Dimar Torres fue asesinado por el Ejército Nacional del Estado burgués colombiano, el 22 de abril de 2019 en la vereda Campo Alegre, en la zona rural de Convención (Norte de Santander). Torres, fue uno de los firmantes de los Acuerdos de paz en La Habana entre el gobierno de Santos y los jefes de las Farc y su asesinato, según la justicia burguesa, fue una falta gravísima y los autores actuaron con dolo, es decir, planificaron el crimen sabiendo de antemano que era un delito y no les importó, o en otras palabras no lo hicieron por error. Por ello, fueron destituidos e inhabilitados por la Procuraduría para ocupar cargos públicos un coronel, tres soldados profesionales y un cabo.
Sin embargo, los militares fueron dejados en libertad, ¡por vencimiento de términos! Es decir, que al crimen se le suma la impunidad con que «actúa» la justicia de los ricos cuando se trata de esclarecer los crímenes contra el pueblo. Finalmente, dieron resultado las maniobras dilatorias de la defensa de los militares -que incluyeron hasta el cambio del juez que llevaba el caso-, que ya habían sido denunciadas por el abogado defensor de Torres. Ahora, estos criminales serán juzgados en libertad.
No se puede esperar más del Estado de los capitalistas y sus instituciones. Terrorismo de Estado, impunidad, dilaciones para las víctimas de la guerra contra el pueblo. Nunca se verán involucrados los jefes políticos que ordenan la ejecución de esta criminal política de Estado contra las masas populares, ni los terratenientes o capitalistas que son los financiadores y cerebros de ese accionar violento contra las masas del campo y la ciudad. Y esto es tan así, que, en este caso, después de tres años apenas hay un cabo del Ejército condenado a 20 años porque se declaró culpable.
Esta situación seguirá igual o peor hasta que las masas populares no tomen la decisión consciente de unirse y actuar para transformarla. Eso depende en gran medida del trabajo que los revolucionarios hagan por vincularse a las masas, dando ideas de cómo preparar los próximos levantamientos que se avecinan y trabajando efectivamente por concretarlos.
Depende de que el elemento consciente logre convencer con paciencia y argumentos a las masas, en el sentido de que sólo su organización política independiente y la lucha directa por medio de la violencia revolucionaria contra el Estado burgués terrateniente, para frenar el terrorismo de Estado. Organización en Guardias y Milicias Populares, Primeras Líneas y escoltas de confianza de los dirigentes populares sacados de las masas cercanos a ellos.
Igualmente, es necesario dejar en claro que, sólo un Nuevo Estado, un Nuevo Poder de los Obreros y Campesinos armados, será garantía para que los capitalistas e imperialistas retrocedan en sus políticas criminales y para ello se requiere de un Partido revolucionario que dirija la lucha de las masas hacia emancipación definitiva del yugo capitalista.
