El Ejército Nacional ataca a campesinos e indígenas para defender a Smurfit Kappa

El Ejército Nacional ataca a campesinos e indígenas para defender a Smurfit Kappa 1

El pasado 29 de marzo, el Ejército Nacional abrió fuego contra los campesinos e indígenas que luchan por la defensa del territorio y la tierra en Cajibío (Cauca), recuperando la tierra y defendiendo el territorio en una finca ocupada por Smurfit Kappa – Cartón de Colombia.

Los medios oficiales —al servicio de los explotadores e imperialistas— dijeron que se trataba de un enfrentamiento contra las disidencias de las FARC, ocultando lo que realmente pasó y necesitan conocer las comunidades y el pueblo colombiano.

En una declaración criminal, la Tercera División del Ejército tuvo el descaro de decir que: «En el sector de La Ventana, municipio de Cajibío, Cauca, sobre la Vía Panamericana, que conecta los departamentos de Valle del Cauca y Cauca, tropas del Grupo de Caballería Liviano N.8, orgánico de la Tercera División, sostienen combates con presuntos integrantes del grupo armado organizado residual estructura ‘Jaime Martínez’, quienes intentaban ejecutar acciones terroristas para afectar la movilidad en este importante eje vial».

Esa fue la versión que circuló en todos los medios, aunque en el diario El Tiempo de la fecha se afirma que integrantes de la comunidad contradicen la versión del Ejército y lo ocurrido sucedió en un ejercicio de recuperación de tierras y no en un enfrentamiento contra disidencias de las Farc.

La realidad para quienes habitamos en la región fue que el Ejército abrió fuego a matar, hirió a dos campesinos, amedrantó con la violencia oficial del Estado y del gobierno A LAS COMUNIDADES RURALES DESARMADAS, para defender los intereses de una compañía imperialista.

No fue un enfrentamiento contra una de las bandas que también azota la región, fue un enfrentamiento contra campesinos e indígenas inermes, para defender a Smurfit Kappa – Cartón de Colombia, una empresa imperialista de origen irlandés que desde que llegó a Colombia ha estado en contra de los campesinos, los pueblos indígenas y las comunidades negras. Como compañía imperialista, jamás estará de acuerdo con una reforma agraria donde se les entregue tierras a las comunidades rurales y se les respete los derechos a los trabajadores del campo y la ciudad.

No es extraño que el Estado de la burguesía y los terratenientes respalde los intereses del gran capital internacional, pues este es un Estado que desde que nació se arrodilla a los intereses del imperialismo, es un Estado servil a las empresas imperialistas que vienen a Colombia a invadir el territorio y a saquearlo a sangre y fuego.

Lo ocurrido en Cajibío, el 29 de marzo, demuestra una vez más que el Estado colombiano no es garantía para defender la vida y honra del pueblo; es un Estado aliado a los intereses foráneos de quienes vienen a saquear los recursos de nuestros territorios. En otras palabras, contamos con un Estado y un ejército apátridas y antipopulares.

Cartón de Colombia es una compañía maderera que desde la década del 60 y 70 ha invadido diversas zonas del Cauca y Valle del Cauca para sembrar pinos y eucaliptos, con el objetivo de transformar la madera en cartón y papel. En el departamento del Cauca al día de hoy ha monopolizado aproximadamente 24.000 hectáreas de tierra y territorio, distribuidos en varios municipios como Buenos Aires, Cajibío, Morales, Popayán, El Tambo, Timbío y Sotará.

Si estas 24.000 hectáreas estuvieran en manos de los campesinos, de los pueblos indígenas y de las comunidades negras se podrían conformar 4800 Unidades Agrícolas Familiares (UAF) que le darían trabajo permanente o diario a 9600 campesinos, teniendo en cuenta que una parcela de 5 hectáreas les da trabajo permanente a 2 campesinos diariamente, desarrollando todas las actividades productivas.

Además, una UAF produce comida para mantener 5 personas diariamente y, si en total son 4800 UAF, estas les darían comida a 24.000 personas. Pero la tierra que expolió Smurfit Kappa – Cartón de Colombia no está produciendo comida, lo que causa un déficit de alimentos para muchas personas.

Más aún, si las 24.000 hectáreas estuvieran en manos del campesinado, se produciría tanta comida que el 30 % serviría para alimentar la zona local y el 70 % contribuiría a alimentar las ciudades y otras zonas.

Estos datos nos dejan claro que no es como dice Smurfit Kappa – Cartón de Colombia que lo que está haciendo es progreso en los municipios donde ha monopolizado la tierra y el territorio. Esto es falso, si la tierra estuviera produciendo comida, la población campesina y la población de la ciudad tendría mayores beneficios económicos, sociales y ambientales. El famoso desarrollo y progreso que tanto pregona Smurfit Kappa – Cartón de Colombia es falso como se puede demostrar en los datos planteados, que se  sustentan en varios estudios de universidades colombianas –como la Universidad Javeriana– que ha investigado y viene investigando el tema desde hace muchos años.

