El Despelote de Democracia en Colombia

El Despelote de Democracia en Colombia 1

Como lo anuncian reconocidos medios de comunicación, el despelote de democracia en Colombia muestra un panorama poco alentador para quienes le apuestan al Estado capitalista. Las mismas encuestas –publicadas por esos mismos medios de comunicación-, muestran que dos de cada diez colombianos están satisfechos con la democracia en Colombia; es decir, que apenas el 20% de la población aprueba la democracia de los ricos y que el 80% del pueblo colombiano, no confía en el Estado capitalista, por ende, tampoco en las promesas politiqueras de quienes participan en este despelote de democracia.

Despelote porque los dueños de los medios de producción, de los bancos y las tierras, no saben qué marioneta poner en el gobierno; no saben qué hacer ante la inconformidad creciente entre las masas colombianas que han aguantado hambre, que fueron despedidas o sometidas a peores condiciones de trabajo durante la pandemia, que han visto cómo sus dirigentes populares, sus jóvenes, sus mujeres, tantos hijos de las entrañas del pueblo, son asesinados ante la impavidez y evidente complicidad del Estado capitalista.

Desesperados los partidos tradicionales y los “nuevos” hacen sus apuestas, pactos, reuniones y demás para las próximas elecciones; pero lo cierto es que la inmensa mayoría de los desposeídos no come cuento, pues de sobra se sabe que mientras están en campaña prometen el cielo para luego, hacerle vivir al pueblo trabajador un verdadero infierno de medidas antiobreras y antipopulares.

Y que eso lo hagan por enésima vez los partidos y politiqueros vetustos y tradicionales, es plenamente lógico; pero verdadera ruindad hay en quienes se dicen opositores y sobre todo aquellos que posan de ser de izquierda, que siguen alistando su arsenal para reclutar incautos en la contienda electoral, soslayando que el movimiento de masas a gritos pide un cambio real y lo demuestra en las calles con sus movilizaciones, en las fábricas con sus huelgas, en las principales vías con sus bloqueos, en las instituciones del podrido Estado burgués con sus manifestaciones, etc.

El movimiento de masas impone día a día la necesidad del Paro General Indefinido, ese sí aprestigiado por el mismo pueblo que hoy dice ¡no más de su democracia! Basta solo con recordar la marcha de los hermanos recicladores el 1° de marzo, del día internacional de la mujer el 8 de marzo, las actividades de los obreros en diversas fábricas como Familia o Malboro, los bloqueos de camioneros contra el cobro exagerado de peajes, las manifestaciones en el Puerto de Buenaventura, las movilizaciones de pequeños comerciantes, el inicio de otro paro campesino… por mencionar solo algunas de este año. El pueblo está en las calles, luchando directamente por reconquistar y defender sus derechos y no pensando o ilusionado en las elecciones.

Las cifras -y eso que son oficiales- lo demuestran, mucho candidato y poco voto, pocos quieren respaldar esta democracia que claramente favorece a burgueses, terratenientes e imperialistas, y que no ha cambiado, así los de “izquierda” o progresistas hayan tenido alcaldes, senadores, gobernadores, ministros y hasta vicepresidente.

Este despelote de democracia de los ricos, léase dictadura, demuestra con insistencia que se necesita una verdadera democracia. Y en esa búsqueda hay claramente dos caminos muy diferentes: por un lado el de aquellos que pretenden seguir validando la democracia para los ricos y la dictadura contra el pueblo, al participar en los puestos del Estado; por el otro, la democracia proletaria, aquella donde sean las clases trabajadoras que producen todo en la sociedad, las que lo dirijan todo; y ese camino, se cristaliza hoy en la lucha directa, en las calles, con el paro, con la huelga, con la movilización revolucionaria del pueblo.

Y en ese camino, es necesario que los comunistas, los luchadores revolucionarios tomen su puesto de vanguardia para que esta necesidad sea más consciente y logre avanzar con determinación hacia el Paro General Indefinido, donde sea el pueblo luchando quien conquiste sus reivindicaciones inmediatas que sirvan como base para las luchas determinantes contra el capitalismo imperialista, contra su asquerosa democracia y su podrido Estado burgués, esas luchas que en un futuro barrerán con todo el orden capitalista existente y darán nuevamente paso a la sociedad gobernada por el poder armado de obreros y campesinos, acabando de una vez por todas con este despelote de democracia.

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