Bucaramanga y el área metropolitana sumergida en el caos del sicariato

Bucaramanga y el área metropolitana sumergida en el caos del sicariato 1

El pasado 27 de junio, Erika Juliana Reyes Anaya, de 24 años, fue víctima de un ataque sicarial en la Puerta del Sol, Bucaramanga. Su muerte se suma al creciente número de asesinatos por sicariato en la ciudad y su área metropolitana. Según el Observatorio de Paz y Derechos Humanos de la corporación Compromiso, en 2024 se registraron 235 homicidios bajo esta modalidad. La situación evidencia una guerra ligada al narcotráfico, con atentados ordenados por capos como alias «Pichi», «Poporro» y otros jefes del microtráfico.

Todo eso contrasta con el discurso de seguridad que vende el alcalde sionista -que ha dicho que es el «Bukele criollo», pero en la realidad los casos de sicariato aumentaron, los robos afectan a diario a los trabajadores, mientras el alcalde Beltrán persigue a los vendedores ambulantes, a los mototrabajadores, censura al movimiento de victimas borrando los murales de «Las cuchas tienen razón», y realiza viajes a Israel para buscar asesoría tecnológica en inteligencia y de paso respaldando al Estado sionista en el genocidio contra el pueblo palestino.

Así mismo, el negocio de la droga se tomó Bucaramanga, que pasó de ser una ciudad «escampadero» para narcos que venían de bajo perfil a esconderse o pasarla bien, a una ciudad disputada por el negocio de la droga; los jóvenes de los barrios populares son consumidores y engrosan las filas de las bandas delincuenciales presentes en la ciudad, lo que lleva a un nivel de degradación enorme a los jóvenes de la clase obrera.

Además, Beltrán supuestamente pone orden en las horas de rumba, pero en las zonas donde hay presencia de discotecas, bares y lugares para las fiestas es donde más se presentan hechos de intolerancia, riñas y alteraciones que ni la policía da abasto con ese descontrol. Entonces lo que podemos observar es que al alcalde le interesa más perseguir a los trabajadores informales y al movimiento social, pero su política de seguridad y orden es un fracaso, porque bajo este sistema capitalista el negocio de las drogas incluido el alcohol y todas las consecuencias sociales que trae son imposibles de erradicar.

Necesitamos de una nueva sociedad, donde nos relacionemos diferente, donde organicemos la producción para el pueblo y no para la ganancia, donde la educación y el trabajo sean para el buen vivir y para la comunidad, no para nuestro individualismo y para sobrevivir como sucede actualmente.

Por eso, los comunistas necesitamos avanzar en la lucha revolucionaria en Santander, en Bucaramanga y su área metropolitana, necesitamos recuperar a todos los jóvenes de los barrios obreros de las garras de las bandas delincuenciales y de las drogas, además, no tenemos que caer mas en los falsos discursos de politiqueros como Beltrán, el Estado no nos va a solucionar nada, el pueblo solo tiene la organización y la lucha directa para avanzar.

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