¡Contra los de arriba: unir y generalizar la Huelga Política de Masas!

Compañeros obreros, campesinos, luchadores y pueblo en general…

El gobierno en cabeza Santos tiene arrinconados a los trabajadores en el hambre, la superexplotación, el despojo y el desempleo, y las vías de hecho han sido la respuesta del pueblo para evitar su degradación física y espiritual. Ya quienes se han puesto en pie saben y han comprobado que con su propia fuerza, con el arma de la huelga, el bloqueo y la toma, apoyados por la comunidad pueden sostener su movimiento. Saben y han comprobado también que el método del gobierno es prometer, dilatar con las llamadas mesas de trabajo y reprimir ferozmente, con la mano directa del Esmad y del Ejército o con la mano siniestra del paramilitarismo.

¡Ha llegado la hora de pelear en todas partes y a la vez! el Estado no es capaz de sofocar las llamas que encienden los trabajadores y que se extienden por todo el país. Se requiere de la unidad de todo el pueblo colombiano para hacer retroceder a los explotadores, porque dispersos y por partes, la lucha es más difícil, pues es contra una maquinaria centralizada que desplaza su principal fuerza y cuenta con los más zorros concertadores, para apagar las zonas en lucha.

La jornada del 24 de enero demostró que se puede luchar con independencia de los politiqueros, de las camarillas de las centrales sindicales y de los que respaldan el negocio de las conversaciones de paz en La Habana; que los luchadores pueden coordinarse a nivel nacional y cuentan con el respaldo para generalizar las Huelgas Políticas de Masas que obliguen al gobierno a cumplir las exigencias de todo el pueblo trabajador.

Quienes de verdad están interesados en la unidad del pueblo y saben que con una Huelga Política de Masas a paro nacional se puede conquistar las reivindicaciones más sentidas de los obreros y campesinos, han podido romper el aislamiento, se han coordinado, han citado a un movimiento amplio y se manifiestan como el pasado 24 de enero. Esto debe seguir, concretándose en organizaciones de paro por todas partes, en todos los sectores, llegando a un Gran Encuentro Nacional para ponerse de acuerdo en las exigencias, elegir a los dirigentes y decretar la hora cero del paro nacional.

¿Por qué las fuerzas de los trabajadores, aparentemente dispersas y faltas de recursos y maniobra, pueden vencer a las fuerzas decadentes del Estado capitalista, que parecen tan fuertes? Porque las fuerzas del pueblo son la justa respuesta a la opresión, están del lado de la verdad y representan las aspiraciones de la inmensa mayoría de las masas populares, mientras las fuerzas del ejército, la policía y los funcionarios del Estado reaccionario viven divorciadas de las masas populares y están opuestas a ellas, salvaguardando los intereses de los capitalistas enemigos del pueblo. Así que ¡Contra ellos! ¡Al paro! ¡A los bloqueos! ¡A la calle!

A organizar comités de paro en todos los sectores y en coordinación nacional, a programar asambleas obreras y campesinas para nombrar direcciones con auténticos luchadores del pueblo, para fijar la hora cero del paro nacional y recoger las aspiraciones más sentidas en una Plataforma de Lucha del Pueblo Colombiano, como la que proponen los Comités de Lucha presentes en varias ciudades del país.

Si bien ya el pueblo está curtido de las promesas y la represión de los de arriba, también lo están de los intermediarios y colaboradores del gobierno, que dilatan la lucha desviándola de su cauce revolucionario, siendo peor el remedio que la enfermedad. No más ilusiones en supuestos salvadores, el pueblo necesita verdaderos representantes de sus intereses y debe destacarlos en los comités, en los encuentros o asambleas obrero campesinas: ¡Sólo el pueblo salva al pueblo!

Los partidos reformistas y los jefes vendeobreros de las centrales sindicales que se autoproclaman representantes del pueblo y mediadores de los conflictos, son auxiliadores de los de arriba, pagados para apagar las luchas y ayudar a la continuación de los negocios capitalistas a costa de más superexplotación, opresión y miseria. No hay que olvidar que el gobierno con una mano sostiene la Unidad Nacional entre los explotadores y la alianza con los partidos que se dicen del pueblo, revolucionarios y hasta comunistas, para impedir la independencia del movimiento obrero, apaciguar las luchas de los trabajadores y mantenerlas dispersas e impotentes; mientras con la otra mano descarga su más feroz ataque con sus reformas antiobreras y antipopulares y el terror de sus fuerzas militares ¡Pero esto se acabó!

Así como las masas trabajadoras comprueban el poder que tiene su unidad y la eficacia del paro o Huelga Política de Masa, así mismo deben saber que el proletariado es la fuerza entre las del pueblo capaz de dirigir un levantamiento a un futuro promisorio, hasta lograr la emancipación definitiva del trabajo, acabar con la miseria, con la injusticia y con la destrucción de la naturaleza. Solo el proletariado puede conducir a todo el pueblo trabajador hacia una auténtica Revolución Socialista que conquiste el poder para los obreros y campesinos armados, cuya fuerza sentencie la propiedad colectiva de los medios de producción, expropie a los expropiadores y acabe con la explotación y la opresión.

¡A formar Comités de Paro por todo el país!
¡A preparar encuentros o asambleas obreras y campesinas por regiones y a nivel nacional!
¡A generalizar la huelga política de masas y por la Revolución Socialista!

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