¡Dilan Vive en Cada Compañero!

Dilan vive en cada compañero

LOS ENEMIGOS
Ellos aquí trajeron los fusiles repletos
de pólvora, ellos mandaron el acerbo
 exterminio,
ellos aquí encontraron un pueblo que cantaba,
un pueblo por deber y por amor reunido,
y la delgada niña cayó con su bandera,
y el joven sonriente rodó a su lado herido,
y el estupor del pueblo vio caer a los muertos
con furia y con dolor.
Entonces, en el sitio
donde cayeron los asesinados,
bajaron las banderas a empaparse de sangre
para alzarse de nuevo frente a los asesinos.
Por esos muertos, nuestros muertos,
pido castigo…
Pablo Neruda

A Dilan Cruz lo mató el Estado, y no puede decir este gobierno que fue algo “accidental” y a salir ahora con lágrimas de cocodrilo a lamentar su muerte.

¡NO! la muerte de Dilan es apenas la consecuencia de un régimen de terror orquestado desde antes del 21 de noviembre en la que se declaró a todo el pueblo criminal, por su justo derecho a protestar, y por tanto ya habían justificado la muerte de los luchadores.

La violencia la inició el Estado, pero el pueblo colombiano demostró todos estos días que no tiene miedo, y muestras de ello, fue el desafío al toque de queda donde se evidenció la valentía de las masas.

Es por esto, que los llamados que hacen los jefes de los partidos pequeño burgueses, organizaciones sindicales y sociales a actuar de forma pacífica, a suavizar la protesta; es en realidad un crimen.

No porque se siga haciendo manifestaciones pacíficas el Estado va a parar de reprimir, y asesinar, no porque abracemos el ESMAD, esa institución dejará de cumplir la orden que se dio desde el Palacio de Nariño y el Palacio Liévano.

Las fuerzas militares son el pilar central del Estado burgués, y están para mantener el “orden” y la “protección de la ciudadanía” léase la sumisión del pueblo y la protección de los capitalistas; el Estado Burgués es una dictadura contra el pueblo a la que la única respuesta consecuente es la rebelión.

La muerte de Dilan, Nicolas Neira, Oscar Salas, la de miles de líderes sociales, los miles de obreros y campesinos que tiene a su cuesta este Estado terrorista, deben ser honradas y la mejor forma, es intensificando la lucha revolucionaria del pueblo, que remueva los cimientos de esta sociedad capitalista con la revolución.

Ahora, se debe intensificar la movilización, la lucha callejera, llamar a la clase obrera a participar en la parálisis de la producción, generalizar las asambleas populares en las que las masas tengan el poder de decisión, organizar la protección de los luchadores, organizar los grupos de choque para enfrentar el ESMAD; intensificar la actividad artística que explique al pueblo el carácter terrorista del Estado y que la rebelión se justifica.

¡Y sepan que solo muero, si ustedes, van aflojando, porque el que murió peleando, vive en cada compañero!

¡Por nuestros muertos, ni un minuto de silencio, toda una vida de combate!

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