Ambientalmente, el monocultivo de coníferas trae algunos problemas que hay que someterlos al análisis de una forma objetiva: el monocultivo de pinos y eucaliptos cambia el paisaje, impacta la biodiversidad faunística y florística, e impacta la producción de agua; mucho más cuando Smurfit Kappa – Cartón de Colombia es el que menos cumple con las normas ambientales para la producción de pinos y eucaliptos, destruyendo las rondas hídricas, ya que el Estado colombiano —buen aliado o servil a los intereses del imperialismo— no le interesa hacer cumplir las normas que regulan el desarrollo ambiental.

Ese Estado parece que no está en capacidad de hacer que Smurfit Kappa – Cartón de Colombia cumpla con la ley, pero lo que sí está haciendo en los territorios es defender los intereses de la empresa imperialista, abriendo plomo contra los campesinos, las comunidades negras y los pueblos indígenas.

La imperialista Smurfit Kappa – Cartón de Colombia es muy astuta para desarrollar su política extractiva en la zona de su dominio: en primer lugar, desarrolla la «política del buen vecino» impulsada a través de una fundación para el desarrollo de diversos proyectos que le sirven para conocer la comunidad, informarse, mantener una relación, buscar aliados al interior de las comunidades e impulsar iniciativas económicas y sociales. Tiene también buenas relaciones con las autoridades locales, las autoridades eclesiásticas, los politiqueros de la zona a quienes se «va ganando» con dádivas o financiándoles parte de sus campañas; participa en los consejos de desarrollo rural para defender sus intereses. Desarrolla además un trabajo de base para confundir a las comunidades y, en algunos casos, ganárselas a su favor.

Históricamente, Cartón de Colombia en el Cauca tuvo muy buenas relaciones con las FARC, a las cuales les daba una cuota a cambio de que defendieran sus intereses. Hoy sigue relacionándose con las disidencias, a quienes les da su cuota y les contribuyen con casas y logística para su permanencia en el territorio.

A nivel nacional esta compañía imperialista tiene muy buenas relaciones con los ministerios, en especial con el antiguo Ministerio de Desarrollo, hoy Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, [U1] contribuyendo a asesorar las diversas empresas imperialistas en las políticas de contratación. Cartón de Colombia fue de las primeras en crear una serie de empresas privadas para desarrollar la tercerización en el sistema de contratación en el campo; fue Cartón de Colombia quien llevó el sistema de contratación a través de la intermediación a los ingenios del Valle del Cauca y siempre ha asesorado e intervenido en el Estado cuando se desarrollan reformas en la política ambiental, forestal, en las leyes de reforma agraria… pretendiendo convertir sus bosques comerciales en bosques de utilidad pública para blindar sus intereses.

La proyección de sus bosques comerciales está en el desarrollo técnico para remplazar gran parte de la mano de obra por maquinaria especializada, además abaratar costos en el transporte, en la construcción y el mantenimiento de la red de vías, y en el aprovechamiento de los bosques como de la transformación de madera a cartón y papel.

Hoy la compañía (según sus datos) cuenta con 1 476 empleados directos y 2 856 empleados en total en Colombia, pero la mayoría de estos trabajadores están contratados al destajo; por lo tanto, no cuentan con sus derechos laborales, violando lo más mínimo como es el derecho a organizarse.

A esto hay que agregar que en los últimos años ha venido utilizando a los trabajadores que contrata como una fuerza de choque contra los campesinos, los pueblos indígenas y las comunidades negras que se encuentran desarrollando la recuperación de la tierra y el territorio en sus diversas fincas. Esta estrategia la utilizó Cartón de Colombia en Cajibío donde armó con garrotes y machetes a los trabajadores para enfrentarlos a los campesinos e indígenas que están en el proceso de lucha. La misma estrategia la desarrolló en Sotará, donde enfrentaron los trabajadores contra las comunidades indígenas que estaban en el proceso de recuperación de una finca; allí fueron más lejos pretendiendo enfrentar los campesinos en contra de los indígenas.

En conclusión, Smurfit Kappa – Cartón de Colombia desarrolla diversas estrategias para defender sus intereses como es la monopolización de la tierra y el territorio para ellos producir madera con el objetivo de transformarla en cartón y papel, generando grandes ganancias para la empresa imperialista a costa de la superexplotación de los obreros y del desplazamiento forzado de las comunidades campesinas, negras e indígenas, que quedan sin la producción de diversos alimentos para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria en el territorio.

Mientras tanto, el Estado defiende los intereses imperialistas y manda al Ejército a disparar contra las comunidades rurales que se oponen al saqueo y a la destrucción de la naturaleza. Esta es toda la verdad y es lo que hay detrás de los hechos del 29 de marzo en Cajibío (Cauca).

Miguel Hernández


 [U1]A la fecha en Colombia no hay ningún ministerio con ese nombre, los nombres oficiales son: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural o Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible

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