. La Drummond, de imperialistas estadounidenses, ya tiene licencia ambiental por parte del ANLA para “buscar gas metano dentro de rocas” (en otras palabras, fracking) en Chiriguaná y La Jagua ambos en el Cesar, además de cuatro proyectos adelantados, tres cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta y el otro en La Loma, Cesar. A la ConocoPhillips, también estadounidense, el Estado de los ricos le adjudicó 33.714 hectáreas en San Martín y Aguachica, Cesar y en Río Negro, Santander, al ser suscriptor de la Ronda Colombia 2012, mediante el cual se le permite desarrollar fracking en donde se explotan las últimas reservas de petróleo. A la canadiense Parex Resources en 2014 la ANH le adjudicó un bloque en Cimitarra, Santander y hoy tiene 21 pozos. Y finalmente la Exxon Mobile, también de Estados Unidos, planea implementar el fracking principalmente en el Magdalena Medio, en Colombia sus ganancias son de $6 billones al año.
En resumen, las recomendaciones de la Comisión, son un semáforo en verde para el fracking, que le da el aval para que inicien 3 proyectos piloto, mientras 5 petroleras esperan luz verde para explotar petróleo con fracking. Por encima de los buenos deseos de los académicos e investigadores, se pone el interés del capital que se traduce en que desde hace años la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) autorizó 9 licencias a Ecopetrol, Exxon Mobile, Drummond, ConocoPhillips y Parex Resources específicamente para explotar petróleo con fracking.
2. Legislación a favor del monopolio y en contra del cuidado de la naturaleza
El segundo componente de la estrategia para implementar el fracking, consiste en dar un golpe jurídico a la supuesta democracia que defiende los intereses de las comunidades. En octubre de 2018 la Corte Constitucional resolvió una tutela a favor de la compañía imperialista china-india Mansarovar Energy, cuyo fallo estableció que las consultas populares no pueden prohibir las actividades extractivas en las regiones, ya que como el Estado es el dueño del suelo y subsuelo de la nación, entonces éste puede hacer uso del mismo como bien le parezca. Y ya se sabe que el mejor uso de los recursos naturales para un país oprimido por el imperialismo como Colombia, es que la burguesía socia y lacaya se los entregue a los magnates imperialistas para que se lucren como producto de su explotación, a costa de la depredación de la naturaleza y de la superexplotación de mano de obra barata.
Otro golpe en materia jurídica, fue el dado por la misma Corte Constitucional en febrero de este año cuando tumbó la ley que obligaba a hacer una consulta popular cuando un proyecto turístico, minero o de otro tipo, amenazara con crear un cambio significativo en el uso del suelo en los territorios. Es decir, refrendó lo ya aprobado en octubre del año pasado.
Esta es una muestra más de que la democracia burguesa solo le da los derechos a las amplias masas populares formalmente en el papel, pero realmente le brinda todas las garantías a los monopolios económicos para garantizar sus superganancias y para eso establece a su antojo las leyes garantizando su cumplimiento con el uso y abuso de la fuerza militar y paramilitar, quitando del camino mediante la eliminación física a los líderes populares que se atraviesan en los planes de las mineras imperialistas.
3. El Plan Nacional de Desarrollo a favor de los monopolios
Al PND aprobado el pasado 3 de mayo solo le falta la sanción del subpresidente Duque para que sea una ley. Se debe partir de que en dicho Plan se afirma lo siguiente: “los recursos no renovables en Colombia generan la oportunidad irrepetible de financiar el desarrollo nacional y regional”, lo que demuestra que a la burguesía, quien plasmó su Agenda Empresarialen el PND, no le interesa para nada transitar hacia las llamadas “energías limpias” (solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica) y que por el contrario profundiza la dependencia con las “energías sucias” (carbón, gas y petróleo), pues estas últimas les generan jugosos contratos económicos con imperialistas de diferentes partes del mundo. Si el lector busca en el PND las palabras “fracking” o “yacimientos no convencionales” no las va a encontrar. Sin embargo, en el Artículo 2 del PND dice que “el documento denominado ‘Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022 (…) es parte integral del Plan Nacional de Desarrollo, y se incorpora a la presente ley como un anexo”. Dicho documento (*ver Bases del PND 2018-2022*) y el aprobado por el Congreso, constituyen en conjunto el PND uribista. Es ahí donde el Estado le da vía libre al fracking. En el capítulo IX, dice: “El reto del Gobierno nacional es incrementar las reservas para preservar la autosuficiencia de hidrocarburos en el mediano y largo plazo. (…) existen dos grandes oportunidades: (1) proyectos costa afuera y (2) yacimientos no convencionales (YNC)”… traducción: ¡fracking!.
En otra parte, también dice que el Ministerio de Minas y Energía “estudiará la viabilidad de la exploración y producción de yacimientos no convencionales. (…) Así mismo, la ANH [Agencia Nacional de Hidrocarburos] establecerá las zonas para la exploración y producción de los yacimientos no convencionales y el MinEnergía y el MinAmbiente actualizarán, de ser necesario, la regulación técnica y ambiental específica para su exploración y producción”.
La intención del gobierno uribista, que hoy es el administrador de los negocios de la burguesía es clara: acentuar la dependencia de la economía del país al modelo extractivista, que mientras le genera multimillonarias ganancias a un puñado de parásitos sociales, a su vez destruye la naturaleza y las comunidades donde hay este tipo de hidrocarburos.
Oponerse al PND con el Paro Nacional Indefinido debe ser la consigna y para ello es necesario conformar Comités de Huelga de inmediato. Detener por medio de la huelga, del paro de las comunidades afectadas y de los obreros superexplotados por las empresas imperialistas, es la forma más efectiva de resistir a los planes de los imperialistas, que son patrocinados por la burguesía socia y lacaya del país. Sin embargo y para finalizar, no basta resistir y el qué hacer lo explica muy bien el Programa para la Revolución en Colombia propuesto por la Unión Obrera Comunista (mlm):
“…el capitalismo –en cambio– es un régimen social que sobrevive a cuenta de depredar las dos únicas fuentes de riqueza: la fuerza de trabajo y la naturaleza; su esperanza de vida depende de estrangular la sociedad y destruir la naturaleza. Ante esta hecatombe los proletarios no podemos ser indiferentes, porque somos parte de la naturaleza, porque conociendo sus leyes podemos servirnos de ella con acierto. Pero para salvar la naturaleza es indispensable acabar con el causante de su destrucción: el capitalismo imperialista”.
Acabar con el capitalismo debe tener como objetivo inmediato construir sobre sus ruinas el Socialismo, un sistema económico-social en el que se produce para satisfacer las necesidades de la sociedad, respetando la naturaleza y garantizando para la humanidad su supervivencia en las mejores condiciones posibles, como ya se demostró en el pasado en la URSS de Lenin y Stalin y la China socialista de Mao Tse-Tung.