El Estado y el capitalismo son los culpables de la crisis taxista

El Estado y el capitalismo son los culpables de la crisis taxista 1

En los últimos días miles de taxistas se movilizaron en los vehículos que trabajan por las principales ciudades y vías del país, reclamando el respeto a su labor y garantías para desarrollar su trabajo.

Más de un millón de trabajadores taxistas conforman el gremio, donde la mayoría laboran en jornadas de 14 y más horas, sin contrato de trabajo, ni prestaciones sociales. Los inseguros carros que conducen son vendidos por grandes industrias imperialistas, que los mandan al país a precio de oro, cuando son rechazados en el mercado internacional por no cumplir con las exigencias, pues son considerados en su mayoría, ataúdes con ruedas.

En cambio el precio comercial de estas máquinas es todo un exabrupto. Un negocio redondo de unos cuantos monopolistas asociados a la burocracia estatal en su mayoría, del cual come el capital financiero con los préstamos, seguros y demás.

Este negocio iba sobre ruedas, mientras los trabajadores estaban superexplotados y los usuarios tenían accidentes fatales por miles, hasta que la crisis capitalista y la rebaja de la cuota de ganancia del sector hicieron de las suyas. Entonces la apariencia del fenómeno es que nuevos competidores entraron al mercado de manera ilegal, con un nuevo monopolio imperialista que acapara este servicio como Uber. Pero lo que no resuenan los grandes medios es que la superexplotación del obrero taxista es desesperante, tanto que sin montarse al vehículo ya debe la cuota del día al propietario, la gasolina para compensar el rodamiento, el plan de celular para atrapar las carreras y los depósitos para mantenimiento del automotor exigidos por las empresas.

La pelea compañeros trabajadores taxistas y usuarios no es a favor de uno u otro monopolista, porque Uber o cualquier otra plataforma capitalista para el negocio, es igual de arbitraria en precios y tirana con los obreros. La exigencia debe ser de todos unidos contra el Estado, quienes laboran en esta actividad en carros particulares o taxis, porque se les garantice un alza de su salario, salud, pensión y riesgos profesionales a todos, independientemente para qué empresa trabajen.

No más luchar por limosnas, peleándose unos a otros. Es necesario pelear unidos por las reivindicaciones que reclama todo el pueblo colombiano al Estado capitalista, representante de los ricos del país que se llevan las ganancias de todo cuanto produce el pueblo, como el negocio del transporte público.

Los riesgos de accidentes, atracos y otras desgracias que padecen los taxistas, están determinadas por la putrefacción social producto del despojo, la miseria y la superexplotación de los trabajadores, por tanto sus responsables no son los otros 53.000 conductores de Uber y sus 1.5 millones de usuarios en el país. El no tener vacaciones, cesantías, caja de compensación, ni afiliación al sistema de salud, ni al de pensiones, ni riesgos profesionales en este gremio, es producto del arrinconamiento en que tiene el capital al trabajo en Colombia, por tanto es ese el enemigo.

La mayoría de los taxistas del país son proletarios, no pequeños propietarios, mucho menos prósperos, por ello la mejor forma de lucha que tienen es la movilización y el paro de la producción, en alianza con el resto de la clase obrera contra el Estado que ha permitido la monopolización del servicio en unas cuantas empresas que se han llevado a sus arcas hasta 100 millones por el cupo de un vehículo pero que no responden en nada por las reivindicaciones laborales de los taxistas. No es correcto ir a la cola de los pulpos del negocio, diluyendo los intereses de los trabajadores en la defensa de los intereses particulares de los propietarios, de las poderosas y opulentas empresas de los taxis; ni mucho menos, esperar que el Estado cumpla con demandas o acuerdos por arriba, de lo cual, los trabajadores, si no están organizados y luchan por su cuenta, no podrán recibir ningún beneficio tangible.

Los conductores de taxi tienen en la Huelga Política de Masas la mejor forma de lucha para conquistar sus reivindicaciones y en la Plataforma de Lucha del Pueblo Colombiano, la posibilidad de incluir sus exigencias, por esto la alianza de los obreros y los campesinos es una necesidad inmediata. Se deben coordinar las movilizaciones y bloqueos pues si se unen estas reclamaciones de los taxistas con el resto de las que tienen todos los trabajadores, se podrá poner de rodillas al Estado y obligarlo, como representante de los capitalistas, a conceder las reivindicaciones que el pueblo reclama para vivir mejor. Esto también es un llamado a los mototaxistas, bicitaxistas y trabajadores del transporte pirata en ciudades y pueblos.

Sin embargo, el capitalismo con su anarquía general de la producción, y como consecuencia, del transporte, no puede solucionar la buena movilidad y economía del servicio, porque resolverlo obliga acabar con la explotación del trabajo asalariado y la ganancia del capital. Entonces hay que unir las reivindicaciones particulares de los obreros del transporte público, a las generales de todo el pueblo Colombiano y estas necesidades inmediatas, con los intereses futuros que solo pueden estar en el Socialismo.

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