En diferentes ciudades de Birmania, las masas han salido a las calles valientemente a protestar contra la Junta Militar y el consiguiente golpe de Estado que dieron el pasado 1 de febrero, porque supuestamente, hubo fraude electoral en las elecciones de noviembre del año pasado en la que ganó la Liga Nacional para la Democracia y que volvió a imponerse como en el 2015, esta vez con la candidata Aung San Suu Kyi quien fue apresada por los militares.
En medio de las manifestaciones, el 9 de febrero fue asesinada la joven Mya Thwe Thwe Khine, después de ser impactada con un disparo en la cabeza de subfusil tipo Uzi por la policía. Este vil asesinato, avivó la lucha en las calles, las marchas, plantones y demás manifestaciones en contra de la Junta Militar.
Por miles salieron a protestar, ya no solo contra el golpe, sino contra el terrorismo de Estado, manifiesto en el corte de internet para bloquear las redes sociales que usan, principalmente los jóvenes, para convocar a los bloqueos y marchas; los asesinatos de más de 25 personas con armas de fuego de la policía y los militares; y más de 770 detenidos de los cuales apenas unos pocos han sido liberados. Las masas se encuentran en las calles, luchando contra la tiranía de una dictadura asesina a pesar de las amenazas directas de los militares que afirmaron de forma temeraria, que aquellos que convocan a las manifestaciones, están llamando «especialmente a adolescentes y jóvenes emocionales a un camino de confrontación en el que sufrirán la pérdida de la vida», lo que deja claro que abiertamente su política para gobernar es la del terrorismo de Estado contra la vida de las masas luchadoras.
Los imperialistas no pasan del silencio cómplice y de unas “sanciones” y “llamados” hipócritas mientras se derrama sangre de obreros, campesinos, estudiantes, maestros…del pueblo birmano que ya puso su cuota de valentía para enfrentar a la Junta Militar. Pero no basta con eso. Es necesaria la acción de los comunistas revolucionarios que eleven el carácter de la lucha, que vaya más allá del cambio de un gobierno autoritario y asesino por otro más demócrata-burgués que perfume la dictadura de las clases dominantes. Sólo si un partido revolucionario de vanguardia encabeza la lucha, no solo por un cambio de régimen, sino por organizar la revolución socialista, se pondrá a temblar el sistema capitalista imperialista, causante de las más grandes desgracias de los pueblos del mundo.
Desde Colombia enviamos un saludo solidario con estas manifestaciones, ponemos a disposición nuestras redes para difundir las denuncias contra el terrorismo de Estado y las victorias de las masas birmanas en las calles. Llamamos a redoblar esfuerzos por la construcción de la Nueva Internacional Comunista basada en el mlm, organización necesaria para que los comunistas podamos organizar y dirigir las luchas del mundo contra el imperialismo a nivel mundial.
