Por presupuesto para la educación superior, los estudiantes de las universidades públicas del país con el apoyo de universidades privadas, mantienen el paro estudiantil. Un paro que ha demostrado la beligerancia, organización y valentía de los jóvenes colombianos, quienes defienden sus aspiraciones con el plantón, la toma, el bloqueo, la marcha y diversas actividades promovidas por ellos mismos; así su ánimo de lucha y el mismo paro, se encuentra en pie, hasta que se vislumbre alguna solución que los convenza.
Su protesta ha sido pacífica, aún ante la indiferencia del gobierno Duque, que apenas por estos días se ha sentado con los estudiantes a través de la ministra de Educación. De ahí que los estudiantes hayan tenido la audacia de generar opinión pública bloqueando con sus manifestaciones vías principales en varias ciudades del país; esto como parte de acompañar las tomas en cada universidad y de hacer visible su lucha, porque si no se les toca el bolsillo a los poderosos, el gobierno no se mueve.
La respuesta ha sido represión, violencia desmedida, persecución a las actividades programadas, detenciones arbitrarias, traslados ilegales, en fin, todo el modus operandi del Estado capitalista y de un gobierno que en 100 días ha demostrado que la represión será la forma como impondrá las medidas orientadas por la OCDE, entre esas, la disminución de presupuesto para la educación y con ello su privatización.
Cientos de denuncias pululan en las redes, donde las masas y los mismos estudiantes haciendo las veces de periodistas, han registrado lo que realmente pasa en las calles; han desenmascarado que son las fuerzas represivas las que arremeten contra el pueblo desarmado, para luego con algún caso aislado, hacer pasar a los luchadores como vándalos, justificando así el abuso y brutalidad de la bota militar.
Los estudiantes y el pueblo laborioso no puede ser tildado de vándalo, por el hecho de exigir y defender sus derecho; son las fuerzas del Estado los verdaderos vándalos, los que defienden con las armas a los poderosos, a los corruptos, a los políticos mafiosos, a los explotadores y opresores. En estos momentos se impone la imperiosa necesidad de unir las luchas de los desposeídos, los sectores no pueden quedarse peleando solos y apenas por las exigencias de su gremio o sector. ¡No! Como uno solo el pueblo debe preparar y realizar el Paro Nacional Indefinido, para detener las reformas antiobreras y antipopulares, para conquistar salud, educación, vivienda y alza general de salarios y, para enfrentar el terrorismo de Estado que como se evidencia, seguirá agudizándose ante el creciente movimiento de masas.
¡Todos a las calles, a pelear por sus derechos y a combatir a los verdaderos vándalos, porque la fuerza de la lucha de masas ya no puede detenerse!